12.- Algo Más?

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—Adrián, despierta—
Abrí los ojos de a poco, el frío del exterior hacia que temblara a pesar de seguir encapuchado con la chamarra negra. Fredd estaba enfrente de mi tomándome de las mejillas con las manos
—los policías vienen para acá — dijo en voz baja. Cuando analicé bien lo que dijo me sobresalté y desperté —como que vienen para acá!? Que hiciste? — seguíamos en esa parte donde había varios locales cerrados y la calle desolada. Yo aún seguía sentado en el escalón de una tienda.
Me tomó del cuello de la camisa, me jaló e hizo que me levantara y caminamos rápido.
Pasó su mano a tomarme de la mía.
—cuando te dormiste fui a revisar de que los policías ya hubieran despertado
—y luego?!
—tú que crees? Ya estaban despiertos. Lograron verme—
Maldita sea con este wey.
Nos ocultamos detrás de unas casas que estaban justo a un lado de la calle donde estaba la patrulla.
Supongo que el policía apuñalado sigue en el auto vigilando.
Y el otro? Lo veo acercarce. Tomé a Fredd de la manga de la chamarra y lo jalé para poder ocultarnos más lejos. Escuché que el policía recargó el arma, el sonido se escuchó justo a un lado
—ven— me susurró Fredd caminando en silencio hacia las casas de cruzando la calle, fuimos rápidamente hasta estas, agachados e intentando de que los árboles nos ocultaran del otro policia.
Saltamos una cerca a un jardín de una casa y quedamos recostados detrás de un arbusto. Fredd miró al exterior por entre las hojas y vio al policía que se acercaba a nosotros. Luego, éste ya estando cerca acercó el arma a donde estábamos, como si supiera que estuviéramos ahí, pero miraba alrededor.
Me dio un vuelco al corazón cuando la radio del policía sonó a una mujer que le indicaba que regresara
—enseguida — el sujeto corrió a la patrulla y finalmente se fueron.
Aún estábamos acostados en el césped, uno al lado del otro casi debajo del arbusto, soltamos un gran suspiro de alivio y reímos —se me salía el corazón... —dije bromeando
—a mi también — pasó una mano a un lado de mi, poniéndola en el césped y me miró casi estando encima de mi.
Sus ojos azules me opacaron, aunque sea de noche, parecía que brillaban, por un momento me sentí incomodo, pero cuando me dejé llevar, yo fui el que lo besó. Ambos seguimos el beso por otros segundos, pasó su boca hasta mi cuello, lo acaricié por la cabeza hasta descubrirlo de la cabeza por la capucha de la chamarra, me miró
—ya no te pongas la capucha, te ves mejor así — sonrió de forma coqueta. Lo acaricié del pelo por encima de la oreja, me volvió a besar de forma lenta. Delicadamente le mordí el labio se abajo, me separé un par de centímetros aún mordiéndolo.
Di un sobresalto cuando una luz nos iluminó completamente a ambos; venía de la ventana de la casa del jardín en el que estábamos, una señora abrió la ventana —AAAAH!!! vagabundos cochinos larguense!!! — nos lanzó tazas de cerámica y libros, nos levantamos listos para correr —llamaré a la policía!— corrimos brincando la cerca y nos dirigimos a mi casa.

Ya enfrente de esta nos miramos y no pudimos evitar reír a carcajadas
—molestemos a señoras más seguido—
Asentí con la cabeza aún riendo, pero luego la seriedad reemplazó la risa, Fredd me tomó de los hombros —que tienes? —
Me reí de vuelta y lo miré, trataba de verme suplicante —puedo estar arriba esta vez? — rió y me dio un golpesito en el hombro —no— entró a la casa y lo seguí —no espera es enserio!— se recargó en la pared —luego... Ya tengo sueño—
—claro que no! Porfa, solo esta vez—
—otro día — se lanzó a la cama, se tapó con las cobijas y enseguida cerró los ojos. Suspiré, me quité la chamarra y los zapatos y me acosté a un lado de él. Se volteó y me abrazó de cucharita.

Unas suaves caricias en mi mejilla me despertaron, abrí los ojos de a poco tratando de que estos se acostumbraran la luz. Estaba cerca, cara a cara, con Fredd, que cuando abrí los ojos esbozó una sonrisa, que yo no pude evitar sonreír también.
Abrí la boca para hablar pero golpes en la puerta me interrumpieron.
Fredd, de mala gana, gruñó y se levantó tomando el cuchillo de un buró y caminando a la puerta, me levanté y lo detuve
—que crees que haces?
—tú quien crees que es? — no cabía duda de que Kiara estuviera esperando al otro lado de la puerta.
—pero aún así no la mates— suspiré —dejamelo a mi, tu escondete... —.
Abrí la puerta y como la vez pasada, Kiara no me dejó decir nada, pero esta vez fue con beso en los labios,cuando se apartó me vio con expresión preocupada —sé que dijiste que necesitabas tu espacio... Pero enserio quería verte
—S-si lo sé... Te dije que será hoy... — ella pasó como. Si fuera su casa
—y como haz estado Adrián? Ya ni haz visto a ese sucio acosador? — cuando dijo eso, estuve a punto de echarla de mi casa...
—no, ya no lo e visto
—que bueno—
Nos sentamos en las sillas del comedor, es la primera vez que estaba con ella y me sentía incomodo. Me tomó de la mano, la miré
—dime la verdad Adrián,tu me amas? —
Donde eh escuchado eso...

Mi Rehén Donde viven las historias. Descúbrelo ahora