Capítulo XI

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"Engaño"


Un mañana animada en el hogar de la familia Pines.
Stanly Pines se alistaba para estafar a los incautos turistas, Stanford Pines se encontraba leyendo un libro en un idioma antiguo, Dipper Pines estaba preparando el desayuno y Mabel miraba emocionada por la ventana como si esperaba la visita de alguien.

La razón por la el castaño cocinaba y su hermana no, era porque el día de hoy venían a tomar desayuno quienes no son de la familia y tampoco conocen de la comida de la risueña jovencita. De manera obvia no querían provocarles mal alguno ni mucho menos envenenarlos. Así que a regañadientes la castaña tuvo que ceder su reciente puesto de cocinera en proceso de la familia, a su hermano talentoso en ello.

Aunque todos estaban felices por algún u otro motivo, la verdad que el ambiente  estaba muy callado e interrumpir ese silencio con alguna charla ocasional parecía ser la mejor opción en esos momentos.

—Me estaba preguntando tío Stan, ¿por qué sigues vendiendo en la cabaña del misterio? — la de ojos castaños giró su cabeza y dirigió su atención al nombrado — ¿no se la habías dejado a Soos? Recuerdo claramente eso.

—Ah.. Sobre eso calabazita. Verás, Soos es un buen muchacho y le tengo mucha estima, también lo considero parte de mi familia, pero...— Stan se encontraba algo nervioso al hablar.

—Pero no favorecía las ventas en la cabaña, a un inicio todo estaba bien. Simplemente ya no pudo mantener el negocio de tu tío y por eso nos llamaron de nuestro viaje. Le devolvió su negocio. — Continuando la explicación de su hermano, Ford interrumpió ganándose una mirada de enojo de parte de su gemelo. — Es la verdad Stanly, no me mires así. — levantó los hombros con desinterés.

—Hablando de eso, también tengo una duda. Soos y su abuelita vivían aquí. ¿Por qué ya no? — Este vez Dipper preguntó curioso — Entiendo lo del negocio, pero a Soos le gustaba mucho la cabaña.

—Sí, así era pero no se acostumbraron a vivir en el bosque, más bien fue su abuela y él no quería dejarla sola. Por eso nos devolvieron todo, incluida la cabaña y se  regresaron a su antiguo hogar.

— Aunque en un futuro pienso tal vez volver a encargarle la cabaña, necesita aprender más. Y ganar la experiencia necesaria para ser casi tan bueno como yo.

—Ehh~ Así que era eso ~ — Mabel sólo suspiró y volvió a observar la ventana de la cabaña.

—Oye calabazita, puedes volver a explicarnos quienes vienen el día de hoy.

—Es cierto Mabel, te levantaste muy animada y empezaste a vociferar cosas y la mayoría sin sentido. —Se río Dipper mientras apagaba la tetera que acababa de hervir.

— A mí también me da curiosidad sobrina, ¿quiénes son? — Ford despegó su vista del libro y observó a la nombrada.

—Hehe, creo que se me pasó eso. Ups — levantó levemente sus hombros y encaró a los miembros de su familia. Bueno son...

Toc ~ Toc ~

Ni bien se escuchó el sonido de la puerta al ser tocada, Mabel se precipitó a abrirla, tropezando torpemente en el camino, menos mal sin caer.
Después de abrir la puerta a su puro estilo de golpearla contra la pared se escuchó lo siguiente.

—¡Hola Mabel! Uhgh...

Quien era dueño de aquella voz era nada más y nada menos que...

—¡Pacífica! ¡Que bueno verte! Jeje — Mabel inmediatamente saludó con un fuerte abrazo a su amiga.

—Esta bien, Mabel. Ya puedes soltarme... No.. No respiro ...

— Uh.. Lo siento jeje. Vamos, vamos. — literalmente la llevó jalando de su brazo mientras la rubia trataba de no perder el equilibrio.

AHORA TODO ES DIFERENTE. (BILLDIPP) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora