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🐰♡🐱

Jimin corría en su trajecito de jardinera y camiseta amarilla. Él conejito estaba emocionado, muy emocionado, pues acompañarían al señor a su primera clase de equitación, la cual sería supervisada por Dalsu y Ricky, el estirado mayordomo de Yoongi a quien Jimin temía por ser extranjero.

-¿Mami? ¿ya nos vamos? ¿ya nos vamos? -preguntó el menor con muchísimo entusiasmo. Su madre se agacho y alisó su cabello.

-Debemos esperar a que el señor Yoongi se calce un traje y nos vamos. ¡Pero miren! Hasta el señor Strauss esta listo para la ocasión.

Jimin asintió con energía, apegando al peluche contra su pecho.

-Es el golo que tu le hiciste...es como el mío...mami ¿Dónde está mi golo? -Jimin pestañeo como si acabara de darse cuenta que algo fundamental le faltaba.

-El gorro esta en el armario al frente de tu cama. ¿por qué no vas por el rápido, corazón? -el pequeño asintió y le entregó su peluche a su madre, mirándole con una ferviente advertencia.

-Cuídalo. -Dalsu asintió y apretó al peluche contra ella.

Jimin salió disparado, corriendo al tope de sus piernitas. Con precaución subió la escalera tropezando dos veces. Al entrar en su cuarto se abalanzó contra el armario y rebuscó hasta que encontró el gorrito, aquel de color amarillo y que tenía espacio para sus orejitas. Sonriendo, el menor se lo puso, se miró al espejo y asintió. Cuando volvió a salir corriendo pudo ver como la puerta de la habitación de al frente se abría, revelando a un enfurruñado Yoongi.

-Señio Yonie, que lindo se ve...-Jimin rio cubriendo su boquita. Yoongi abrió los ojos desmesuradamente y se sonrojó.

-C-claro...-carraspeo- fue hecho exclusivamente para mí. -Yoongi estaba ataviado en un traje de equitación, con casco y todo. Jimin daba pequeñas carcajadas, cuando su rostro palideció.

-¡Sus olejas! ¿Dónde están las olejas? -el conejito se acercó y quitó el casco, observando la forma en que las puntiagudas orejitas de gato eran cruelmente aplastadas -No se hace eso. No apalastes las olejas...lele.

-No me molesta aplastarlas. Mi madre siempre lo hace cuando me pone sombreros los domingos para ir a misa...-Yoongi se encogió de hombros, sin embargo, mentía. Era doloroso e incomodo aplastar sus orejas, pues eran extremadamente sensibles.

-¿No lele? -Jimin se alzó sobre sus pies y tocó las orejas del gatito con total confianza, acariciándole suavemente, logrando que estas se movieran en su dirección.

-N-no...quizás me duele un poco, -admitió- pero debo usar el casco...-Yoongi mantenía las mejillas rojísimas, conteniendo el fuerte ronroneo que quería brotar desde lo mas hondo de su garganta y pecho.

-Jiminnie puede hacerle cariñitos para que no le dulan tanto ¡Podemos decirle a mami que le haga un casco como este golo! Mire, mire. Jiminnie tiene sus olejas afuela.

Jimin dio un paso atrás y se señaló la cabeza. Yoongi sonrió minimante.

-T-te queda muy...bien. -Jimin se tocó las mejillas sonrojadas y rio.

-¡¡JIMIN!!

-¡Ih! Es mami, vamos señio Yoonie.

-Pe-pero...-el conejito tomó al mayor de la mano y lo comenzó a guiar a las escaleras de forma rápida -Pero no quiero...me veo ridículo.

Jimin se detuvo al pie de las escaleras y le miró inclinando la cabeza.

-¿Qué es lidiculo?

-Es Ri-di-cu-lo y es que me veo feo...-Yoongi se observó y frunció el ceño -no quiero que me vean así...-el pequeño murmuró. Jimin dio una carcajada, provocando que Yoongi le mirara con molestia, sin embargo se relajó al ver la preciosa sonrisa en el rostro del conejito.

私たちの運命 《Omegaverse -YM》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora