Capítulo 3: Algún lugar que sólo nosotros conocemos.

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Esa noche al llegar a casa Amy sintió una emoción cálida que la envolvió de pies a cabeza. Hacía años que no experimentaba esa sensación de plenitud. A diferencia de cuando estaba con Sonic su presencia no fue rechazada en lo absoluto y tampoco sentía esa obsesión de niña fanatica, si no atracción, y era esa maldita atracción que la hacía rememorar a detalle la silueta del erizo oscuro. Se envolvió entre sus sábanas para enrollarse como capullo mientras imaginaba que eran sus brazos. Tal vez Shadow no lo sabía ahora pero él ya le había dado un nuevo propósito para poder seguir adelante. 


Y con su imagen nítida en sus pensamientos Amy por fin pudo conciliar el sueño.

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A la mañana siguiente


- "Maldita sea ... " - siseo entre dientes. 


¿Pero en que putas estaba pensando? ¿Como siquiera se le paso por la cabeza ser amigo de ... de...?. Suspiró con desdén dando zancadas olímpicas sobre el largo pasillo desde su habitación hasta la sala de reuniones de G.U.N. Tenía que entregar el maldito reporte que no pudo entregar ayer por culpa de cierta erizo rosa por lo que se paso toda la maldita noche rastreando a esos estúpidos Robots. Afortunadamente para él no necesitaba dormir lo mismo que los demás, aunque ese era el motivo minúsculo de su irritación. No podía reparar en lo que había hecho o dicho la noche anterior, ¿en que momento le empezó a importar hacer sentir mejor a alguien?, sobre todo cuando "ese alguien" era una conocida y nada más. Desde que se aseguro de que tuviera pulso debió retirarse, entonces, ¿por qué protegerla?. Un leve dolor lo hizo frenar en seco para pasarse una mano por su nuca apretando el punto afectado mientras la imagen de María sonriendo se le reflejaba en las pupilas.

- Ssss... - musitó quedándose quieto un momento aun con sus dedos presionando mientras entre cerraba su ojo izquierdo amainando el ardor.

Sentía que no estaba bien, que algo se le estaba pasando por alto y la sola idea lo hizo enfadar.

Prontamente entre su distracción y su andar llegó al amplio salón dándose cuenta que Rogue parecía congeniar con él en mal humor.

- ¡¡Maldito Echidna!! - la escuchó gritar de repente mientras arrojaba sobre la pared un libro que tenía en las manos. - ¡Es la ultima vez que me deja plantada ese imbécil!

Shadow entonces se vio eclipsado por el aura de odio puro que Rogue emanaba. Se sentó sobre el amplio sillón justo enfrente de ella tirando su reporte sobre la mesa de centro.

- ¿Dónde está el.. ?

- ¡No me hables! - dijo de súbito alzando su palma izquierda a modo de interrupción - ¿Qué no ves que estoy enfadada?, ¡Maldita sea Knuckles deja que te ponga las manos encima...! - amenazó como fiera imaginando el cuello del Echidna sobre sus manos y lo estrujaba.

- Que demonios - alzó una ceja extrañado. La mayoría del tiempo ella era una persona serena e irónica pero hoy si que era otra - A ti que te pasa.

- No entenderías... - contestó mientras se colocaba ambas manos sobre su cintura e inflaba el pecho - relaciones complicadas.

Shadow hizo una mueca desinteresada, relajo el semblante, recargo su espalda en el sillón y colocó sus ante brazos en la cabecera.

- ¿Te pones así por que te dejaron plantada?

Un sólo movimiento le bastó para acercarse a milímetros de su rostro apoyando sus manos en sus rodillas, mirándolo fijamente a los ojos, Shadow no se inmutó.

- Te dare un consejo... amigo - siseó con recelo Rouge- jamás nunca en toda tu eterna vida prometas algo que no vas a cumplir. Las mujeres confiamos en quienes nos importan y si nos traicionan nuestra venganza es dulce y dolorosa.

Shadow sintió el aliento de la murciélago mientras una gota de sudor le recorría la sien. ¿Acaso había funcionado esa intimidación? y ¿Por que de repente sentía un escalofrío recorriendo su espina?. Rogue al ver su reacción se incorporó cruzándose de brazos mientras sonreía.

- Vaya,vaya...alguien a prometido algo y estaba pensando en no cumplirlo, ¿verdad? - Entonces ella le lanzó una mirada furtiva. Él contestó crispando los labios.

- "Maldita sea..." - siseo entre dientes claramente molesto por el recordatorio.

El segundo es el primer amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora