❇ AL OESTE DE LA LUNA ❇ [⭐NARUTO⭐]

" CAPÍTULO 19 "

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Procura dormir un poco. Llevas un día muy ajetreado, hasta ahora. Y...  ¡ Muchas gracias, Naruto ! - murmuró, besando sus labios con ternura.

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El doncel permaneció como embrujado hasta que oyó el duro martilleo de cascos sobre la piedra. Entonces corrió a la puerta y llego a tiempo de ver a Sasuke montado en un magnífico garañón negro. Él se inclinó para acariciar el arqueado cuello del animal, y los dos salieron al camino por el que los demás hombres ya desaparecían a lo lejos. Naruto trato de seguir a Sasuke con la vista.

El corazón le latía con violencia.
Aquel caballo debía de ser Sombra, su montura favorita.

¡ Que adecuados eran uno para el otro !.

Ambos eran orgullosos y fuertes.

Ambos perfectos.

Sobraba café para una taza mas, Naruto se sentó a saborearlo mientras miraba con resignación el desorden reinante en la cocina.
Antes de pensar en la cena, tendría que hacer una buena limpieza.

Sasuke había hecho una referencia a los panecillos... ¿ Cómo acertaría a preparar la cantidad que aquellos hombres necesitaban ?, No parecía haber por allí nada semejante a un libro de cocina.

Pero al abrir la nevera, vio las barras de levadura. Y en el envoltorio hallo la receta que buscaba. Una hora después, la masa descansaba en espera de levar, y el saco de patatas estaba en la cocina. La tarea de arrastrarlo lo había dejado agotado, y le parecía que nunca más podría estirar debidamente los dedos. El pollo, cortado en cuartos y asados, solo necesitaba ser recalentado... Pero si quería servir puré de patatas a los hombres, le hacía falta salsa. Varias latas de caldo de pollo solucionaron su problema. Una vez dorada la harina en mantequilla, agregó el caldo con las especias, y lo cierto es que el resultado le agrado.

Cuando los vaqueros regresaron con las reses recuperadas, Naruto se dio cuenta de que no había salido de la cocina en todo el día. Y ahora era demasiado tarde para ducharse en el cuarto adjunto, de modo que se conformó con un rápido cambio de blusa, que completo con un alegre pañuelo atado en sus cabellos, casi como una diadema.

“ procura dormir un poco ”, le había recordado Kurama ase un rato. ¡ Ja !.

Pero mañana sería distinto. Hoy había perdido mucho tiempo en busca de cosas.
Naruto se sintió orgulloso al ver como desaparecía la cena preparada por el, y tubo la confirmación final de su éxito cuando, una vez terminado todo, los hombres se levantaron para aplaudirle.

- ¡ Un viva para nuestro bello cocinero ! - propuso Itachi, alzando la taza de café.

El doncel correspondió con una graciosa reverencia a los bravos que llenaron la estancia.
Olvidadas quedaban todas las pequeñas frustraciones de la jornada.

- Creo que el mejor premio será que le freguéis los platos - intervino Sasuke secamente -, dos de vosotros os turnareis cada noche. El bien se merece un poco de descanso.

Dentro de un cerco de piedras ardía un agradable fuego. Apenas desapareciendo el sol detrás de las montañas, la temperatura bajo bruscamente, y se agradecía el calorcito.

- Siéntate delante de esta roca - dijo Sasuke, al mismo tiempo que le llevaba su chaqueta acolchada -, no solo refleja el calor, sino que además te protegerá del viento por la espalda.

Y lo dejo para reunirse con su hermano, y fumar un cigarrillo juntos mientras se encaminaban al corral.

Los demás hombres lo rodearon entonces de tal forma que Naruto tuvo que contener la risa.
Parecían niños pequeños, ansiosos, de ver de cerca al nuevo vecinito doncel del barrio. Los de cierta edad se mostraron prudentes, limitándose a darle las gracias personalmente por la rica cena, pero los jóvenes eran más impetuosos e incluso se sentaron junto a él.