Capítulo 35

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Estacioné el auto frente a mi casa, al final decidí no ir a la oficina y venir a descansar con mi familia, bajé del auto y le entregué las llaves a un trabajador para que lo guardara

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Estacioné el auto frente a mi casa, al final decidí no ir a la oficina y venir a descansar con mi familia, bajé del auto y le entregué las llaves a un trabajador para que lo guardara. Cuando entre por la puerta escuchaba unos golpea y voces en el piso de arriba, la casa estaba con la luz tenue que siempre y todo estaba en orden, inmediatamente descarte que alguien hubiera entrado, decidí subir para averiguar que eran esos sonidos. Acadia, Nathan y mi madre estaban en la habitación de juegos, estaban susurrando y riendo.

- ¿Hola? - ellos se giraron mirándome.

-Mañana le vas a pedir a Sam que sea tu novia- comencé a analizarlo en mi cabeza, era una idea un poco extrema, de un momento a otro me alejé de ellos lentamente, tal vez estaban jugándome una broma, o estaba soñando que creo era lo más probable, saliendo de la puerta sentí como me empujaron hacia adentro, era Douglas y su novio, habían planeado esta reunión y no me habían dicho nada, traidores.

- ¿Pero ¿qué están diciendo? ¡Claro que no! Es demasiado pronto- me dejé caer en el sofá y abracé una almohada.

-¡Claro que no! ¿Cuánto tiempo llevan saliendo casi todos los días? - me puse a pensar, tenían razón llevábamos tiempo saliendo, los dos nos gustamos, pero aun así es rápido, Douglas siguió hablando mientras me sacudía por los hombros -Ponte a pensar como sería si estuvieran juntos, tú la quieres, ella te quiere, ¿Qué impedimento hay?

-Ninguno- todos cruzaron sus brazos mientras negaban con su cabeza.

-Ya, está bien pero no tengo ninguna idea- inmediatamente celebraron y empezaron a decir varias ideas que tenían, unas muy sencillas y discretas y otras extravagantes y llamativas, yo quería que fuera un poco de los dos, llamativa pero discreta, mañana la vería y la acompañaría a su terapia con su psicólogo, todos fuimos por hojas de papel y algo para escribir, cada uno dijo ideas y anotamos las que más nos gustó, al final elegimos una. Se nos había hecho tarde, ya eran horas de la madrugada y la mayoría de nosotros ya se estaban durmiendo, yo era uno de esos, ya tomada la decisión me dormí ahí, sin pijama y recargado en el hombro de Acasia.

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Alguien a mi lado se estaba moviendo mucho, lo que me obligó a despertarme y mirar la hora, se me hacía tarde para trabajar, hoy era el día de firmar el contrato de hace unos días, me levanté exaltado y salí de esa habitación para darme un baño y vestirme con mi traje negro y una corbata morada. Bajé las escaleras y salí de casa sin mirar atrás listo para lo que iba a pasar hoy, todo estaba planeado y deseaba que todo saliera perfecto, me subí a mi auto y partí a la oficina, lo más seguro es que Sam ya estuviera ahí, a mí me dolía un poco el cuello, dormí en una muy mala posición, acelere un poco y encendí un cigarrillo, solo era por los nervios.

Estacione el auto frente a la empresa y entre mientras abrochaba el botón de mi saco, salude a la recepcionista como un día normal y subí al elevador marcando el último piso, estaba listo para ver a Sam, la extrañaba y quería besarla y sentirla en mis brazos, así que en cuanto se abrieron las puertas caminé hacia su escritorio. Ahí estaba ella, concentrada en la pantalla de la computadora con un bolígrafo entre sus manos.

-Sam- ella me miró, parecía que le había tomado por sorpresa, no pude evitar soltar una pequeña risa y ella se levantó.

-Señor Noah- me acerque a ella, juntaba sus manos nerviosa, me encantaba ponerla nerviosa, era tan adorable.

-Solo Noah- ella sonrió y finalmente juntamos nuestros labios, si esto se volvía costumbre de los dos, ojalá que sea eterna, Sam me empujó un poco y nos separamos.

-Alguien nos puede ver Noah- yo reí.

- ¿Y? No hacemos nada malo, solo somos dos personas que se quieren- ella sonrió y asintió mordiendo ligeramente su labio inferior, ay no, díganme que no lo hizo, sin poder evitarlo atrape sus labios con los míos otra vez, ahora era con más insistencia, casi como si nos fuéramos a separar para siempre, aunque yo no lo permitiría. Pasaron minutos desde que nos besamos, ahora los dos estábamos abrazados, yo acariciando su cabello y ella suspirando continuamente.

-Te quiero Noah- la apreté un poco contra mí y sonreí emocionado.

-Yo te quiero a ti Sam- sentí como ella sonrió y se separó.

-Tenemos que trabajar, ya casi llega tu contrato.

-Lo llevas a mi oficina- caminaba a mi oficina sin dejar de mirarla, los dos sonreíamos, cerré la puerta una vez dentro y mi celular sonó avisándome de un mensaje nuevo, era Douglas, todo estaba saliendo perfecto. Solo esperaba no ser rechazado.






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Como ven, estos días estoy inspirada para escribir

Hasta ahora no habrá segunda temporada de esta historia 😢

*Ya saben, inspiración en multimedia.

El día que le conocíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora