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POV: Hana
Hyungwon y yo llegamos a Gwangju justo una noche antes del día de navidad. Al principio mi idea era invitarlo a la casa de mis padres y quedarnos ahí con ellos a pasar noche buena, realmente tenía deseos de presentarlo ante ellos como mi pareja y no como mi amigo como la primera y última vez que se vieron, pero mi idea se fue al caño cuando Hyungwon muy emocionado me dijo que había rentado un lugar para ambos, pero aún así, en mi cabeza seguía la idea de ir a visitar a mi padre y a mi madre, pasar un tiempo con ellos en estas fechas especiales. Llevaba varios días sin verlos, y eso me resultaba triste por el hecho de que yo juraba que si volvía a reunirme con ellos, estaría a su lado 24/7, pero no ha sido así, ni siquiera me atrevía regresar a vivir con ellos porque mi vida estaba demasiado bien. ¿Y como no? Los últimos meses habían sido de los mejores de mi vida, con Hyungwon siendo todo lo que jamás creí que llegaría a tener en ella. Hablando del impredecible y increíblemente atractivo Chae Hyungwon, se había estado comportando más cariñoso de lo normal los últimos días, realmente esa faceta de él me agradaba más de lo que me podría imaginar. Era algo nuevo para mi el recibir tanto afecto de un hombre, aunque su forma de demostrarlo no era específicamente algo que me hiciera sentir presionada/sofocada.
Justamente en ese momento, él se encontraba jugando con mi cabello mientras yo hacía un gran intento para pintarme las uñas de mi mano derecha a la perfección mientras ambos estábamos tumbados en el gran y cómodo sofá en la sala del lugar que habíamos conseguido para pasar nuestra corta estadía en Gwangju.
— ¿Ya casi terminas? — Preguntó él, sentí como envolvía algunos mechones de mi cabello en sus largos dedos.
— No. — Respondí, sonando algo frustrada.— Es difícil para mi usar la mano izquierda...
— El olor de esa cosa me da náuseas.
— ¿Y por qué mejor no vas a la habitación mientras yo termino lo que estoy haciendo?
— ¿Y por qué mejor no dejas eso y nos vamos los dos juntos a la habitación?
— Cuando termine... — Respondí concentrada en no arruinar mis uñas.— Anda...
— ¿Quieres que me vaya? — Preguntó, en mi cabeza me imaginé que seguramente debía estar haciendo su ahora muy familiar para mi, cara de indignación.
— Si tú quieres, ya casi termino...
Él soltó un suspiro y dejó de jugar con mi cabello, yo seguí concentrada en pintar la ultima uña que me faltaba con mucho cuidado, sentía que si me movía todo se arruinaría.
— Oye, deja eso ya y ve a cambiarte, necesitamos ir a ver algunos asuntos de la empresa. — Soltó de repente, me giré hacia él confundida.
¿Asuntos de la empresa? Giré mi vista hacia él al instante. Ambos habíamos acordado que mientras estuviéramos en gwangju, no hablaríamos sobre el trabajo, que disfrutaríamos el poco tiempo libre que nos estábamos tomando, sin preocupaciones debido a nuestros asuntos laborales.
