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— Hasta que te dejas ver.
Dijo Hoseok apoyando sus codos sobre la mesa colocando su cabeza entre sus manos.
— Siéntate por favor.
Yoongi tomó asiento en la mesa que estaba en medio de lo que parecía ser una bodega abandonada. El lugar estaba completamente a oscuras a excepción de la mesa en la que estaban sentados, una pequeña lámpara transmitía la luz suficiente para ver la gran sonrisa que Hoseok mantenía en sus labios.
— Después del gran espectáculo que hiciste en la cafetería ni creas que voy a seguir siendo blando contigo.
Mencionó Hoseok serio enarcando una ceja. Retiró los brazos de la mesa para cruzarlos sobre su pecho.
— Lo sé...
Yoongi intentaba desviar la vista de la del tipo que estaba frente a él, no parecía nada contento.
— Tienes tres días...
— ¿Eh?
— Si no me das lo que me debes... tu noviesito podría pagar las consecuencias así que, piénsalo bien, ¿si cariño?
Los ojos de Yoongi se abrieron al escuchar eso. Por esto es que no quería involucrar a Jimin en todo esto, no quería que le hicieran daño por su culpa. Hoseok se levantó de la mesa y se dirigió hasta el coche negro que estaba detrás de ellos, subió a este y se fue sin decir otra palabra.
Mierda.
[...]
— ¿Yoongi?
Escuchó decir el mayor al entrar a la casa. Su pequeño novio venía bajando las escaleras con su pijama de estrellas puesto.
— Perdón por tardar...
El menor corrió a recibirlo dándole un dulce beso en los labios.
— ¿Todo está bien?
Preguntó Jimin sonriéndole a su novio mientras lo abrazaba por la cintura.
Yoongi no pudo evitar recordar las palabras que había dicho Hoseok, de ninguna manera permitirá que algo le pasara a Jimin, resolvería esto él sólo por el bien de ambos. Miró a los ojos de Jimin quien estaba atento viéndolo mientras sonreía. No puedo hacer que esa sonrisa desaparezca de su rostro.
