Capítulo 1: Es tiempo

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- Que día más resplandeciente - musitó apenas una erizo piel-rosada, mientras se acomodaba el flequillo de la frente que el viento del medio día le había revuelto. - Que agradable es leer aquí.

Amy Rose sostenía su libro de Pasteles de Boda caseras, mientras que con su dedo índice cambiaba a la página siguiente, buscando la receta y decorado acorde a la ocasión. Ella se encontraba sentada debajo de un cerezo en flor que curiosamente se topo en su búsqueda de un lugar para meditar. Pensaba muy cuidadosamente sobre lo que días atrás le habían pedido de favor. La tarea era muy importante, así que tenía que tomar una decisión y nada mejor que un hermoso lugar para despejar su mente mientras veía las imágenes de la forma y sabor del pastel en cuestión.

Habían pasado 5 años desde la laboriosa tarea de buscar las Esmeraldas Caos por el universo y la invasión de Black Arms. Sonic y sus amigos habían vuelto a casa tras destruir a los Metarex para luego enfrentarse al terrible Black Doom. Afortunadamente todo había salido viento en popa y hasta ahora se ha respirado paz y tranquilidad en sus vidas, no más drama de invasión masiva, no más amenaza de destrucción mundial, todo era armonía... bueno... a excepción de los planes del Dr. Eggman.

Todos en Mobius habían encontrado su rutina.
Todos, excepto cierta erizo rosada.

Cerró el delgado libro, no sin antes doblar la orilla de una de sus hojas para no perder la página que le había interesado, lo colocó sobre su regazo y alzó la mirada, absorta del azul profundo del cielo raso, totalmente perdida en sus pensamientos...


**********

Tras volver del espacio, Amy se había decidido a conquistar a Sonic a como diera lugar. Habían pasado tantas aventuras juntos, todo lo habían superado, así que no había mejor momento que este para hacerle saber a Sonic sobre el amor que le profesaba.
Con la mente positiva, Amy idealizo un plan infalible para llamar la atención de Sonic, sin que este saliera huyendo claro.
Así que primero optó por cambiar su atuendo.
Queriendo lucir un poco más madura, escogió un vestido ya no voluptuoso, rosa por supuesto, pero ajustado a sus apenas visibles curvas con los botones de lado izquierdo en conjunto con un cinturón blanco, sus botas fueron reemplazadas por unos cómodos tenis (por eso del "todo terreno" para ir tras sonic) más unas calcetas rosas hasta las rodillas, (menos piel expuesta, más tentación ¿no?) Y sobre sus espinos... Amy se miro al espejo y se sonrió. No, ese es su toque, justo tal cual está perfecto.

Apenas terminó con su cometido, inmediatamente corrió por las afueras del pequeño pueblo, buscando con la mirada alguna estela azul que le afirmara que Sonic se encontraba cerca. Se sentía tan emocionada, su corazón latía a mil por hora y no sabía en qué momento iba a desfallecer del anhelo de verlo.

Oh, Sonic, si tan sólo pudieras sentir todo este mar de emociones que desbordan por mis poros...


Amy recorrió todos los posibles lugares donde a su amado le gustaba estar; el taller de Colas, la pradera verde, el bosque, Isla Angel, inclusive decidió asomarse en la casa de Sonic donde casi nunca estaba.
Todo sin éxito, pero en cuanto estaba por ir en dirección a la guarida del Dr. Eggman, una ráfaga de viento le alboroto los espinos, no sin antes dejar ver la silueta que tanto deseaba.

Allí estaba él, con su icónica sonrisa, alto y esbelto, con ambos brazos a sus caderas en pose heroica, su pañoleta sobre el cuello dándole un toque más varonil y sus largos espinos ondeados por el fresco aire del ocaso.

- ¡Sonic! - Y saltó de emoción, no podía resistirse, lo amaba tanto...

Casi por instinto el erizo Azul dio un respingo mientras su cuerpo se tensaba...

- A-Amy.. ¿Qué pas.. ¡Woah! - alcanzó a decir, sólo para que la piel-rosa ya estuviera a medio salto de él - ¡Espera!

