Capítulo 7: Hábitos

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La mañana era tan resplandeciente que se colaba entre las cortinas carmesí de su habitación ocasionando que el erizo apenas logre parpadear con molestia. Llevaba días sin poder conciliar bien el sueño, la pesadez de la rutina que recientemente le habían obligado le estaba calando hasta los huesos, jamás en su miserable vida había sentido el cansancio que ahora se agolpaba sobre sus hombros sin siquiera rematar que se encontraba en confinamiento, y no porque así se lo hubiesen ordenado, claro que no, las órdenes se las estaba pasando por donde menos le tocaba la luz. Su extraño comportamiento de animal enjaulado era por una arraigada razón y aquella razón era una fémina que tenía apellido y nombre.





- Rose... - susurró a la soledad, removiendose entre las sábanas de su cama mientras fruncía el entrecejo.




Había pasado un mes y medio desde la última vez que la vió, en innumerables ocasiones estuvo al borde de ceder e ir a verla pero sabía de antemano que si se atrevía solo la pondría en peligro y aquello jamás se lo iba a perdonar. - Si tan sólo pudiera encontrar a ese maldito Dr. - recordarlo le hervía enteramente la sangre, sin embargo, se había prometido buscarlo para que él en persona le diera todas las respuestas a sus constantes interrogantes: ¿Cómo llegó ese papel allí?, ¿Quién se lo envió?, ¿Por qué tenía que ser en este tiempo? y la más importante, ¿Realmente ella y él iban a ... ?. La sola idea en su cabeza lo obligó a sobarse la sien. Era posible, sin duda, después de su último encuentro si ese bastardo le afirmaba sus sospechas iba a creerle, pero lo necesitaba oír, necesitaba saberlo, quería que alguien se lo confirme para poder ceder por completo a estos sentimientos que lo estaban consumiendo. En mera interna reflexión Shadow dio un resoplido sonoro que se extendió como eco en su vacía habitación.






Justo después de lo que paso con ella hubo una charla en la sala de reuniones de G.U.N, aquel secreto que él estaba guardando con tanto recelo en un abrir y cerrar de ojos fue revelado y no por mero descuido ni absolutamente algo que pudiera controlar. La noticia se dispersó como hormiguero cuando apareció otro papel idéntico en otro centro de control de Eggman, para su desgracia, fue el mismo Omega quien lo halló, era obvio que el maldito no iba a tener un poco de conciencia como para mostrarle primero si de aquel papel dependia una mínima pista del paradero de su creador. Conforme la hoja fue entregada al cuartel fue casi de inmediato la orden de una explicación. El erizo no hizo más que soltar un bufido mostrando casi nulo interés sobre el tema y aunque por dentro estaba que se lo llevaba mil diablos del infierno, el controlar sus emociones era pan comido. Al final, su cara de poker pareció funcionar dando como resultado una inseguridad - Estarás bajo estricta vigilancia - le escuchó decir al comandante para después dar por terminada la reunión. Shadow estuvo a punto de gruñir pero aquello lo limitó al grado de llenarlo de pura impotencia.






G.U.N ahora sabía que tarde o temprano él iba a relacionarse con alguien e iba a engendrar no solo un hijo, si no un ser con tales poderes que iba a proclamarse el salvador de un futuro que hasta ahora se mostraba incierto. Para su mala suerte, el hijo de la última forma de vida no solo terminaría siendo un héroe, sería un soldado, un arma, un objeto.






- Otro yo... - Susurro suavemente mientras tragaba saliva con dolor alzando el brazo para mirarse el dorso de la mano.





Sabia en estos momentos que el último lugar donde debería estar era con ella pero ¿cómo soportarlo?. Apenas había transcurrido un mes y días y ya sentía la necesidad de estar dormitando como en esos mismos cincuenta años que le tomó estar en animación suspendida, quizá de ese modo podía contener la inconsciente necesidad de verla. Siendo realista, seguía sin comprender cómo en tan poco tiempo se habían encariñado tanto. Su frustración era tal que la mano que miraba se paseó sobre su cara tratando de sopesar esas nuevas e intensas emociones que lo embargaban. Hasta cierto punto el tener que lidiar con todo aquello que trataba de suprimir le estaba molestando a sobremanera, siempre ignoró por completo el tema del amor más allá de lo familiar, ni siquiera se tomó la molestia de indagar o aprender ya que a simple vista era un tema tan trivial y enteramente inútil de sobrellevar pero, ahora, justo ahora en lo único que ha podido pasar el tiempo de condena es en buscar información sobre cómo entender sus propios sentimientos. Así era él, si no entendía algo y le daba fastidio acudía a la búsqueda de información en la vasta biblioteca de G.U.N o en su mera flojera solo tecleaba lo que quería en el ordenador.






Frustrado y por mero cansancio de permanecer toda la noche tumbado se incorporó hasta sentarse en la orilla de su cama inclinando medio cuerpo para descansar sus codos sobre sus rodillas y entrelazar ambas manos con sus dedos. Su mirada de pronto se perdió en algún punto de su habitación hasta que de sus propios labios un chasquido irritado de su lengua rompió el silencio. Por Caos que si no buscaba algo más que hacer juraba escapar en cualquier momento mandando a la mierda toda su resolución de protegerla.





Como un llamado a detener su estupidez el golpeteo constante de unos nudillos sobre la puerta lo sacó de sus pensamientos. Al principio no mostraba intención de acudir, pero la insistencia del golpeteo lo sacó tanto de sus casillas que dio un gruñido y en un santiamén ya estaba abriendo la puerta de un jalón. Del otro lado, la ojos celeste dio un respingo por la agresividad del recibimiento del erizo. Rouge le miró tomándole solo unos segundos para inmediatamente percibir el aura de frustración que desprendía Nunca lo había visto tan deplorable como lo veía justo ahora y aquello hizo que su pecho se oprimiera de empatía.





- H-Hola Shadow... ¿puedo pasar?

El segundo es el primer amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora