Había dormido otras horas más, cuando desperté hace rato era un poco temprano, el cuarto ya estaba solo un poco oscurecido, eran 6:30. Aún ido de onda y adormilado, delicé una mano para abrazar a Fredd, pero lo único que toqué fue la sábana, di un sobresalto y miré todo el cuarto, no estaba. Mi preocupación aumentó cuando el disfraz que usaba para ocultarse, estaba ahí en un buró. Me levanté rápidamente poniéndome la ropa y salí corriendo. Saliendo del hotel noté algunas miradas de personas confundidas, eso me incomodó ya que podían llamar a la policía e interrogarme, lo que temía.
Revisé todos los lugares que conocía, hasta fui a la antigua y derrumbada casa de Fredd, pero no lo encontré por ningún lado.
Fui a los callejones de por mi casa, que supongo que aún seguía vigilada, el último lugar que me faltaba. Mis ojos estuvieron a punto de llenarse de lágrimas, no quería llevarme la sorpresa de que fue atrapado.
Por esa distracción choqué con alguien; mi respiracion volvió cuando vi a Fredd con expresión seria, encapuchado y con las manos en los bolsillos. Lo miré de pies a cabeza revisando de que estuviera bien
—que traes? —
Fruncí el ceño —me diste un susto de muerte, donde estabas? Carajo creí que te había agarrado la policía
—tranquilo, solo salí a caminar
—sin tu disfraz?
—esa cosa me parece exagerada. No quise usarla—
Tenía todo el derecho de estar enojado con él, si de por sí aún estaba asustado
—sabes que te puede reconocer cualquier persona?! — hizo una mueca y miró a otro lado. Traté de bajar mi volumen, pero aún seguía furioso
—solo piensas en ti sabes?
—callate ya— parecía que ni le importaba
—no me callaré... Maldita sea deberían llevarte ya—
Me tomó de manera violenta del cuello de la playera, me levantó y casi al mismo tiempo me estampó con la pared del callejón, no me miraba a los ojos, pero apretaba a los dientes y su mirada se ensombrecía. Me quedé callado, mi enojo se fue repentinamente y solo lo miraba esperando a que haga algo, no podía pensar en que decir, estaba impresionado. Pasó otros segundos apretándome el puño en el pecho y contra la pared, luego abrió su mano y caí casi de espaldas al suelo. Apreté los dientes del dolor, luego lo miré, seguíamos con las mismas expresiones, él aún mantenía su mano abierta en el aire, luego la apretó
—ahg....— dio media vuelta y se alejó algo despacio.
Me levanté limpiándome la tierra de la ropa. Me quedé en la entrada del oscuro pasillo y miré alrededor, pareció que había desaparecido.
Iba menos preocupado, tenía el presentimiento de que estaba en el hotel, caminé a este. Cuando entré, todavía las miradas estaban sobre mi, me detuve en medio de la resepción mirando detenidamente a las personas del lugar. Me dio un vuelco al corazón cuando una mujer llamó por el teléfono y aún me miraba, caminé rápidamente a mi habitación, y antes de entrar miré por el pasillo.
Cerré la puerta con llave al ver a Fredd acostado en la cama dándome la espalda.
Suspiré sin decir una palabra y me acosté a un lado de él en la misma pose.
Pasados unos segundos se rompió y el silencio
—perdoname — dijimos al mismo tiempo, me encogí de hombros avergonzado, voltee al sentir que se movía, estaba sentado en la orilla de la cama mirando sus manos
—lo que yo hice fue peor— dijo con voz apagada. Me senté
—pero yo comencé todo... Me preocupé de mas—
Después de eso todo fue silencio. Dudé por un momento, me senté a un lado de él imitándolo también mirando mis manos, luego entrelazó sus dedos en una de mis manos, lo miré de reojo y me recargué en su hombro mirando a la tele apagada. Se apegó a mi y se restregó un poco como gato
—nunca volveré a amenazarte —
Sonreí
—a menos que sea para que sigas en el puesto de abajo— dijo casi riendo
—en el puesto de abajo?
—uke —
Me aparté y lo miré, actuaba sarcásticamente como enojado
—claro que no! Algún día tu estarás abajo
—quiero ver que lo intentes— dijo riendo.
Lo tomé con ambos puños del cuello de la chamarra y lo impulsé a recostarse, me puse encima de él y lo inmobilicé de los brazos
—quieres ver? — despues de que riera lo besé de manera lenta, deslicé mi mano por su pecho hasta el final de la chamarra y estaba por subirla cuando cambió de lugares
—hoy no rehén — su tono de voz seductor hizo que me sonrojara casi toda la cara
—eso ya lo habías dicho—
Me acarició de la mejilla
—porque no me dejas estar arriba?!
—no me queda estar abajo
—claro que si! Mira no más tu cara. Te queda más que a mi —
Rió, seguidamente me besó y comenzó todo.
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Mi Rehén
RomanceDespués de que Fredd sufriera por graves problemas, como el asesinato de su hermana menor, su mente y forma de ser fueron cambiando hasta volverse un asesino, lo cual es su temor. Por otro lado, un estudiante de preparatoria llamado Adrián es un c...