Culpas

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Estaban sentados uno al lado del otro, afuera de el AT-AT de Rey en Jakku, miraban la puesta de sol. Ben llevaba un traje color gris y ella sus ropas de siempre. Ella contempló su perfil, parecía sereno. Acarició su barbilla y le sonrió, él le respondió de la misma forma. Rey se apoyó en su hombro y se quedó quieta, oliendo su esencia masculina. Ese olor a hojas verdes, el aroma que tenía el bosque en Takodana.

Ben se despertó con una sensación de vacío en el estómago y el ruido del Droide domestico con el desayuno. Se sirvió en su cuarto tostadas y caf, sentado en su cama con bóxer. No se sentía enfadado, ni molesto, ni se odiaba a si mismo. Soñar con ella fue relajante y familiar. Siempre que la soñaba en Jakku, era calmo y hogareño.

Terminó de comer y se fue a la ducha, por primera vez en días, no despertaba con el bóxer a punto de reventar, ni tuvo que darse una ducha de agua fría o satisfacerse a si mismo. Era como si hubiese sacado de su sistema toda la porquería que llevaba. Se vistió con total tranquilidad y fue a la sala de comunicaciones a hacerle el día difícil al idiota de Hux.

Rey abrió los ojos, todavía le ardían por todo lo que lloró aquella noche, a pesar de la calma de su sueño, seguía sintiéndose miserable. ¿Serían sus hormonas alborotadas? Ni ella parecía definirlo bien. Si analizaba todo desde que conoció a Kylo Ren, efectivamente quiso matarlo sin siquiera escuchar. Aunque difícilmente era agradable encontrarse a un tipo gigante vestido de negro y además con una máscara. 

Si tomaba en cuenta la visión que tuvo al tocar la espada de Luke, Kylo y los tipos que lo acompañaban, sin duda se veían atemorizantes, tanto como la negra figura de Kylo Ren acercándose a ella. Nunca conocería al verdadero Ben, al hombre sin el poder, el chico que escribía en caligrafía perfecta, que adoraba a su madre y que de seguro pilotaba con Han Solo. No, ella conoció a Kylo Ren, psicópata seguidor de Snoke, admirador de Darth Vader, usuario del lado oscuro de la Fuerza, asesino de Jedis, con esa voz profunda que le hacía cosquillear la entrepierna y erizar cada uno de los vellos de su cuerpo, con ese cabello brillante y bien cuidado, con esa mirada expresiva... No podía evitar desviarse de sus comparaciones y dejar de lado sus similitudes... El Ben Solo que estaba perdido, que admiraba a un ser despiadado, que quiso ser Jedi como su tío, que podía decirle mil cosas con sus ojos... El hombre complejo que ella amaba, con sangre en sus manos, con odio en su corazón, con un Imperio galáctico por gobernar, el que nunca le mintió. 

¿Dónde terminaba Ben Solo y comenzaba Kylo Ren? ¿Dónde comenzó a amar a ambos que eran uno? Esa dualidad la espantaba, como la atraía... ¿Y en esta historia, como terminaría ella? ¿Sumida en oscuridad o atrayéndolo a la luz? 

Suponer situaciones jamás sería lo suyo, le gustaba ver los hechos y el principal que llegaba a su mente era que ya no quería estar lejos de él, pero tampoco podía estar cerca.

¿Y si Ben tenía razón y la única forma de estar juntos era gobernando juntos la galaxia? O peor aun ¿Si Ben tenía razón y ella era incapaz de darle crédito por los sacrificios que hizo por ella?

Eran tantas preguntas y tanta información procesándose en su propia cabeza, que a veces parecía que iba a explotar.

Ya era hora de que siguiera adelante con su vida, enmendar sus propios errores y continuar lo que dejó atrás.

Tomó su ropa y se dirigió al baño, bajo el agua podría terminar de pensar. Bajo el agua no tenía que preocuparse de la conexión, ni de que en sus hombros estuviera el legado de ser la ultima Jedi, cosa que aún no era. Todavía solo era usuaria de la fuerza, nada mas que eso.

Se secó, se vistió, dejó la ropa sucia en la lavandería para que los droides encargados se ocuparan de eso luego. Se dirigió al comedor comunitario, se sirvió caf y panecillos de raíz. Todos parecían alegres y mas conversadores esa mañana, por lo que su curiosidad se vio elevada y se sentó al lado de Finn y Rose.

InconscienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora