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Mi alma había abandonado mi cuerpo en ese instante, sentía mi rostro arder y mis piernas flaqueaban. Hoseok jaló de mi brazo llevándome con él hacia una mesa cerca de un ventanal, alejándome de Jimin sin poder darle una explicación de lo que estaba viendo.
— ¿Porqué esa cara Yoonie?—
Hoseok hizo un puchero con los labios y me miró directo a los ojos. Pero yo seguía sin articular alguna palabra.
Giré mi cabeza hacia el lugar en el que se encontraban ellos dos, Jimin estaba hablando con Tae y al parecer por los gestos de Taehyung, la había cagado.
Tomé valor y me levanté de mi asiento ignorando los gritos de Hoseok, me dirigí hacia el asiento de Jimin y lo tomé del brazo llevándolo conmigo al baño del lugar.
— ¡¿Qué crees qué haces?! ¡Suéltame!
Jimin forcejeaba para tratar de zafarse de mi agarre pero logré llevarlo conmigo,
— ¿Quieres soltarme?—
— No
Nos metimos en uno de los cubículos que había, tomé sus manos con fuerza y lo pegué a la pared.
— ¡Suéltame ahora mismo Yoongi!
Sus gritos cesaron al momento que posé mis labios en los suyos, aun seguía tratando de zafarse de mi agarre pero bastó un par de segundos para que me siguiera el beso. Bajé a su cuello dejando besos húmedos sobre el.
— Y-yoongi, déjame no podemos hacer esto aquí
Hice caso omiso a sus palabras y seguí dejando pequeñas marcas sobre su piel, mientras yo remarcaba su cintura con mis manos, él se aferraba fuertemente a mi cuello intestificando el beso. Sus labios tenían un delicioso sabor a café y leche, quería comerle la boca entera sin poder dejarle respirar. Mis manos viajaban de sus caderas a su voluptuoso trasero apretando uno de sus glúteos para después deleitarme con un gemido suyo reprimido en mi oído.
— Y-yoongi-i es ens-erio
—Lo mío también
Lo hice callar volviendo a juntar nuestros labios, quería de algún modo remediar lo que había hecho, él no se merecía nada de esto, no se merecía sufrir por cosas como estas. Mi mente se llenaba de palabras acusantes, sin duda me había equivocado pero intentaría remediarlo, quería hacerlo.
Tomé fuertemente sus caderas para alzarlo y que sus piernas se entrelazaran en mi cintura, nuestros labios seguían moviéndose a la par y mis manos viajaban por todo su cuerpo explorando una vez más esa piel aterciopelada.
Fui quitando de botón a botón la camisa que llevaba encima mientras él hacía lo mismo conmigo, nuestros torsos ahora estaban desnudos y así pude aprovechar para tomar uno de sus pezones rosados entre mis labios y saborearlos escuchando su respiración entrecortada mientas alaba de mi cabello con fuerza para hundirme más en ellos. Ya estando ambos pezones duros proseguí a deshacerme de su pantalón, quité lentamente la tela que estorbaba sin dejar de besarlo y ya estando esta fuera saqué mi miembro y lo coloqué en su entrada restregándola y con esto ganándome más jadeos y rasguños en mi espalda de parte de Jimin.
— ¿Qu-ieres meter-lo de una buena ve-ez? Joder
Jimin buscaba consuelo empujándose hacia abajo contra mi miembro para por fin meterlo lentamente en su interior, su rostro expresaba tanto placer, sus ojos cerrados, los labios entrecerrados, su pecho que bajaba y subía tratando de controlar su respiración, me encantaba verlo de esa forma.
Las embestidas iban aumentando su velocidad cada vez más, ambos estábamos en el éxtasis a punto de llegar la clímax, un par de estocadas más y llegamos al tan deseado orgasmo dejando salir un gemido que callé con un último beso.
Bajé a Jimin lentamente al piso y unas pequeñas gotas cristalinas comenzaron a bajar por las mejillas regordetas de Jimin, me acerqué a su rostro colocando mis manos en él limpiando sus lágrimas.
— Oye no llores, lo siento sé que este es un muy mal momento y un mal lugar como para hacer lo que acabamos de hacer, soy un idiota perdón yo...
Un suspiro salió de entre sus labios
— Sólo quiero que me digas qué pasa, no quiero desconfiar de ti.
Se me partía el corazón al verlo de esa forma, acerqué su rostro al mío con mis manos viéndolo directamente a los ojos.
— Vamos a casa ¿si? Allí podremos hablar más tranquilamente
Jimin sólo asintió desviando su mirada.
Enseguida de habernos limpiado y cambiado salimos de aquel sanitario sin decir alguna palabra. Al salir Taehyung se acercó a nosotros pero Jimin sólo le hizo una señal extraña a lo que Tae sólo asintió y se marchó, nos dirigimos a la salida hacia mi coche para ir a nuestra casa, había dejado a Hoseok ahí dentro y posiblemente después de eso no dejara de llamarme y llenarme de mensajes pero lo único que necesitaba hacer ahora era aclarar algunas cosas.
