Capítulo 14

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Jimin se frotó la palma de la mano contra la mejilla, mirándome desde arriba. Yo crucé mejor las piernas desde mi sitio en el suelo del sótano, desempaquetando material. Vaciaba cajas que más tarde habría que recolocar por las distintas zonas de la empresa.

- Y... ¿tienes que ordenar todo esto tú sola?

- No. Han contratado a alguien ya – miré el reloj de mi muñeca. – Estará aquí para las nueve y... me ayudará a distribuir todo esto. Así de paso se familiariza con la empresa.

- Mm... - asintió. Mirando a su alrededor, chocando sus manos contra las caderas un par de veces antes de volver a mirarme. – Lo siento.

Dejé de sacar cosas de la caja y subí los ojos para mirarle. Así que por eso había estado buscándome la mitad de la mañana. Al menos no iba a pedirme nada más relacionado con Taehyung, porque no quería verle.

- ¿Por qué?

- Taehyung nos contó lo que pasó el domingo. – Bajé los ojos hacia la caja y continué con mi trabajo. – Lo de que te echó de casa... y eso. Es culpa mía, lo siento.

- Vale. No pasa nada.

- Él había estado toda la semana... mal. No solo por la gripe, no sé. Creía que saldría bien.

- Vale. No pasa nada – repetí. Jimin asintió, suspirando.

- ¿Puedo hacer algo?

- No. Todo va bien – le di una sonrisa, y después con los ojos señalé la puerta. Volvió a dejar escapar el aire por la boca, retrocediendo, captando lo que le estaba pidiendo.

- Lo siento otra vez – repitió, antes de girarse y caminar para salir del sótano.

- No es culpa tuya.

Vaciló cuando ya estaba cerca de la puerta, como si fuera a volver a girarse para pedir disculpas, pero pareció pensarlo de nuevo y siguió caminando, dejándome sola. Era lo mejor.

Suspiré, cerrando los ojos y echándome hacia atrás. Tumbándome en el suelo, mirando las bombillas sin lámpara del sótano. Aquí había empezado todo... y ojalá nunca lo hubiera hecho.

***

Me coloqué la chaqueta, sacando el bolso de la taquilla para colgármelo del hombro, cerrando la puertecita de metal después, tenía que acordarme de traer otra camiseta de repuesto, y también tenía que dejar de mancharme cada vez que bebía café. Qué desastre. Eunbi dijo que la mancha de café no se notaría cuando se hubiera secado, que era como el agua, sí claro.

- Entonces... – moví los ojos hacia la nueva, que como yo se había quedado hoy hasta después de su hora. Se estaba poniendo un gorro porque fuera hacía mucho frío aunque aquí dentro el termostato marcara 22º, y me sonrió. Era buena chica y lo había hecho bien su primer día. – ¿Hay que quedarse todos los días una hora después del turno? – Me reí y ella casi se cubre los ojos con el gorro.

- No, y siento haber hecho que te quedaras. Aunque normalmente todo el mundo se queda un rato, deberías hacerlo tú también. Con veinte minutos es suficiente.

- Oh.

- Así no da la impresión de que estás deseando acabar tu turno y estás dispuesta a dejarlo todo a medias. – Ella asintió, esperando a que yo terminara de recoger mis cosas para que nos fuéramos juntas. – Aunque sea verdad.

- Vale, gracias. – suspiró. – Es duro empezar. ¿Lo he hecho bien hoy?

- Has llegado a tiempo y no te has quejado nada. Lo has hecho genial.

Wager - Kim TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora