Boda con un desconocido

Cap.7 Disfrutando de mi nueva vida.

El mar, el sol, el lujo y hombres. Yo nunca fui hombreriega, nunca tuve un novio serio y soy virgen, así que si, estaba casada pero como si no lo estuviese. Me decidí a disfrutar de mi juventud y de que mis padres ya no estaban. En realidad era libre ya que mi marido no existía para mi ni yo para él.

- Wooow!! que pasada de barco! - dije con los ojos abiertos como platos.

- Bueno, vamos a ver... tú por tu parte y yo por la mía, estamos?- me dijo adelantándose.

- Ooh! el que amaba a su Krystal quiere ir por su parte para hacer quien sabe que... - le respondí irónica.

- Mira, eso es cosa mía y como se te ocurra decirle algo a mi novia lo pasarás muy mal - me dijo desafiante.

- Jajaja espera, que me estás amenazando? espera sentado a que te tenga miedo Chris! no sabes con quien hablas... y tranquilo, relájate que de tu vida yo no pienso decir nada, simplemente porque para mi no existes - le adelanté y me fui a mi camarote.

Camarote 450.

Abrí la puerta y me encontré una habitación enorme, para ser un barco. En la cama había un ramo de rosas blancas y rojas.

Lo firmaba el capitán del crucero.

Descansé unos minutos en la cama y al rato me puse mi amada musica y comencé a dar un mini concierto en los espejos de un enorme armario. cuándo acabe de hacer el payaso, abrí la maleta y saqué un biquini verde pistacho para la mañana siguiente. Salí al pasillo y me puse a curiosear el barco: casinos, pubs, un cine, teatro, bares, jacuzzis... un sinfín  de sitios que por supuesto, yo iba a visitar.

Comencé por un pub donde había mucha gente. Solo quería bailar y despreocuparme de todo.

Sonaba drunk in love de Beyoncé. Una de mis canciónes favoritas. Salí a la pista a darlo todo. No me consideraba mala bailarina.

Me enrede en las chicas y chicos de la pista, bailando con unos y otras, empapándome de las risas, los gritos, las bebidas cayendo al suelo... todo era una nueva experiencia para mi.

Promise - Ciara.

Una canción que me encantaba, era tan sexy... la amaba.

Me movía como si me fuera la vida en ello, lentamente, acariciando mi cuerpo, mi pelo y mis labios, notaba como los hombres de mi alrededor me miraban lascivamente. Me sentía rara pero seguí bailando para dar cuerda a su imaginación. No quería reprimirme más.

Cuando la canción estaba por la mitad, unas manos me agarraron por la cintura fuertemente haciendo que me asustase pero a la vez me empezaba a gustar. Todo estaba tan oscuro que me ayudó a soltar mis más bajos instintos. Me di la vuelta y vi a un hombre alto, lo poco que podía ver, musculado... pero eso no era nada especial porque casi todos los que se encontraban allí, lo eran.

Su mano agarró mi pelo rozandolo suavemente, bajando por mi cuello y besándome el mismo. Tenía tantas sensaciones juntas que pensé que me iba a volver totalmente loca. Busqué su boca como si tuviera mas sed que en toda mi vida y su boca fuese el agua que necesitaba.

Cada segundo eso era más intenso. La  música ayudaba a calentar más el ambiente. Coloqué las manos sobre su pecho mientras él me besaba con gran intensidad. En un momento ya tenía sus manos en mi trasero.

Eso significaba que quería pasar a otro nivel y obviamente yo no estaba para nada preparada.

Sacudí mi cabeza y me fui corriendo sin saber nada de ese hombre. Pensé que seria mejor así, total, al día  pensaba hacer lo mismo con otro distinto.

Casi llegué a mi habitación sonriendo sin parar, pero eso duró poco.

- Dónde estabas? te llevo buscando media noche!

- Ay que susto imbécil! pero para que me quieres?? dijiste que yo por mi lado, no?

- Ya pero se supone que estamos casados y aquí lo saben, son amigos de mis padres. Cortate un poquito más que me han contado que te han visto sola en un pub... que hacías ahí, eh?

- Que estás de broma? mira, primero: hago y voy a donde yo quiera, y segundo: si a mi no me cuentas esas cosas yo no las puedo adivinar. Mejor cállate ya a ver si se me va a escapar que tienes novia y que no me haces ni puñetero caso, que la noche de bod... - Me tapó la boca con su mano y me empujó al camarote. Cerró la puerta y se fue. Salí a decirle cuatro cosas bien dichas y... .

-... .

Le vi la cara. Conocí al desconocido en aquel momento. Yo no quería, no quería conocerle nunca.

- Por fin levantas la cara y me miras. Que pasa, tan guapo soy para que te quedes así? - me dijo acariciándose la barbilla.

Cerré la puerta y me quedé detrás de ella sin moverme. Era feo, tal vez en el fondo quería no ver su cara porque si fuese guapo, podría "enamorarme" de él, pero no era así... lo odiaba con toda mi alma.

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