El aire de las 6:30 de la mañana calaba en mi cuerpo pero no sentía frío, era imposible sentirlo puesto que las manos de Ulises me brindaban del calor que necesitaba tanto. Donde se deslizaban sus falanges causaba una especie de ardor sobre mi piel, aún así, no siendo suficiente mi espalda percibía la ausencia de sus dedos rozándome causando escalofríos.
– Te ves demasiado lindo, Servín–. Susurró sobre mi cuello y lamiéndolo como acto posterior, dicha acción provocó que los vellos de mi piel se erizaran. Maldecí la capacidad de este hombre de hacer que perdiera la compostura.
– Deja de adularme de esa manera, aquí no hay ningún lindo, somos hombres no homo y altamente masculinos –. Mascullé entre dientes, intenté decir lo último sin ninguna gota de sarcasmo, pues esa no era mi intención. Era obvio que yo no me consideraba gay, no lo era. Un gay es una persona que se ve atraída por personas de su mismo género, o bien dicho homosexuales pero, en mi caso es diferente ya que no me veo en ningún caso interesado en personas de mi mismo sexo, si al caso fuera la excepción Ulises pero bien analizando la definición anterior, yo sería Ulisesexual(?) aunque ahora que recuerdo un día que fui a Ciudad Universitaria me estaba sabroseando a un tipo en verdad guapo y... me salí del tema.
Dejando de lado las terminaciones de género y preferencias -no queriendo incomodarme aprendiendo todo el abecedario de la comunidad LGBT- decidí dar por terminado esto.
– Servín, ¿qué tanto piensas? –. Ulises me hizo entrar en razón cuando mencionó mi nombre, lo volteé a ver y me quité los lentes, masajeé el puente de mi nariz y cerré los ojos, hubo un silencio sepulcral, después de todo a esas horas el salón yacía vacío, todo el mundo acostumbraba llegar tarde.– Servín.– Volvió a llamarme, algo fastidiado -ve a saber por qué- me disponía a contestarle groseramente pero sus labios pegados a los míos impidieron efectuar mi plan. Aprovechando el caso nos comimos las bocas por varios minutos hasta que decidí interrumpir el acto a causa de una duda que me intrigaba.– Oye, lo he estado pensando y quería esclarecer mis dudas.– Mientras más avanzaba más nervioso me ponía.– ¿Quieres tu llegar a algo más lejos que esto?
Recibí como respuesta su risa y un dulce no, que como yo miles de veces lo había aclarado, no éramos más que dos sujetos que compartían la dicha del placer satisfaciéndose con el cuerpo ajeno pero, a veces me sentía en la necesidad de satisfacerme aún más con su deliciosa piel, ver sus facciones de manera que yo nunca había conocido y quizá nadie más, descubrir una nueva voz, ver su perlado cuerpo sobre el mío pero, ahí justo en ese momento en el que mi mente divagaba en el éxtasis, sucedía mi duda. ¿Qué posición ocuparíamos en el sexo? y analizando su respuesta y mi pregunta anterior, creo que él ha malentendido todo. Reformulé mi cuestionamiento y se lo hice llegar.
- Me refiero a que... -sentía mi rostro arder, sé que no estaba sonrojado pero en verdad me sentía con calor- ¿has pensado en tener sexo conmigo?
Fui directo, no pensaba darle tantas vueltas al asunto y fui directo. Le miré a los ojos, esperaba la solución a mis dudas pero Ulises sólo se dió la vuelta y se fue.

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Amores en el 433-A
FanfictionNuevo grupo, historias nuevas. Es indescifrable saber lo que pasará si correspondes o no los sentimientos de alguien que no te es relevante. Pero desde el momento en el que te ves involucrado en el corazón ajeno, debes tener en mente que seguramente...