Besame... una y otra vez

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<<Las cosas en la mansión no habían salido como lo habia planeado Scorpius.
Ni como lo habia pensado Albus. Al parecer sus padres no iban a aceptar tan fácilmente su relación.
El único consuelo para ambos es que se tenía el uno para el otro.

Los pulgares de Albus limpio las lágrimas de las mejillas de Scorpius, con el rostro del chico acunado entre sus manos lo oyo decirle.

—Besame... besame, Albus... besame una y otra vez. —Dijo abrazándose de su novio. —Lo necesito... lo necesito para saber que no me voy a acobardar. Para saber que te tengo.

Albus como podia negarse si el estaba en el mismo estado que su rubio. También lo necesitaba. Y lo hizo.

Sus labios se buscaron, se encontraron y se refugiaron en un dulce beso.>>



Era domingo por la mañana, ese día era le último que los dos la pasaban juntos, como eran vacaciones no podían verse todo el tiempo como en Hogwarts.
Por eso aveces ambos deseaban congelar el tiempo y evitar que sus padres se enteraran de que ellos se amaban mas que como amigos.
Por que los amigos no se hacían el amor... con la mirada cargada de esa pasión desenfrenada juvenil que se cargaban ellos. Los amigos no se conocían los lunares de la espalda... esas que Scorpius le encantaba ver y acariciar en días soleados en la playa donde pocas veces podían ir, o en mañanas como esos, teniendo a su chico recostado sobre las almohadas que el no habia usado para dormir, ya que había encontrado algo mas reconfortable como el pecho de Albus Potter.

Sin embargo esa mañana Albus le daba la espalda, mientras el trataba de curar los rasguños de la espalda de Albus... heridas causadas por el salvajismo de un hipogrifo, cuando fueron a ver a Hagrid y no esperaban encontrarse con que el semigigante estuviera cuidando de dos hipogrifos, según él, bebés adorables.
Al parecer a los hipogrifos bebés no se les debe de dar ninguna parte del cuerpo.
Menos la espalda.

“Aun son bebés. No saben lo que hacen. ”
Habia dicho un avergonzado Hagrid, reprendió a los hipogrifos pero luego se le hablando el corazón cuando los vio enojarse e irse a refugiar al bosque. Total que no hablaron con el hombre y se fueron sin despedirse.
Las heridas no habían dolido ni manifestado cualquier anomalía la noche pasada, por lo que se habían ido a dormir sin prestarle atención.
Aparte de que hacer el amor no era algo que hicieran seguido, por eso se dedicaron a atenderse en todos los sentidos.
Habia sido la primera vez... y había sido bonito.

Y por eso habia salido el tema de “¿Para cuando se lo diremos a nuestros padres?” que Scorpius habia tratado de ignorar.

—¿Cuando le dirás a tu padre? —Le pregunta Albus a Scorpius.
Aunque tratara de ignorar o postergar los días, siempre llegaba y el trataba de irse por la tangente

—Pronto. —Respondió mientras sus manos estaban aplicando un ligera capa de poción para curar los rasguños y el ardor. El toque era frío y dulce... pues los dedos de Scorpius era suaves y tan agradables que por poco a Albus se le olvida sobre lo que decía.

—¿Cuando es pronto? —Casi... pero necesitaba una respuesta.

—Tan pronto como tu le digas a tu padre. —Respondio contraatacando para salvarse.

—Hoy... y que tenga lo que tenga que pasar. Bien puedo ir a vivir con mi tía Luna, ella ya lo sabe y me apoya. —Al parecer era un mal día para Scorpius.

—Yo no tengo a donde ir. —Dijo el rubio.

—Tu vendrás conmigo. —Le dijo tajante Albus.

—¿Y si ella no acepta? Por que una cosa es aceptarte a ti y otra es tener al hijo de Draco Malfoy viviendo bajo su techo. Además de que su esposo Longbottom no tiene la mejor referencia de Draco Malfoy.

Tinta De Plata Y Oro. (Drarry/Scorbus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora