Epílogo.

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Miraba a Sam sin arrepentirme de nada y la verdad no creo hacerlo nunca, casarme con ella fue lo más especial y lo más hermoso que me había pasado en mucho tiempo

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Miraba a Sam sin arrepentirme de nada y la verdad no creo hacerlo nunca, casarme con ella fue lo más especial y lo más hermoso que me había pasado en mucho tiempo. Ella estaba leyendo un nuevo libro, y como ya era costumbre se concentraba tanto en leer que no se daba cuenta que llevaba unos minutos mirándola fijamente y eso era lo que ella más odiaba en el mundo, según ella es para que no me fije en todas las imperfecciones que tenía, de hecho el día que por primera vez tuvimos relaciones, ella me vendó los ojos para que no la mirara, obviamente yo le dije que no tenía que avergonzarse y que la amaba tal cual era y obviamente ella no me creyó y no me dejó verla.

-Ya sé que me estás mirando y si no te digo nada no dejas de hacerlo- cubrió mis ojos y yo solo solté una risa.

-No le veo nada de malo que miré a mi hermosa esposa- sonreí al tiempo que ella quitaba su mano.

-No tiene nada de malo, pero es demasiado incómodo- yo negué, ella me miraba cuando me ponía ropa para ir al trabajo en la oficina.

-A mí me gusta cuando tú me miras, me hace sentir atractivo.

- ¡Es que eres tan malditamente atractivo! Tú si eres digno de mirar, puedes tener a la mujer que quieras y sin embargo me elegiste a mí.

-Claro, siempre te elegiría a ti, ¡Eres hermosa! - ella rio como si fuera un chiste lo que había dicho -Es en serio Sam, cree en tu esposo, por algo me casé contigo.

La atraje hacia mí y la abracé, a veces me desesperaba porque Sam no me creía que era bastante atractiva, tuve que buscar ayuda para tratar de entenderlo, juro que si no lo hacía me iba a volver loco, eso ella no lo sabe, así que tiene que ser un secreto. Con Sam uno debe ser delicado y sutil porque es muy sensible y aunque suene raro esa fue una de las tantas cosas que me enamoraron de esa chica.

-Noah, ¿Me estas escuchando? - Sam me miraba un tanto preocupada.

-No, lo lamento ¿Qué decías?

-Te decía que Matt me llamó hace un rato para salir, no creo tardar mucho, vuelvo en un rato- ella salió de casa no sin antes darme un beso. Realmente nos entendíamos muy bien, éramos como dos piezas de un rompecabezas, no nos forzamos a encajar, sino que solo nos uníamos y nos volvíamos más fuertes.

Estaba muy aburrido, no tenía nada entretenido así que pensé en buscar compañía, en estos momentos no me vendría mal un poco de distracción. Tomé mi abrigo y salí de casa cerrando muy bien, crucé la calle con cuidado y mirando a los dos lados, normalmente llevaría mi auto, pero tenía ganas de caminar y de tomar un poco de aire tranquilo, aunque viviendo en una gran ciudad dudo que se encuentre tranquilidad fácilmente. Las calles estaban llenas de personas, estaba por caer la noche y era entendible que hubiera tanta gente dado que era fin de semana y días de descanso de muchos. Analizando a varias personas que pasaban por mi lado juraría que la mayoría iban de fiesta o a algún bar para tomar un poco de alcohol. Siguiendo mi objetivo, me di cuenta de que estaba por llegar, un lugar de adopción, la casa estaba demasiado silenciosa y necesitaba un poco de ruido y de travesuras, sin dudar entré y una chica al verme se me acercó a atenderme.

- ¡Hola! Bienvenido al lugar donde puedes adoptar un nuevo integrante en tu familia- me sonrió y me guio a varias cabinas donde estaban todos, era muy difícil elegir uno porque todos eran hermosos y parecían muy felices.

Después de un rato terminé decidiendo que me llevaría uno pequeño y uno más grande para que no estuviera solo, eran peludos y con un brillo especial en su mirada, ¡A Sam le van a encantar estos perros!, compré varias cosas ahí mismo, como comida, juguetes, tazones, dos camas y dos correas, finalmente si me arrepentí de no traer mi auto. me acomodé como pude y salí de la tienda con mis dos perros y con las demás cosas que había comprado. Mi camino hacía casa fue entretenido, se me cayeron cosas en momentos y las personas me ayudaban a acomodarlas en mi cuerpo mientras los dos perros los olfateaban, en fin, que al llegar lo más difícil fue abrir la puerta y después de un rato intentándolo, los tres entramos con los ojos de Sam en nosotros.

- ¡¿Qué es esto Noah?!- cerró la puerta tras de mí y cruzó sus brazos, yo solté todas las cosas mientras los caninos corrían por la casa mientras investigaban su nuevo hogar.

- ¡Son dos perros!- ella me miró negando.

-Ya sé que son perros, me voy por un rato y ya tenemos dos integrantes más, es increíble.

-Ay por favor, vamos a dejar que se queden- Tomé su mano mientras la miraba para convencerla.

-Está bien, pero ¿Qué vamos a hacer con el nuevo tercer integrante? - no lograba entenderlo, bajo su mirada nerviosa me puse a pensar en que podía ser, tal vez ¿Un hámster? o ¿Un dinosaurio?, ¡Espero que no sea una serpiente porque me dan miedo! -Estoy embarazada Noah- La miré mientras procesaba la información que había recibido, podía ser una broma para jugar con mis sentimientos, o podía ser verdad para hacerme muy feliz.

-No es cierto- yo no hacía ninguna expresión, Sam estaba por soltarse a llorar.

-Si no quieres podemos abortarlo- negué -Es verdad Noah, estoy embarazada- Al asegurármelo otra vez pude levantarla en mis brazos y girar gritando de felicidad.

- ¡Voy a ser papá! - la bajé y la abracé.

-Pensé que no querías- me miro triste.

- ¿Bromeas? soy el hombre más feliz en este momento- la besé, estaba por convertirme en papá, era momento de aprender para ser el mejor. Yo iba a construir mi familia con Sam, Harlem y Stewart, que son mis dos perros, solo que Sam no sabe que se llaman así, y ahora venia un bebé... por ahora.







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He aquí mi epílogo, en verdad espero que les haya gustado esta parte, porque yo estoy muy feliz de que Sam encontrara el amor  cuando pensaba que se iba a quedar sola.

Espero que entiendan el mensaje de esta historia que nació de unos de mis grandes sueños: En cualquier momento puede llegar el amor de tu vida.

El día que le conocíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora