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Rey y Leia apenas llegaron subieron a la sala de comunicaciones. Allí el técnico encargado Artex Loks, Kaydel, Poe, Chewie, Finn y algunos miembros las esperaban. Leia se puso en modo General y se dirigió a Artel.

-Necesito saber que sucede -Pidió con voz firme.

-Prin... General -Se corrigió- Hemos recibido un mensaje codificado y con doble encriptación. Los aliados... Tenemos aliados...

-Muéstrame el mensaje -Pidió Leia, tratando de ocultar la emoción.

Artex obedeció y comenzó a reproducir el mensaje. No era un holograma, era una grabación fuerte y clara de Lando Calrissian.

"Querida Leia, lamento enormemente no haber podido responder tu pedido, tanto como lamento la perdida de nuestros soldados en combate. Estaba muy lejos de Crait en ese momento... Bueno, esto no es solo para dar las condolencias... Es para traerte esperanza... Una nueva facción de la Resistencia se está reuniendo y esperamos que esté lista pronto... Tenemos nuevas armas y naves... Toda una flota se está reuniendo en las Regiones desconocidas... Pronto te daremos un lugar de reunión... Mantente firme... Que la fuerza esté contigo..."

Todos reaccionaron con alegría y dieron gritos entusiasmados. Leia sintió una sensación de alivio y un entusiasmo cauto. Sabía que ciertas cosas tomaban tiempo, pero le daban una nueva esperanza.

Kylo estaba satisfecho, las negociaciones con los planetas visitados, se podía considerar un éxito. El ofrecerle soberanía a cambio de recursos era una forma muy diplomática de establecer las cosas. Deseaba evitar el baño de sangre y muertes innecesarias. En su cabeza, aquello no era una dictadura, si no mas bien, un nuevo tipo de democracia. Una que aseguraba la libertad de los planetas, pero a la vez cooperación y lealtad a la Nueva Orden.

Solo quedaba una ultima parada y al fin poder ver a Rey. Esa ultima parada lo reconectaba con su pasado y con algo que le dolía recordar, la relación con su padre; La Ciudad de las Nubes en Bespin.

Se sentó sobre el camastro de su camarote, puso sus codos sobres sus rodillas y con sus manos entrelazadas bajo su mentón. Lando, el tío Lando como le enseñaron a llamarle, el que le enseñó a jugar sabacc y disparar un blaster a escondidas de sus padres. No era el momento de ponerse sentimental. Solo necesitaba hacerle una buena oferta y acabar pronto la visita.

Lando lo esperaba con su propia comitiva, cuando vio descender las tres naves de Kylo. Cuando lo vio bajar, su cara se transformo en un cumulo de sentimientos encontrados, para él, Seguía siendo Ben Solo, el hijo de su mejor amigo y no el nuevo y flamante dictador intergaláctico.

-Benny -Dijo mas para si mismo que para ser oído.

Rey se encontraba en la sala médica con la doctora Kalonia, quien estaba auscultándola y revisando que todo fuera bien con su embarazo. Era el primer control al que asistía y estaba algo nerviosa.

-Creo que todo va bien -Dijo revisando unos escritos- ¿Quieres escuchar sus latidos?

Rey dudó un instante y asintió. La doctora levantó su camiseta y puso un aparato en su vientre que iba conectado a un monitor. La jedi se quedó petrificada cuando escuchó el latido constante y fuerte de su hijo.

La doctora Kalonia puso cara de preocupación y movió el aparato de izquierda a derecha. Rey pudo sentir que algo raro pasaba.

- ¿Está todo bien?

-Si, es solo... son dos latidos Rey...

Rey se quedó estática, el que fuese a ser madre de un bebé ya era complejo, el ser madre de dos, era sencillamente aterrador.

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