[REESCRIBIENDO]
Ella pensaba que nadie podía amarla, tenía el pensamiento de que nadie era capaz de enamorarse y hacer todo lo posible para estar con ella. Él lo hizo, le demostró que todas las personas tienen derecho a recibir amor.
Esta obra e...
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Sam acomodó al cachorro en sus brazos, le pusimos un pequeño lazo color rojo de regalo.
- ¿Entramos ya? - Sonreí y abrí lentamente la puerta. Entramos tratando de no hacer ruido, se escuchaban las voces de mi madre y de mi hermana en el comedor.
- ¡Ya llegamos! - dejamos al cachorro en el suelo y el pequeño siguió los pasos que se acercaban. Unos pequeños gritos de emoción se escucharon y las dos mujeres entraron para recibirnos con el perro en brazos de mi madre.
- ¡Gracias! Es hermoso- Acasia me abrazo unos segundos para después mirar a Sam con una sonrisa -Nathan me dijo ibas a llegar con Noah, gracias por venir- la abrazó -la cena solo va a ser entre nosotros, pasemos al comedor.
- ¡Sam!¡Tío Noah! - Nathan llegó a saludarnos y los dos le devolvimos el saludo. Pasamos al comedor y cada uno se sentó, yo le señale el asiento al lado de mi a Sam, ella se acomodó ahí y deje de sonreír un momento, después de estar sonriendo mucho tiempo, comienza a doler el rostro.
La cena fue muy tranquila y agradable, aún más cuando la risa de Sam resaltaba en todas las demás de mi familia, al menos eso era en mi cabeza. En mis pensamientos no paraba de pensar en lo que la chica de mi lado me provocaba, y lo rápido que fue, tal vez porque hace tiempo no encontraba a una chica que no le importara seguir los estereotipos. Hoy en día demasiadas personas se dejan llevar por la sociedad, ¿Por qué no simplemente son ellos mismos?, ser diferente es lo que la hace especial, a ella, a Sam.
- ¿Verdad, Noah? - Acasia me sonreía.
-Sí, claro- no sabía que me habían preguntado, pero por la expresión de Sam creo que hice lo correcto en responder eso.
- ¿Y tú, Sam? ¿Tienes una relación formal con alguien? - eso llamo toda mi atención y la miré con plena atención con esperanza de escuchar lo que quería.
-Oh no, no tengo ningún compromiso- Sonreí aliviado, me tranquilizaba saber eso, es muy rápido para tener estos pensamientos con una chica que acaba de entrar a trabajar conmigo y no sé si sea lo correcto, pero bien dicen que nadie en el mundo es capaz de elegir cuando y quien les va a gustar, estoy de acuerdo con ello.
-Fue un gusto haber estado con ustedes esta noche y en verdad le agradezco por invitarme, pero me tengo que ir, mi padre me espera en casa y ya debe de estar preocupado- Sam se levantó y se despidió de mi familia.
-Gracias por venir Sam, vuelve cuando quieras, Noah te va a llevar a tu casa, ya es tarde para que vayas tú sola- mi madre abrazo a Sam y Acasia con Nathan se despidieron de ella. Salimos de la casa y los dos nos subimos al auto.
- ¿Señor Noah? - encendí el auto y salí de ahí.
- ¿Sí? - ella me miraba, no entendía porque, me gustaría saber que piensa.
- ¿Por qué está tan serio? - no me había dado cuenta y no sabía por qué.
-Pues para ser sincero ni yo mismo lo sé- sonreí ligeramente y ella también.
-Gracias por invitarme, en serio disfrute esa cena, debo decirle que su familia es totalmente maravillosa.
-Me alegra que piense así de mi familia, yo también disfrute mucho, más con su presencia- acelere un poco cuando me di cuenta de lo que había dicho, sonreí más y me reí un poco -Lo siento, no quería decirlo, pero es totalmente cierto- Sam se sonrojo demasiado y se giró hacía la ventana para tratar de ocultarlo.
- ¿Lo dice en serio? - susurro por lo bajo y eso me hizo sonreír más.
-Por supuesto que si- en realidad no me arrepiento de haberlo dicho, a veces es bueno decir lo que piensas, aunque haya sido inconscientemente. Noté como se puso nerviosa y no pude evitar sentir tanta ternura y ganas de abrazarla.
Llegamos a su casa y los dos nos bajamos.
-Gracias por traerme, señor Noah- aún no levantaba la mirada y no dejaba de comportarse como si quisiera huir de aquí.
-De nada señorita Sam- me acerque un poco y... La abracé, si, lo hice, y se sentía el pequeño calor que emanaba, era como si te pusieras tu suéter favorito en un día de invierno. Tardó en reaccionar, pero finalmente también me abrazó.
No sé qué iba a pasar, pero ya lo digo, no me importa si voy demasiado rápido, yo... Comienzo a quererla.
