c u a t r o | "dolor"

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POV: Hana

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POV: Hana


Cuando era niña solía despertar en la noche y desear ver el sol iluminando todo mi alrededor.
La oscuridad era algo que me aterraba, ya que como la mayoría de las niñas y niños, mi imaginación se echaba a volar creando criaturas horribles en ella. Pero ahora no era algo que me preocupara, las criaturas horribles que la imaginación crea no se igualaban a los monstruos de carne y hueso que están allá fuera tanto días como noches, los que tienen sus pistolas y distintivos oficiales, los que pueden ser jueces, jurados y verdugos en nombre de la libertad.
Incluso en las noches más iluminadas por la luna me confundo con las sombras de la ciudad. La única razón para aventurarse en la noche es unirse al juego, el juego donde todos pierden y el único premio es saber que peleaste.

Pensando en miles de cosas mientras caminaba por la calle, con las manos en los bolsillos de mi chaqueta de cuero negro, sintiendo la fresca brisa del aire de la noche contra mis rodillas, donde mis jeans negros estaban rasgados. Mi cabello que era corto llegando un poco más arriba de mis hombros.
Esta vida nocturna, este era el lugar al que pertenecía, el lugar en el que se suponía que viviría. Esta era la categoría de vida que el gobierno pensó que yo iba a dirigir después de todo.

De acuerdo, déjenme explicarlo.

Cuando tenía 16 años, tenía una vida más o menos buena en cuestiones económicas junto con mis padres que hasta el día de hoy, amo y aprecio con mi corazón. Papá se había vuelto trabajador de una gran compañía llamada 'Hankom Tire', al volverse socio del dueño de dicha compañía, mi padre comenzó a ganar una increíble fortuna, nos volvimos una pequeña familia rica.
Mi madre se convirtió en la asistente personal de mi padre por lo cual también firmó un contrato en esa compañía, así que ambos ganaban muy bien. Solíamos viajar, comer en los mejores restaurantes, éramos felices.

Pero un día todo se vino abajo.

El dueño de Hankom acusó a mi padre y a mi Madre de estafadores e incluso de ladrones, diciéndole a las autoridades que ambos le habían robado más de 500 millones de wones a la empresa, cosa que no era cierta.
Mis padres visitaron constantemente los tribunales y aunque tenían a varios de los mejores abogados en todo Corea e incluso un par de extranjeros, no lograron demostrar como las cosas habían sucedido realmente.
El juez los declaró culpables.

Jamás me hubiese imaginado que mi padre y madre, siendo personas muy correctas, terminarían tras las rejas y nadie hiciera nada al respecto para probar su inocencia.
Una cualidad de la justicia es hacerla pronto y sin dilaciones; hacerla esperar es injusticia, y mis padres sufrieron por eso. Bien dicen que todos somos iguales ante la ley pero no ante los encargados de aplicarla.

Debido a esto, fui enviada a un internado de menores al no tener familiares que se pudieran hacer cargo de mi, pero poco tiempo después, una señora llamada Kim Misook, quién era una amiga muy cercana a mi madre, logro sacarme de ese lugar y ver por mi. Me convertí en su "hijastra", por decirlo así aunque no era eso exactamente, y aunque no tenía la mejor de las vidas, aún seguía agradeciéndole por lo que había hecho por mi, tanto a ella como a su hijo y también a quien consideraba mi hermanastro, Kibum.
Pero, nunca volví a ver a mis padres después de aquello, ni siquiera Misook sabía dónde podrían estar.
Cuando cumplí 20 años, me dispuse a buscarlos por mi cuenta ya que era oficialmente mayor de edad, visite casa una de las prisiones en todo el país en busca de ellos y jamás di con algo que me diera señales de que al menos seguían con vida.
Fue muy triste, como cualquiera puede imaginar. Ser arrancado de mi única familia, solo por las estúpidas decisiones tomadas de una forma injusta.

thantophobia » c. hyungwonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora