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Dedicado a DoolyJiminiee ♥️

🐰♡🐱

Yoongi se observó en el espejo, ansioso. Su corazoncito parecía que escaparía de su pecho.

No era la primera vez que el gatito tocaba el piano para sus padres, sin embargo, era la primera vez en que más personas estarían; su esponjoso conejito y amigos, sus primeros amigos, lo verían.

Con el cabello, orejitas peludas y colita muy ordenadas. Su perfecto pantalón negro con suspensores sobre su camisa blanca, impoluta, terminando en un corbatín rojo oscuro. Esa mañana había transcurrido muy rápido entre interrogatorios de su padre y correcciones de su madre, apenas si había visto a Jimin o Dalsu, sin embargo, pudo poner en práctica todo lo que ambos, madre a hijo le habían enseñado.

Temple.

Paciencia.

Cariño.

Aun cuando se permitiera por ser débil, idolatraba tanto a sus padres. Quería tanto poder agradarles, aunque sea solo un poco.

Como para que quieran pasar un tiempo conmigo.

El suspiró y fue hasta su armario y saco a kumamon de su escondite provisorio. Lo abrazó con muchísima fuerza. Cuando los pasos sobre la alfombra y el suave rumor de una conversación le alertaron, devolvió a su osito a su lugar, y fue hasta un lado de su cama. La puerta se abrió de sopetón, haciéndolo sobresaltarse un poco.

¿No es que se debería tocar la puerta antes de entrar?

El gatito frunció automáticamente el ceño hacia la recién llegada.

-¿Qué? -preguntó la madre de Yoongi.

-No...tocó la puerta antes de abrir, madre. -le respondió el niño con voz baja pero firme. La mujer carraspeó y asintió.

Dalsu, quien estaba detrás de la alfa, sonrió con labios juntos.

-Debes bajar. Llegaron los Jeon y los Kim. El mecánico y su hijo también están aquí. -habló en tanto repasaba el vestuario de su hijo con la mirada. Los helados y calculadores ojos de esta, hicieron a Yoongi querer encogerse. Sin aguantarlo, bajó la mirada hasta sus zapatitos de brillante charol -Necesito que seas perfecto allá abajo, Min Yoongi. No gastamos una millonada para educarte. ¡Mírame cuando te hablo!

Yoongi alzó la mirada como un resorte.

Dalsu se mordió los labios y observó al frágil niño delante ella.

-Si te llegas a equivocar o eres menos que perfecto y ejemplar, vamos a hablar después, gato. -la mujer observó al menor, contenta de amedrentarlo. Observando el cuarto pulcramente ordenado, asintió y se comenzó a retirar -baja en cinco minutos.

Cuando se retiraban, Dalsu se detuvo cuando vio a la señora Min a punto de bajar las escaleras, corrió al interior del cuarto y arregló el corbatín que se había enchuecado en el menor. Le Abrazó por un segundo y besó su frente.

-Eres perfecto, no te preocupes, solo se tú mismo, gatito precioso. -y sin esperar respuesta, se fue, dejando a Yoongi con una pequeña mueca que era una sonrisa.

Cuando bajó, Yoongi saludo a los adultos uno a uno, mostrando una venia de noventa grados. Cuando estuvo frente a Taehyung, hijo de los Kim, su reverencia fue un poco más pequeña. Tae, con sus modales suaves y bien practicados, se la devolvió antes de dar un paso y abrazar a su amigo, pues si, Min Yoongi era uno de sus mejores amigos.

私たちの運命 《Omegaverse -YM》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora