CAPITULO 8: DESCUBIERTA

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Abrí los ojos y me encontré recostada en la cama de un hospital.

Volteé a ver la habitación y ahí estaba Kenneth, recostado en un sofá cama a mi lado.

Intente sentarme pero el dolor era intenso y un quejido se me escapo involuntariamente.

-Isabella- dijo Kenneth abriendo sus ojos y dirigiéndose rápidamente a mi lado.- ¿Qué haces? Debes tener más cuidado.

-Puedo sola- aparté mi brazo de su agarre y me incorpore lentamente.

-Estas débil cariño, el médico dijo que debes permanecer en reposo.

-Quiero irme en este momento.

-No puedes, las cosas no son así de fácil- hizo una pausa- Isabella tienes roto medio cuerpo.- su voz expresaba horror.

A veces es demasiado exagerado- pensé

- No se que es más intenso, si el dolor que me causan las heridas o tu manera de querer controlar todo- le contesté de mal modo- Ojalá y me hubiera muerto.

Kenneth no aparto sus ojos de mí y pude ver la flama encenderse en ellos.

-¿Y que se supone que debo hacer yo? ¿Dejar que te hagas daño ? ¿Dejarte morir?- Grito exasperado.- ¿Eso es lo que querías Isabella?

-Si Kenneth, eso es lo que más deseo desde el momento que te conocí

El fuego que mostraban sus ojos se apagó al instante y aparto su mirada de la mía.

Kenneth se alejó de mi cama hasta llegar a la puerta donde se detuvo

-Bien Isabella, vendré por ti cuando ya estés mejor.- dijo sin siquiera voltear a verme y abandono la habitación

Han pasado casi un mes  y no sé nada de Kenneth, al parecer está cumpliendo su palabra.

Me estoy asfixiando en este lugar- pensé.

Nunca antes había deseado tanto volver a ver al idiota de Kenneth, pero él es el único que puede sacarme de aquí

-Buenos días señorita Brewster.

El doctor venía a hacerme sus visitas de rutina

-Buen día.-dije sin darle mucha importancia a su presencia.

El doctor se quedó en silencio por unos minutos mientras leía sus anotaciones.

-¿Algún problema?-pregunté.

-Ninguno mi querida Isabella - dijo mostrándome una amplia sonrisa- Hoy mismo podrás volver a casa.

Estaba feliz, por fin podría salir de esta habitación, respirar aire fresco y...

-Buenos días Doctor- su voz interrumpió mi alegre momento

-Señor Lewis que gusto verlo, justamente estaba diciéndole a Isabella que es momento de volver a casa

-Muchas gracias doctor, ya voy a caja a cancelar sus servicios y nos iremos.

Luego de una hora ya me encontraba en casa y en mi confortable habitación

-¿Qué tienes Kenneth? - pregunte mientras me ayudaba a recostarme en mi cama pues todo el camino no me dirigió la palabra

-Nada que te afecte .-dijo de mala gana

-Entonces todo va de maravilla

Kenneth no dijo nada pero si pude ver en su rostro el enojo que mi comentario le causo.

-Descansa, luego tenemos que hablar.- dijo fríamente y se marchó dejándome sola

Me propuse dormir un poco y lo conseguí, esta camada era mucho más cómoda que la del hospital.

-Isabella- susurraron mientras me movían despacito.

-¿Qué haces?-pregunté observándolo.

-Te dije que tenemos que hablar.

-¿No podías esperar a la cena?

-Esto es importante- se quejo

-Bien , ya que has interrumpido mi sueño espero que realmente sea por eso tan importante que mencionas

-Nos vamos a Ecuador.

-¿Ecuador?-pregunté levantando una ceja.- ¿Por qué?

-Porque tengo que cerrar un negocio muy importante

-No - dije muy decidida- El negocio es tuyo, no mio.

-Mis negocios me dan dinero y recuerda que gracias a mi tienes todo lo que ves, así que no te estoy pidiendo consentimiento, ya está decidido-me informó.- No te dejare aquí.

-¿Por qué no? No me trates como tu pequeña hija, puedo quedarme aquí sola

-No creo. Te recuerdo que intentaron asesinarte  hace apenas un mes y por poco lo logran

-¡Que exageración!-dije riendo sarcástica. Me observó con firmeza.

- Yo me quedo aquí, tú puedes irte de viaje ahora mismo.

-¿Qué crees? Que te dejaré aquí para que te maten en mi ausencia? Ni lo sueñes Isabella.- salió de la habitación azotando la puerta.

Agarre mi almohada y la lance con fuerza, me sentía impotente sin poder hacer nada porque para mi maldita suerte el tenia toda la razón. Nada puede ser peor.

Aburrida decidí salir de mi habitación.

Un rayito de luz proveniente de la habitación de Kenneth iluminaba el pasillo.

-No George.-dijo entre risas- ya esta mejor,ya puede moverse sola -me quedé tras la puerta  escuchándolo.

- Si , iremos juntos, ¿ porque? Pues porque es un viaje entre mi hermosa Isabella y yo. Si solos los dos.

¿Hablaba de mí? Sí, claro que hablaba de mí, antes había dicho mi nombre.
Un picor en mi nariz y unas ganas de soltar un estornudo me pusieron en apuros  y en mi intento de huir de ahí no me di cuenta que justo atrás mío había un hermoso jarrón que quedo hecho trizas

Mierda, ahora seré descubierta.

SUTRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora