私たちの運命 《Omegaverse -YM》

09

🐰♡🐱

-Entonces tu...¿no me vas a dejar? -el gatito preguntó con apenas un susurro, temiendo la respuesta del otro.

Jimin se afianzó en su cercanía y rio por lo bajo.

-Nunca. Yo llevale los gatitos y conejitos del Señio Yoonie ¿lecuelda?

Ambos estaban bajo una improvisada madriguera, su refugio contra curiosos. Su pequeño fuerte estaba armado con sillas, toallas y sabanas. Solo se permitía la entrada del señor Strauss y Kumamon, los cuales en ese momento eran aferrados por cada uno de sus dueños.

-¿Vamos...vamos a tener nuestra familia? ¿quieres tener una familia conmigo?

-Si. -Jimin dejó ir su peluche para tomar uno de los brazos de Yoongi y apretarlo con anhelo -Mi mami puede ayudalnos, ella me ha cuidado mucho mucho.

-Sí, Dalsu Noona es la mejor. -Yoongi confirmó con timidez. Dejando a Kumamon a un lado del señor Strauss, envolvió el pequeño cuerpo de Jimin, aferrándose a su suavidad, degustándose en ese especial aroma que solo el pequeño portaba. -Jiminnie... Jiminnie, t-te quiero.

Las orejitas del conejito de alzaron en toda su longitud. Sus mejillas rellenitas se sonrojaron y sus ojos se difuminaron el dos pequeñas líneas oscuras y brillantes.

-Yo tamben lo quelo.

-¿Más que a Namjoon? -preguntó con el ceño fruncido, aferrando más al menor. Jimin asintió fervientemente; se inclinó y dejó un tímido beso en la mejilla de Yoongi. -A él...¿también le diste besitos? -Yoongi sintió sus ojos aguarse de solo pensarlo. Jimin negó y volvió a besar a Yoongi.

-No, señio Yoonie. A mi solo me gusta usted. -el menor tomó las mejillas del gatito y las tocó con admiración -Namjoon Hyung tiene hoyitos en las mejillas, las de usted son más lellenitas y suavecitas y caaada vez que le doy besitos, se ponen de colol lojo.

Yoongi encorvó los hombros y bajó los ojos, en un gesto de vergüenza.

Jimin estiró sus brazos cortitos, tratando de abrazar del todo al mayor.

Ambos estaban tan juntos como podían, pasando el día sin mucho que hacer.

-Toc-toc. -Dalsu abrió la puerta de forma lenta, no subestimando el poder de la intimidad que compartían esos dos.

-¿Conejito? ¿señor Yoongi? -la voz de la mujer era suave y precavida. Liberaba feromonas amainadoras de ánimos, solo por si las moscas.

-Aquí mami. -le contestó el menor, como si su madre no pudiera ver la gran edificación que se habían montado esos dos.

Yoongi se abrazó a Jimin y escondió el rostro en el cuello de este, aguantando la vergüenza de encarar a Dalsu.

-Les he traído comida. Conejito ¿quieres tu biberón? También lo he traído. -Dalsu alzó lo que supuso era la puerta del fuerte, enterneciéndose al encontrar a los dos niños estrechamente abrazados. -Tengo galletitas de jengibre, señor Yoongi. Sé que son sus favoritas. También hay leche con cocoa para usted ¿quiere?

La omega se sentó en el suelo, manteniéndose fuera del nidito, pero observando el interior. La bandeja con los comestibles a su lado.

Yoongi dejó su escondite y observó a su ama de llaves, la cual interpretó esa mirada avergonzada como la señal para actuar.

-Aquí esta todo, tomen. -ella les acercó la bandeja. Jimin se incorporó y tomó su biberón, aun sujetando una mano unida a la del gatito, quien mantenía sus orejitas decaídas.