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Los cuerpos tirados en el suelo aumentaban conforme se abrían paso entre los pasillos de la iglesia.

Trager era un tirador magnifico, desde que había comenzado a disparar no había fallado ni un solo tiro.

Como si adivinara donde y cuando iban a aparecer alguno de sus enemigos.

Y era capaz de matarlos aun con toda la protección que estos usaban.

Sus tiros eran tan rápidos y precisos, que los demás apenas y tenían tiempo a cargar su arma.

Y el único momento en que este paraba, era para ajustar sus gruesos lentes.

Los cuales se habían roto, al empujar a Waylon para ponerlo a salvo.

Una bala logro atravesar su piel, pero poco pareció importarle.

Ya que su misión principal era proteger a Waylon.

Miles aun corría junto a ellos.

De no ser por todas las groserías que gritaba de vez en cuando, Waylon habría olvidado su presencia.

El solo quería irse de ese lugar.

Encerrarse en su habitación, bajo sus sabanas y llorar hasta que alguien le dijera que todo era pesadilla.

Aunque sus ojos y sus oídos que pitaban, no le dejarían mentirse.

Jamás vio tantos muertos y heridos.

Sabía que el trabajo de Eddie le enfrentaría algo semejante alguna vez...

Pero no el día de su boda...

No ahora que había tomado el valor suficiente para no correr del altar.

Pero que importaba todos sus miedos ahora.

Podría morir de un momento a otro...

Y nadie podría salvarlo...

Ni Eddie, ni Blake...

Nadie...

*

*

*

La sangre bañaba su antes inmaculado traje.

Había cambiado de saco y corbata más veces de las que deseaba recordar.

Sabía que su imagen era desastrosa.

Pero al menos estaba vivo...

Manera y Walker le había apoyado hasta el final.

Sin importar las heridas que se ganaron por ello.

Lástima que no tuviera tiempo para ellos.

Esa maldita rata debía estar cerca.

Y si lo conocía tan bien como hasta ahora, este iría a por Waylon.

Así que debía darse prisa si quería salvar a su Darling.

Ese bastardo no tendría piedad con este de encontrarlo...

*

*

*

Su equipo estaba siendo eliminado uno a uno.

Cosa que poco le sorprendió.

Esos bastardos solo eran peones en un juego más grande del que entendían.

Eddie Gluskin había sido una piedra en sus zapatos por años.

Cuando escucho de la muerte de la madre de este, se sintió feliz.

Al fin podría retomar los territorios que esa perra y el bastardo de su esposo le habían quitado.

Cuando los detalles de que mismísimo Eddie fue quien disparo esa noche, eso fue aún mejor.

En ese momento supo que Eddie sería un peligro de no controlarlo.

Así que mando a Val a buscar al chico que traía loco a Eddie.

Debía tener una buena ficha con la cual negociar.

Era una suerte que Jessica se hubiera infiltrado y se hiciera amiga de Blake.

Que estuviera más que dispuesta a dispararle a él y a Trager.

Y llevarse a Waylon.

Pero esa pequeña arpía tuvo otros planes.

Por años escondió a Waylon y a Lisa.

Nadie sabía dónde encontrarle.

Y era obvio que alguien más le ayudaba.

Por más que lo busco nunca dio con él, pero si con esa traidora.

Ella se había enamorado del tal Blake.

Así que como recompensa le rompió el cuello.

Algo rápido...

Aún tenía esas fotos, para deleitarse con los ojos muertos de esa rata.

Pero con ella muerta, nadie sabría dónde estaba Waylon.

Así que decidió regresarle la moneada a esa niña.

Se acercó con cuidado a Blake.

Lo llevo hasta Alemania donde Marta se encargó de vigilarlo.

Cuando Trager fue a "rescatar" a Blake, nunca se imaginó que él ya estaba entrenado.

Siempre supo que ese chico le sería útil

Y que ese idiota se enamorara de Waylon era casi poético.

Le premiaría ya después por todos sus servicios.

Una bala para Waylon y una bala para Blake.

I would kill for your loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora