02

18.3K 3.3K 1.6K
                                    

🐰♡🐱

Eran las ocho y treinta de la noche y el pequeño niño de orejas puntiagudas, ya estaba acostado. Su cama tibia y los almohadones mullidos, le rodeaban. Afuera continuaba claro, con un día totalmente primaveral. Pero eso no importaba, Yoongi debía seguir su rutina.

Levantarse a las siete y treinta, clases de piano desde las ocho y quince, hasta las diez. Luego tendría clases particulares de historia, almorzaba y continua con matemáticas, lenguaje e idiomas; ya que el próximo año recién sería ingresado en la escuela. La cena a las siete y treinta; practica de natación en la piscina bajo techo y terminan el día con una leche, un relajante baño y a la cama. Esa era la rutina de lunes, miércoles y viernes.

El niño no podía dormir, sintiendo las risas de Jimin en el jardín.

¿Por qué es tan ruidoso?

¿Por qué aun no esta en la cama?

Yoongi atrapó una almohada y frunció el ceño, molesto, muy molesto. Jimin le molestaba, le irritaba y exasperaba.

¿Por qué es tan...niño?

Inmaduro, sucio y ruidoso.

¡¡Y lleva ese feo "señor Strauss a todas partes!!

Molesto, molesto, molesto.

El niño se acomodó en su lugar, alzando las piernas y pateando al aire. Resoplando, supo que no podría dormirse. Acomodándose de costado, apretó la almohada entre sus brazos y observó fijamente la ventana, siendo testigo de la manera en que el sol descendía cada vez mas de su posición, dando paso a rayos anaranjados, casi rojos.

La risa de Jimin ya no se escuchaba.

Cuando el sol decayó por completo, Yoongi continuaba sin poder dormir. Su cabeza estaba inundada de preguntas.

¿Por qué no soy un lobo?

¿Por qué mis padres nunca están?

¿Por qué no tengo juguetes?

¿Por qué...?

¿Por qué...? Y ¿por qué?

En la intimidad de su habitación, el menor se permitió ser un niño, débil y triste; vulnerable al constante rechazo de las personas que él más amaba. Enterrando su cara contra la almohada entre sus brazos, dejó libre sus sollozos y lágrimas saladas.

La puerta de su habitación se abrió, dejando entrar un halo de luz. Yoongi se congeló.

-Señor ¿está todo bien? Mi hijo le escuchó llorar...-Dalsu se atrevió a dar un paso y cerrar la puerta tras ella.

El niño suspiró.

¿Ahora tiene un super oído?

O...¿fui demasiado ruidoso?

Yoongi sintió la forma en que la cama se hundía bajo el peso de Dalsu al sentarse a su lado. Sus orejitas se movieron al percibir el movimiento vacilante sobre ellas. El niño se tensó, sin saber qué esperar.

-Sé que su madre dijo nada que fuera demasiado afectuoso... -la mujer tocó el cabello gris del niño, del mismo color que sus preciosas orejitas peludas; y comenzó a acariciarle, paseando los dedos entre las hebras suaves.

Yoongi se quedó estático un segundo antes de soltarse y comenzar a ronronear. Algo que nunca, en sus seis años de vida, había hecho. El toque era tan suave, cariñoso y reconfortante, que el niño se vio inclinándose y moviendo sus orejitas para recibir un poquito más.

私たちの運命 《Omegaverse -YM》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora