[FFVII FANFIC] Lobo solitario (Cloud Strife x TN)

Capítulo 19: Un día en los suburbios...

Todo comenzó...

Las manos de Cloud, se mantenían en mis caderas mientras nuestros labios se juntaban una y otra vez; su mano se deslizó hacia mi entrepierna; él provocaba en mi algo que no podría describir con palabras, era un sentimiento que hacía que los latidos de mi corazón comenzasen a acelerarse.
Despues del "calentamiento previo" y sin rastro de ropa alguno que pudiera ser un impedimento, Cloud se coló entre mis piernas... No pude evitar soltar un leve quejido ahogado al comienzo.
-¿Estás bien? -preguntó él mirándome preocupado.
-S-sí... -dije-. C-continúa... -dije alentandole.

Cloud continuó.
Lo que estábamos haciendo me producía una extraña sensación... Una sensación que nunca antes había experimentado.

El continuo movimiento de caderas hizo que volviera a abrazarme a Cloud con más fuerza y elevará ligeramente las caderas.
Mi respiración se iba volviendo más jadeante cada vez, a la par que la de Cloud.

Estando en esa posición y situación pude ver con cierta claridad los brazos musculosos de Cloud al descubierto. Mis manos se deslizaron por sus hombros para luego ir a para a su pecho y de ahí ir ascendiendo hacia su cara; mis manos se posar  en sus mejillas y acerqué más su cara a la mía para besarle de nuevo.
Al separarse nuestros labios el susurró:
-Te amo, _____.

Y después volvió a besarme con más intensidad mientras nuestro cuerpos se unían más profundamente.

Fue algo... mágico. Una noche que recordaría toda mi vida por lo bonita que fue.



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A la mañana siguiente me desperté más o menos temprano según el reloj de la pared de la habitación de invitados eran las nueve y media. Estaba acostumbrada a levantarme muy temprano en el edificio Shinra por lo que levantarme a las nueve y media no me parecía una hora "demasiado temprana"; no estar de servicio me hacía sentir como si estuviera de vacaciones sólo que cobrando una pasta.

Miré a la derecha para encontrarme con un Cloud dormido e inmerso en un profundo sueño. Toqué su pelo y comencé a acariciarlo; era tan suave y agradable. 

Me encantaba ver a Cloud dormir, se veía tan mono e indefenso. 

Decidí dejarle dormir un rato más. Me levanté de la cama de la manera más sigilosa que pude y en ese momento caí en la cuenta de mi "desnudez". Me tapé con la sábana y, recordando lo que había pasado ayer por la noche, comenzó a entrarme la risa tonta.

Me levanté para ponerme la ropa y salí de la habitación, cerrando la puerta de manera sigilosa y con sumo cuidado. 

En ese momento, encontrándome al otro lado de la puerta, en el pasillo, vi por el rabillo del ojo a Aerith salir de su cuarto de la misma manera. Ambas cruzamos miradas y nos reímos con timidez y complicidad,  de seguro ellos habían hecho algo por el estilo la noche anterior. 

-Hola, _____. Buenos días -me saludó Aerith con simpatía y se acercó hacia mí. 

-Buenos días, Aerith -dije cordialmente-. Parece que nos ha dado a las dos por madrugar, ¿eh? 

-Sí, eso parece -dijo ella-. ¿Me acompañas a preparar el desayuno?

-Sí, claro -dije. 

Ambas bajamos las escaleras y nos dirigimos a la cocina. Mientras bajaba las escaleras vi como de estar en algo de penumbra en el piso de arriba ahora pasaba a estar en la sala de estar la cual se hallaba llena de luz, al igual que la cocina, gracias a los rayos de sol que se colaban entre medias de las cortinas de las ventanas. 

Aerith y yo entramos en la cocina. Me fijé en que en la puerta de la nevera había un mensaje escrito por su madre; lo cogí y se lo dí a Aerith.