- Oh Sonic, cuanto deseaba verte - le confesó sin rodeos, tratando de profundizar su abrazo con dificultad, pues el erizo sólo trataba de safarse de su agarre - Llevo todo el día buscándote.

- Amy... por favor - le suplicaba el piel-azul - estoy ocupado - sentenció, mientras que con un brusco jalón la alejó de él.

Amy pestañeó sorprendida por su rudeza, estaba a punto de preguntarle si se encontraba bien cuando una voz femenina la sacó de sus pensamientos.

- Sonic, ¿Quieres apurarte? - demandó la fémina voz.

- ¡Enseguida! - le gritó entusiasmado- Lo siento Ames... me voy de aventura, ¡hasta luego! - y casi de inmediato, sonic desapareció de su lado para instantáneamente aparecer del lado de la dueña de aquella demandante voz.

Amy no pudo evitar tragar en seco...

Piel como el ébano, cabello color del atardecer, ojos como topacios, alta, delgada y agraciada, sin mencionar lo obviamente más... madura.

- Sally Acorn - susurró con agudo dolor, mientras los veía irse caminando, mirándose con complicidad y obvia cercanía.

Amy se quedó ahí, viéndolos desaparecer en el horizonte a saber quien sabe donde, pero con la clara promesa de que Sonic simplemente ya no la necesitaba...

**********

Tanto tiempo desde entonces - susurró con nostalgia.

Amy se puso de pie, golpeando suavemente los bordes de su vestido mientras quitaba algún rastro de tierra y hojas. Sí, 5 años desde entonces, ahora ella tenía 17 años, tras la dramática escena de ver a Sonic feliz de acompañar a Sally, Amy había estado en suma depresión.
En ese entonces, superar el gran primer amor siempre es un golpe muy duro para las jóvenes enamoradas, pero al final termina por ser parte del crecer. Amy había comprendido que Sonic vivía en un mundo totalmente diferente al que ella se planteaba y era "ahora o nunca" de darse cuenta de ello. Sonic anhelaba la aventura, lo desconocido, el siempre heroe de historieta y jamás permanecer estancado en un sólo lugar por mucho tiempo. Mientras que Amy aspiraba a ser la "esposa perfecta", vivir con su amado en una rustica casa, formar una pequeña familia, sentir en carne propia la epifanía de la vida y disfrutarla al máximo.

Amy sostuvo su libro de recetas sobre su pecho, feliz por la decisión que había tomado, mientras miraba en dirección hacia su casa.

- Sé que este pastel le encantará a Sonic - se río para sus adentros - y emprendió la marcha.

Sabía de antemano que Sonic no era tradicional en absoluto, así que darle una sorpresa de un pastel de 3 pisos con glaseado de chantilly con rosas azules como pastel de bodas, era una opción que lo avergonzaría tremendamente. Para tranquilidad de Amy, Sally iba a quedar más que complacida y en completo acuerdo de jugarle una broma piadosa a su futuro esposo.

Amy frenó en seco mientras sacudía sus brazos a modo de berrinche.

- ¡No puedo creer que él se case antes que yo! - chilló con derrota, mientras retomaba la caminata a casa.

¿Quién iba a pensar que la Aventura que Sonic le menciono a Amy, en ese entonces, terminaría con formalizar su relación con Sally? y no sólo eso, fortalecer tanto su vinculo al grado de que Sonic decidiera, por increible que paresca, sentar cabeza.

- Por fin quieto - pensó para sus adentros.

En algun lugar de su corazón, Amy se sentía desmoralizada. Tanto tiempo detrás de él, muchísimo amor para dar, tanto por ofrecer y sin siquiera poder dar la lucha.

- Simplemente no era para mí.

En realidad ella ya lo sabía, muy en el fondo, el amor que tanto predicaba era un amor de pequeña niña sin conocimiento del amor en sí, desde que empezó a mirarse en retrospectiva, Amy se dio cuenta de lo empalagosa y chocante que había sido con Sonic y no podía sentir más que verguenza de su antigua yo.

Pero claro que Sonic huiría así, con que fin él querría ser estrujado hasta el sofocamiento, mientras oía a una niña decirle cuanto lo amaba una y otra y otra vez.

