Capítulo 6: El recóndito abismal

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El erizo resopló de ansiedad, apretó sus manos en puños, su mirada fruncida advertía tallarse en su mirada habitual y en su mente la idea de cometer homicidio lo tentaba constantemente. Una sensación nauseabunda en sus entrañas lo asaltaba. Por un lado, su acción le había salvado de una incómoda tortuosa situación, pero por el otro aveces odiaba lo entrometida y meticulosa que ella podía ser. Frente a él, la pícara murciélago meneaba entre su manicura la realidad que le estaba azotando. Tarde o temprano su situación iba a salir a la luz, pero hubiera preferido lo primero antes que lo segundo. Aún no podía manejar lo que sus instintos le demandaban, esto de los sentimientos a flor de piel era algo demasiado nuevo para él y su forma de mantener las cosas completamente bajo control le traicionaban. Rogue paró de menear el objeto de su atención ladeando de vez en cuando su rostro en negativa y sonrió como si no hubiera un mañana. Shadow sólo le miraba, sus ojos color sangre desearon en ese momento tener el poder de derretir todo lo que reflejaran sus pupilas.



- Quien iba a imaginarlo - su voz hizo eco en la cabeza del erizo , ella ladeó sus labios en una mueca - esto es demasiado bueno para ser verdad.

- Donde lo conseguiste - atinó a decir él, aún inmutable por fuera, pero por dentro...


- Una espía no revela sus trucos - contestó en su defensa- además... - Se acercó lentamente hacia él, meneando de nuevo entre sus dedos la evidencia de su debilidad - Siempre me has parecido tan misterioso, jamás has tenido imperfecciones o secretos, pero esto... - la fotografía en su mano dejó de balancearse mostrándolo a él y la erizo rosa encimados debajo de un cerezo - esto lo cambia todo.



De un tirón le arrebató la imagen desgarrando el papel entre sus dedos

Al acudir al llamado de su compañera y encontrarse con ella en su ubicación actual, no tardó mucho en darse cuenta que todo fue un engaño. Rogue no se encontraba en peligro ni tampoco había indicios de la presencia del Dr Eggman, era obvio que Shadow iba a estar irritado por el teatro. Lo que empeoró el asunto era la muestra de que ella le estaba "espiando" y eso no le agradaba en lo absoluto. Debía mantener la calma, la situación no debía ser tan mala como lo hacía aparentar, las relaciones entre dos individuos eran parte rutinaria por lo tanto el tener una compañera no debería ser un motivo de exaltación. El erizo resopló no muy convencido de sus propios pensamientos, ahora que lo meditaba con más coherencia, comprendía perfectamente que la noticia sí iba a ocasionar conmoción. En todos sus años activo no existía la remota idea de ser asociado con una fémina, es más, ni siquiera a él se le había cruzado por la cabeza, era algo trivial, sin objetivo, una pérdida total de tiempo y la muestra implacable de ese hecho era la misma Rogue.


- Entonces... - la escuchó decir, liberandolo de su trance - La niña rosa y tu ¿eh?


La forma burlona en la que habló le causó irritación. Aunque no estaba refiriéndose a su persona le molestaba, ¿porque sería?. El erizo rodó sus ojos, apretó ambos puños y emprendió la marcha. Esta vez no sentía la necesidad de correr, quería meditar. La murciélago sonrió sin dudar en perseguirlo, la sola idea de molestarlo ya le causaba satisfacción. Apresuró el paso hasta quedar a su altura, entrelazando sus dedos con ambos brazos hacia atrás, ligeramente inclinada rozando su hombro con el de él.


- Así que ella te robó tu primer beso... ¡Cielos!, ese sí que es un logro. Dime ¿acaso ella te sedujo con artimañas?

Cada que ella hablaba él hacía una mueca de irritación.

- Quién iba a pensar que la rosita lograría domar al señor perfecto.

Shadow frunció el ceño "¿domar?", sonrió por lo bajo, si tan sólo supiera que era al revés.

- ¿O acaso estás tan aburrido que sólo estás jugando con ella?



De repente él frenó en seco extrañando a la ojos zafiro. Shadow entonces se giró para verle, reprendiendo con la mirada.



- ¿Entonces tú crees que soy un jugador? - él alzó una ceja despotamente.

- ¿Acaso habría otra razón?.

- ¿Quieres decirme entonces por que yo nunca jugue contigo si supones que a eso me dedico?


Rogue entreabrió los labios tratando de articular palabra alguna en su defensa, pero nada salía de ella. Gruñó por lo bajo rechinando sus dientes, "¿pero quien se ha creído?"


- Por que yo te intimido, recuerda que yo soy la experta en relaciones mobianas. - mencionó con victoria, abriendo la palma de su mano derecha para mirar su manicura intacta.

- Si eres experta ¿Por qué no logras descifrar mi relación? - el erizo se cruzó de brazos, la mirada déspota ahora se convertía en una sonrisa. Rogue volvió a quejarse.

- Seguro que ella te convenció de alguna forma.

- Concuerdo - le dio la palabra, ella alzó una ceja extrañada - ella me convenció.

- ¡ja!, lo sabía. - artículo triunfal, dándole la espalda. Él se encogió de hombros.

- Ella... me convenció con su autenticidad - atinó a decir. Rogue abrió los párpados de la sorpresa - El tiempo que hemos pasado sólo me ha mostrado quién es realmente. Sin engaños, sin atajos, sin apariencias, en todo momento es completamente ella.


Rogue volteó, el erizo tenía ligeramente ladeada la mirada, aun con su porte pétreo e inmutable el sonido de su voz era diferente.


- Su forma de demostrar que le importas es tan honesta que me fue imposible no sincerarme - él suspiró, de nuevo esa sensación oprimiendo dentro de su pecho lo asaltaba - sin darme cuenta me encontré en una posición que no estaba bajo mi control, y a pesar de que el simple hecho estaba fuera de lo usual en mí, no me desagrado en lo absoluto.


Perpleja, la murciélago lo analizó detenidamente. Frente a ella estaba de pie un Shadow que jamás imaginó ver. La sola idea de tan extraordinario suceso la hizo reflexionar. En su mente, las escenas de ella y Knuckles en constantes peleas y desacuerdos por no dar su brazo a torcer daban vueltas una y otra vez. Shadow tenía razón, si tan sólo ella hubiera sido lo suficientemente sincera con sus sentimientos... knuckles no la hubiera abandonado. Ahora comprendía que no todo giraba en cuán seductora o atractiva puedas ser, a veces sólo necesitas ser tu misma, darle una oportunidad a tu persona y dejar que quien te ama te descubra a plenitud. Pero claro, si tan sólo ella hubiera dado el primer paso, las cosas hubieran sido diferentes.

Rogue relajó los músculos sonriendo cómplice ante las palabras que el erizo se atrevió a articular. Eran sorprendentes los cambios cuando se encuentra a la persona indicada. Se acercó a él sonriendo, Shadow frunció el ceño sin comprender.


- ¿Cómo es que te volviste tan bueno en esto?.

El segundo es el primer amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora