The heart of the Darkness - (Zayn y Tu)

Capítulo cuatro

_____ POV:

Subí las escaleras algo cansada, los gritos de Richard me habían aturdido, y sus golpes eran más cicatrices que cubrir al día siguiente. Cerré la puerta suavemente a mis espaldas, y me dejé caer suavemente en la cama. ¿Por qué mi vida era tan difícil? ¿Por qué mi padre no era como los demás? Suspiré y comenzé a llorar en silencio. No sé que dolía más, si mi corazón por la culpa de que mi padre me odiara, o mi cuerpo porque me golpeara como si no hubiera un mañana. Me sequé las lágrimas, ya que para mi llorar era cosa de débiles, y con mi vida era imposible ser débil. Si me dejaba caer un segundo, probablemente estaría suicidándome.. aunque a nadie le importaría. Pero a mi no iban a vencerme, yo iba a vivir, iba a trabajar, bailar, y hacer todo lo que siempre quise, sin importar que o quién se metiera en mi camino. Caminé con pies de plomo hacia el baño de mi habitación y saqué de un cajón mi pequeño e improvisado botiquín de primeros auxilios, que había ido aumentando a medida que los golpes de Richard se hacían mas frecuentes. Me miré al espejo, y estaba destrozada. Tenía unas enormes ojeras, que no eran posibles de ocultar ni con un quilo de maquillaje. Mi cabello era una maraña, parecía un nido de pájaros más que el cabello de alguien. Suspiré, y me di una sonrisa. Debía ser fuerte, no debía dejar que nadie me derrumbara. Nada iba a acabar conmigo, yo era más fuerte que todos los que estan en mi contra. Comenzé a envolver mi muñeca en una venda, ya que en un momento el me empujó, haciendo que cayera y todo el peso de mi cuerpo recayera en mi muñeca. Suspiré sentada en el inodoro mientras seguía enrollando la venda, y pensaba en mi vida.. se me estaba escurriendo de las manos, y yo.. no sabía si esta era la vida que quería para mi. En realidad, ninguna persona querría a un tipo que dice ser tu padre, pero que vive golpeándote. Miré mi reloj de muñeca y eran ya las 10.30. No pensaba bajar a cenar, no quería verle la cara.. si quería darme miedo, lo logró. Cada vez que lo veo me tiemblan las manos, y se me acelera el pulso. Cuando terminé con mi muñeca, me levanté la remera y pude ver que tenía un enorme moretón morado debajo de las costillas. Me pasé el dedo suavemente por encima y sentí una gran punzada. Me bajé la remera de nuevo, guardé todo donde estaba y volví a mi habitación. Me puse mi pijama, apagué las luces, y me dediqué a dormir. Mañana sería un día largo, al igual que todos los demás.. 

Estiré mi mano sobre mi mesa de noche tomando mi teléfono celular, y apagué la alarma que sonaba con insistencia. Me estiré y sentí un dolor punzante en mis costillas, volví a mi posición normal y me levanté la remera. El moretón se había extendido mucho más, y había tomado diferentes tonalidades. Me senté, me refregué los ojos unos segundos, y luego suspiré mientras miraba la nada. Me puse de pie, caminé hacia la ventana y levanté la persiana dejando que el sol entrara y me calentara la piel. El invierno en Philadelphia pegaba demasiado fuerte, y un poco de sol era lo mejor del mundo en estas épocas. Le sonreí al día, viendo que no había ni una nube en el cielo. Caminé hacia mi escritorio, encendí el estéreo y puse mi cd favorito al máximo. 'Thought of you' de Justin Bieber sonaba con fuerza en mi habitación, y a estas horas nada pasaba, ya que Richard se iba a trabajar como a las 6 de la madrugada, y ya eran las 6.30. Sentía que hoy iba a ser un gran día, no sabía por que, pero tenía ese presentimiento. Me cambié, optando por unos jeans y una remera verde agua, me peiné dejando mi cabello suelto, me puse algo de perfume, y apagué el estéreo. Bajé las escaleras y caminé hacia la cocina. Me preparé un café con leche, lo metí en mi taza térmica y la guardé en mi mochila. Tomé mi celular, los auriculares, salude a Gaia y corrí antes de que el autobús me dejara olvidada. Llegué a la esquina justo a tiempo, subí y me senté en un asiento individual mientras me ponía los auriculares con la música al máximo y me aislaba del mundo entero.. ~