- Pobre Sonic - Pensó - ¡pero ya no más!

Amy se había decidido a hacerlo bien cuando el momento llegase, iba a decidir correctamente y abordar el tema del "enamoramiento" de la forma más madura y centrada posible, ya no más arrebatos de niña fangirl, ya no más declaraciones demandantes, ya no más pequeña Amy Rose. Amy estaba determinada a que su segundo amor, como mínimo, iba a ser mucho más que jugar al gato y al ratón, iba a ser duradero, iba a ser reparador, iba a ser lo que el primero nunca fue. Correspondido.


- Creo que mejor iré con Vainilla y Crema, de todos modos no tengo mucho por hacer. - sonrió levemente.

Amy se desvió por poco en dirección a la casa de Crema, la mayoría del tiempo se la pasaba con ellas, era tan reconfortante. Su superación de sonic tuvo mucho que ver con el apoyo que Vainilla le dió y le debía tanto ya, la amaba como a una madre, y a crema como su pequeña hermana, la amaba aun más.

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En el techo del edificio más alto de G.U.N, Shadow el erizo, tumbado sobre el frío cemento con ambos brazos detrás de sus pinchos, miraba el azul profundo del cielo raso...

Hace 5 años que lo caotico en este mundo había cesado, literalmente Shadow llego a Mobius sin tener una idea de donde estaba, pero aun con la promesa de María que en letargos le azotaban, sentía que no importa donde estuviese, tenía que proteger y cuidar a los seres vivos, tal cuál y como ella hubiera querido. Lo unico realmente problemático de su misión, es que ya casi no había mision en sí y durante este periodo de tiempo, no ha habido amenaza que "Sonic" y sus amigos no pudiesen manejar. G.U.N se especializaba en peligros mundiales, obviamente lo que no ha habido en años, por lo tanto Shadow a tenido que permanecer al margen, completamente en "espera" del catastrofe.

No hay misiones realmente importantes que lo hagan sentirse... "útil".

Shadow entrecerró los ojos de exasperación, ¿que es lo que debería hacer ahora?, sin un propósito claro, simplemente era un alma en pena apaciguada por la inminente "paz" y "calma" y eso sólo lo hacía sentirse enfadado todo el tiempo.
El cielo comenzaba a oscurecerse, ¿cuanto tiempo había pasado? ¿importaba al menos?. Shadow seguía mirando la ahora infinidad de la noche, mientras que una y otra estrella se asomaba por el firmamento.
Aspiró por su nariz, llenando sus pulmones del aire frío del sereno, para luego resoplar con desdén. Su único propósito hasta ahora había sido cumplir su promesa a María, pero ya que lo había hecho, ¿que seguía?. Shadow entonces se vio envuelto en un razonamiento tan profundo que no se percató del ligero aleteo de cierta murciélago al aterrizar.

- Mmhh con que aquí estabas - Rogue la Murcielago asentó sus finas zapatillas sobre el techo, aun costado del cuerpo pétreo del erizo oscuro. - ¿Has estado aquí todo el día? Es raro no verte buscar en el computador por alguna misión interesante.- dijo la murciélago, mientras que con su pierna izquierda apoyaba todo su peso, ladeando su cuerpo en un ademán de espera.

El erizo ni siquiera la volteo a ver, simplemente seguía con los ojos fijos a la infinidad de la noche.


Rogue crispó los labios.

- El comandante quiere enviarte a una misión de reconocimiento, es sobre lo mismo, robots del Dr. Eggman, nada de otro mundo - Rogue vio como las orejas del erizo se menearon con interes - así también puedes "correr" para despejar tu mente - le sugirió, mientras dejaba aun costado de él un folder con varios papeles dentro, detallando su misión - o no lo hagas, como gustes. - espetó, justo al tiempo que alzaba vuelo.

Shadow entonces emitió de sus labios un sonido de molestia al tiempo que agarraba el folder y comenzaba a hojearlo, de repente, un escenario de cerezos en flor lo hicieron escudriñar la fotografía.

- Mmh - musitó - mientras que al instante, desaparecía.

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El segundo es el primer amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora