No te imaginas lo complicado que es lidiar con ser el más guapo de tu salón, que digo salón, escuela, que digo escuela, el puto universo. Bien, esta es la historia de como rompí el corazón de miles de chicas, because I'm very, very handsome y mi cuerpecito fue hecho únicamente para el deleite de Ulises. Dios santo, si le vieran, es tan wow, me derrito de sólo pensar en él de todas las formas posibles, su altura, la sudadera rosa que siempre lleva puesta, sus atléticos brazos ejercitados de tanto intentar jugar frontón. Pero habemus un detalle, tiene novia, una muchacha de espectaculares atributos pero que comparados conmigo terminan siendo nada y peor que nada, y es que hablando en serio ¿quién sería capaz de resistirse a mis encantos?
Lamentablemente ésta estúpida y retrógrada sociedad ve lo nuestro como algo malo, putos, gays, maricas, por ello y para no dañar mi impecable imagen hemos decidido llevar lo nuestro a escondidas, somos algo así como una relación abierta, pues yo tan magnífico no me podría cerrar a ser un monógamo, la poligamia existe y va conmigo, ambos estamos de acuerdo. Ahora, estoy aquí para contarte el como Ulises descubrió lo irresistible que puedo ser y de cómo yo piadoso, le dejó obtener un poco de mi intimidad.
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Desde hace algunos meses comencé a jugar frontón, no me presentaba como buen jugador, si lo hiciera nadie querría jugar conmigo, por ello me hice el inexperto en el ámbito sabiendo que alguien me ayudaría, quizá una bella chica cuidaría de que no me lastimase las manos o algo. En su lugar Ulises me ofreció su apoyo, acepté con humildad y deje que me aconsejara, el resto de mis compañeros siguieron en el juego y, por otro lado, Ulises posicionándose detrás de mi me ayudaba a tomar la posición correcta para jugar y deslizando sus dedos desde mis hombros a las muñecas coloca mis manos en la forma adecuada, pone la pelotita sobre mi diestra y susurra pegado a mi cuello "aprendes rápido", me estremecí, su cálido aliento golpeó contra mi piel provocando que mi espalda se crispara y un escalofrío recorriera mi columna.
Se separó de mi y sentí frío, su calor se había quedado en mi cuerpo y ahora que le carecía padecí iluso frío. Como si nada hubiera pasado todos siguieron en la partida, me incorporé al juego pero por estas distrapido no ví la pelota dirigirse a mi y caí de espaldas al suelo.
Todos mis compañeros corrieron hacia mi preguntando mi estado, preocupados. Me sentí fascinado al verme envuelto en tanta atención, me levanté rápido ya que no soporto de cualquier manera que me vean desde arriba. Cuando me empecé a poner de pie alguien desde atrás me tomó por debajo de mis brazos y me alzó.
- Ten más cuidado Servín-. Pronunció en mofa el estúpido de sudadera rosa sonriendo ladinamente, me sonrojé cubrí mi rostro con mis manos y salí corriendo donde mis compañeras al cubo, parecían mi mamá y mis tías, esperando a que terminara mi juego para irnos juntos a cualquier lado. Una de ellas me preguntó "¿qué te sucedió? ", y otra me tomaba fotos, seguro por el color y guapura de mi rostro.
- No es nada -. Articulé, nos dirigimos a nuestra siguiente clase hablando de trivialidades como siempre y como de costumbre tenía que pasar al baño, les dije y, a sabiendas de que me esperarían entré. Para mi sorpresa Ulises estaba ahí, lavándose las manos, le saludé y proseguí mi camino.
- ¡Servín! -. Me llamó, me caga que me llamen por mis apellidos se lo iba a decir. Volteé y de manera brusca me acorrala contra la pared, su mano resuena al tocar la última, me sentí intimidado pero me reí.
- ¿Qué son estos juegos, hombre? -. Pronuncié esperando a que se apartara y terminara sus acciones como una simple broma pero no reaccionó así, se acercó tan peligrosamente cerca a mi, tanto que acortó la distancia de su rostro al mío de un beso.
Quedé atónito, abrí mis ojos sorprendido, mis manos rasguñaban la pared. Sólo podía verlo a él, con los párpados juntos, sentí cuando su mano apoyada en la rayoneada superficie se deslizó hasta tomar la parte posterior de mi cabeza profundizando el beso y su diestra tomando con fuerza mi cintura apegándome a su cuerpo. Sus cálidos labios encajaban con los míos, me robaba el hálito, jadeé en busca de aire y aprovechó para introducir su lengua en mi cavidad, veía borroso, me pegó más hacia la pared, metió una de sus piernas entre las mías. Era insoportable.
Cuando se separó de mi, sonrió complacido y se fue, me dejó con una maraña de pensamientos en mi cabeza, con mi corazón acelerado, con la respiración agitada y de alguna extraña manera, deseando más.
No entiendo por qué lo hizo pero bah, ¿a quién le dan pan que llore?
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Amores en el 433-A
FanfictionNuevo grupo, historias nuevas. Es indescifrable saber lo que pasará si correspondes o no los sentimientos de alguien que no te es relevante. Pero desde el momento en el que te ves involucrado en el corazón ajeno, debes tener en mente que seguramente...