Tinta De Plata Y Oro. (Drarry/Scorbus)

¿COMO TE QUIERO?

Ya había corrido como tres veces la mano por el mango de su brillante escoba. De  hecho brillaba más que cualquier otra escoba en vuelo, lo sabía, y se avergonzaba de ello ¡Por Merlín! ¿Desde cuando un Malfoy se avergonzaba de una acción? Bueno hubo una vez, según su padre, pero eso no contaba en esos momentos, lo que sí importaba era que si su escoba estaba que relucía de brillante era por culpa de una sola persona... Por culpa de es estúpido Potter.
Sí, estúpido-imbecil-ojos-verdes-Potter, él ¡ÉL! Era el único culpable de esa fatídica historia de la escoba brillante.

Scorpius estaba sentado bajo un árbol gigante, sobre un tronco; cerca del lago negro, desde hace una o dos, bueno quizás hasta tres horas sentado ahí divagado en su mente, y sin darse cuanta; ya de pulir la escoba se había olvidado, de costumbre le seguío a la tarea, sus manos hicieron el trabajo por si solas, suspiró, a quien engañaba, el que la escoba fuera tan brillante era por que el rubio se había descargado de frustración con el mango de su preciada escoba, recordó como imagino que era el cuello de Potter la que estrujaba y retorcía entre sus manos, imaginó que él pobre pelinegro le rogó no matalo. Aunque, Draco, su padre no hubiera admitido que su hijo matara de esa forma tan... Tan muggle a alguien, menos tratándose de un Potter.

Claro, como el tenia tanta paciencia y experiencia en lidiar con uno por eso decia eso... ¿Pero que hacia él con un novio como Albus? El muy maldito parecía tener el intelecto de un primate o una mandrágora.

Volvió a pulir con fuerza el  maltratado paño por sobre el palo de la escoba, joder, joder y más joder, el muy maldito esperaba que le sonriera como una estúpida colegiala desesperada ¿o qué? Pendejo, que, él era un MALFOY y punto. El no iría a los brazos del muy IDIOTA cerebro de nuez y ofrecerse como un sacrificio pagano, nó, y nó.

Si a Potter se le olvidaba su aniversario de dos, DOS AÑOS de noviazgo y prefería ir de paseo al pueblo con una estúpida desabrida y frígida chica, esta bien, bien puede ir a hacer lo que se le venga en gana, no era él quien le impediría el disfrutar de una soltería que, claro está, no disfrutaba.

Y claro que no eran celos como lo había dicho la tonta de Lily, nó, no eran celos, puff, por favor Scorpius Hyperion Malfoy Greengrass, sangre pura ¿celoso? ¡para nada!

Sólo le gustaba marcar su territorio, como le había enseñado su padre, Draco había hecho una y mil cosas por Harry Potter, que ahora era su padrastro, pero para él era un padre más, Draco había manejado con tal meticulosidad  cada paso que dio para acercarse al azabache, hasta que por fin lo tuvo en su manos, como un fiero león del tamaño de una hormiga. Y eso era lo que él hizo, midió sus pasos, nadie nunca sabrá como es que la chica rubia perra desesperada quedo calva por todo un mes, bueno, solo lleva unos días con  su peinado estilo elfo esclavizado, pero aun le quedaban muchos días más, ya que en la escuela no existía un buen pocionista a la vista que la ayudara; y la enfermera le dijo que su cabello volverá a crecer, mala suerte, él quería verla calva para siempre, que al verse en el espejo recordara que justo en la tarde de haber vuelto de paseo con un chico comprometido se volvió pelona... Pero bueno, no todo lo que se desea se obtiene.

Pero tenia una duda ¿que la chica esa no se daba cuenta de nada?
Si fuera él al que le hicieran aquello, ya se hubiera desquitado desde hace mucho.

Eso era un problema menos... Ahora lo que importaba era hacer sufrir a su novio manteniéndolo a cierta distancia para que aprendiera a recordase de fechas impotentes y no incitar a su angelical chico a cometer una locura nuevamente.

Volvió a suspirar, podía sentir su corazón entristecido por la lejanía, deseaba salir corriendo y perdonar a Potter, pero nó, Scorpius prefería acabar de desmaterializar el palo de su escoba a rebajarse a pedir perdón.