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Lo observó hacer una mueca, la de siempre, la de desprecio, sus ojos dorados la miraron de arriba abajo, y le dieron ganas de golpearle, cuando finalmente la miró directo a sus ojos, un escalofrío recorrió su espina, eran dorados, un color ambar profundo, pareciera, como si quisiera saber sus secretos. Se sentía extraña ya que además el tenía entre sus manos la suya. Y el solo tacto de el en ellas le provocó pertubación, ¿ que Quería decir todo esto?. Jamas en su vida había sentido algo así, su cabello largo negro enmarcaba su varonil rostro.

Todo aquello sucedió en un saludo normal, pero a ella le pareció una eternidad.

- Buenas noches. – dijo el ojidorado.

- bue… buenas – se soltó rápidamente y se fue a donde se encontraba Sango, la observó bien, vestida femeninamente de acuerdo a su edad, y se comparó a ella con su vestimenta negra de siempre, con razón la miraba extraño, no importaba total solo se verían esa noche.

En la cena todo fue plática, los adultos sus asuntos y las mas jóvenes los otros. Luego de la cena, a kohaku le dio mucho sueño, por lo que fue a recostarse al cuarto de kagome, al principio no quería le daba miedo, pero cuando apagaron las luces el pequeño quedó maravillado, los demás pasaron a un salón de té a donde el abuelo se sentó en el centro para comenzar a hablar.

- bueno, queridos presentes, no nos hemos reunido hoy solo para tomar té y comer galletitas, esto es un asunto urgente y muy grave, es por ello que nuestra familia amiga Sohuma ha venido a reunirse con nosotros desde tan lejos.

Los más jóvenes se miraron extrañados.

El abuelo sonrió ante esto.

- jóvenes, curiosos me gusta, me gusta, nuestra familia ha estado destinada a permanecer junta por los siglos de los siglos, y es por ello que hoy nos presentamos a plantar esta union.

- y cual es el asunto tan grave – preguntó sango-

- ¿Conocen la perla de shikon? – todos asintieron- bueno esta perla se encuentra aquí en este templo, del cual yo me encargo, la leyenda dice que hace quinientos años cuando aun los monstruos, existían en este mundo, la joya era cotizada por todos estos seres, para obtener mayor poder, y asi gobernar las tierras vírgenes de la epoca feudal. Una sacerdotiza la custodiaba, y un youkai conquistó su corazón, pero ambos no podían estar juntos por que eran de razas distintas, todo esto según la sociedad, pero aun así permanecieron juntos. Un demonio muy poderoso corrompió a los espiritus para que mataran a aquella sacerdotiza y le arrebatarán la joya, pero su amado demonio, la protegió ante todo, y peleó hasta morir, y la sacerdotiza lo siguió creando una barrera con la escencia de ambos, ya que se habían profezado su amor eterno.

Todos guardaron silenció con aquella historia.

- La barrera, que protege a la Shikon no tama esta desapareciendo, y su abuelo, recitó una profecía antes de fallecer – le dijo a los hijos de la familia sohuma- en la cual se hablaba de esto. El mensaje de mas importante era " la escencia de aquellos, seres atravesara las barreras del tiempo, y ambos mas alla de la muerte harán renacer aquella barrera, solo el amor puro podrá hacerla desaparecer"

- Y nuestra familia en que tiene que ver… - pregunto sesshomaru un poco impaciente tenía que llegar a casa a ver a su esposa kagura que estaba en sus ultimos meses de embarazo-

- he aquí donde entran tu e Inuyasha – dijo su adre al sacar un pergamino

- la familia sohuma ha guardado por años una espada muy antigua, que data desde hace mas de ochocientos años, y se dice que esa fue la espada con la cual el demonio protegió a la miko … esa espada no esta por casualidad, ¿ustedes creen que tenemos los ojos dorados por alguna casualidad?

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