Sádicas Revelaciones

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Jaden despertó gracias a unos golpes que venían desde la puerta de su habitación y una voz muy suave que lo llamaba. Se levantó de la cama con un ligero dolor de cabeza y aún medio dormido se acercó hasta la puerta y la abrió.

—Dormilón, ya me voy a estudiar —dijo Daphne en cuando lo tuvo al frente —. Tal vez hoy venga tarde, saldré con una amiga del instituto.

—¿Amiga? —respondió Jaden aún medio soñoliento —. ¿Segura que es amiga? —inquirió a su hermana.

—Claro que si —sonrió tímidamente —. Si deseas puedes irme a recoger.

—No creo poder hermana, hoy saldré con Dannae, la clienta de ayer.

—Mmmm... —hizo Daphne ese pequeño sonido antes de decir —. Hermano, no busques poseer lo que sabes que después no sabrás apreciar.

—No es lo que piensas —refutó Jaden.

—Solo te digo hermano, igual cuídate —le dio un beso en la mejilla, un abrazo y se retiró.

Jaden cerró la puerta de su habitación y camino despacio, de regreso, hacia la cama y se dejó caer una vez más en ella. El pequeño dolor en la cabeza hacía que quisiera estar todo el día en la cama, pero sabía muy bien que tenía una tarea muy importante para esa mañana. Cogió su celular que estaba debajo de su almohada y vió que eran cerca de las 7 de la mañana y de paso también pudo notar que tenía un mensaje de texto sin leer, desbloqueó su celular y se dispuso a leer el mensaje.

"Te veo hoy por la tarde, no lo olvides"
—Dannae.

Por todo lo ocurrido anoche pensaba que el salir con Dannae después de todo era una buena idea para poder despejar la mente, así que mientras llegaba la tarde para la cita decidió darse la mañana libre para ir a investigar y terminar por fin con el caso del libro de Lise.

—Aló Señor —contestó Alice al otro lado de la línea.

— Disculpa que te llame tan temprano Alice, pero cuando llegues a la empresa por favor me cancelas toda mi agenda para hoy.

—¿Algún problema señor? —preguntó Alice con cierto tono de preocupación.

—Nada en especial —sonríe —. Solo quiero despejar la mente.

—De acuerdo señor, cualquier cosa me avisa.

—Gracias Alice —y cuelga.

Ya estaba decidido, iría a aquella dirección que el libro le marcó la noche anterior. Tomó un baño a la ligera, se cambió con lo primero que encontró en su clóset, subió a su auto y se dirigió muy rápido en busca de la verdad.
Llegó 30 minutos después a aquella dirección, era una zona por la cual ya había pasado un par de veces antes, pero jamás se había detenido a observar el lugar como ahora. Bajó del auto y se encontró ante un bello y tranquilo lugar, el verde del pasto y el gris del cemento se compartían por igual dándole al lugar el aspecto de un hermoso parque sin fin. Las casas que llenaban las calles también eran muy bonitas por fuera, con detalles arquitectónicos que llamaban mucho la vista, pero entre todas destacó una. Jaden se dirigió hacia esa casa que llamaba más su atención y observó al llegar, que en la parte superior de la puerta, estaba escrito el número 143.

—Aquí es —se dijo para sí dando un leve suspiro.

Una casa de 2 pisos, esa típica casa de años muy pasados y muy usadas en películas de terror, pintada de un clásico color blanco y pequeños detalles de color marrón que le daban un buen contraste a la casa.
Jaden tocó a la puerta varias veces y por varios minutos, pero nadie salía; volvió a tocar por última vez y se puso a observar la parte de abajo de él mientras esperaba alguna respuesta.
Un gran tapete de bienvenida estaba bajo sus pies, cosa que a primera instancia no había visto, se colocó a un costado y pudo ver mejor el escrito en aquel tapete.

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