IX. Fíjate (Flashback)

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Habían pasado ya dos semanas desde que ambos pecosos se toparon. El pelinegro no podía sacar de su cabeza a aquel castaño que cayó por su culpa.

Al pensar en él, sentía como un pequeño ardor subía a sus mejillas y una pequeña sonrisa se esbozaba en sus labios. En cambio, el castaño solo recordaba el suceso como algo normal, como si a cualquier persona le pasara los mismo, pero sí recordaba que aquel pelinegro se veía bastante bien.

Cuando sus miradas se cruzaban en clase o los recesos, Jack hacía un leve gesto de cabeza saludando al canadiense, provocando que este se sonroje e intentara desaparecer.

Era un jueves en la tarde, luego de acabar con el largo día de escuela, cuando Jack volvió a cruzarse  con el canadiense. Finn tarareaba una de las canciones que luego convertiría en un cover con su banda "Calpurnia", cuando al cruzar la calle, chocó con el hombro del castaño.

-Fíjate por donde vas...-le dijo el castaño a Finn, quien solo deseaba que lo tragase el suelo-. Oh... ¿Tú eres el chico con el que tropecé la otra vez, cierto?

El simple hecho de que Jack tuviera un vago recuerdo del pelinegro, provocaba que un pequeño ardor subiera a sus mejillas.

-Si... Yo... lo siento-intentó disculparse.

-Calma, no fue nada.

-En serio lo siento....-dijo Finn-. Soy un idiota.

Jack esbozó una sonrisa y posó su mano sobre el hombro del pelinegro, quien se moría por dentro al estar tan cerca de esa persona que lo traía loco.

Ambos pecosos siguieron caminando, iban en la misma dirección. Durante el camino, conversaban sobre la música del pelinegro, o sobre los partidos de futbol del castaño. A medida que la plática comenzaba a tener menos silencios incómodos, de vez en cuando a Finn se le escapaba una pequeña risa acompañada de una sonrisa, la cual a Jack le resultaba tierna.

En un momento, Finn metió su pie en una pequeña ruptura en la acera, provocando su caída de rodillas.

-Oh mierda.-susurró, intentando que el rubor que había subido a su cara por la vergüenza desapareciera.

Seguía de rodillas en el suelo esperando no haberse cortado las manos, cuando reconoció que el castaño no había dejado escapar risa alguna. En cambio, este extendió una mano para que el canadiense pudiese ponerse en pie otra vez.

-¿Te encuentras bien?-preguntó el castaño con las cejas un poco elevadas.

-Si... Creo-dijo Finn sobando ambas rodillas-. Gracias por... me has ayudado a... Gracias.-balbuceó.

Jack rió un poco por el balbuceo de Finn, contagiándolo a este también.

Durante el resto del camino el pelinegro evitaba la mirada del castaño, ya que sentía que el rubor permanecía en sus pecosas mejillas. Ambos reían de cualquier cosa que se cruzara por sus mentes, como si fuesen amigos de toda la vida.

Jack paró en seco al estar frente a su casa, deseando, inconcientemente, que esta estuviese a diez calles más lejos; el castaño disfrutaba hablar con Finn, solo porque así era. Durante todo el trayecto hasta su casa, él se sintió capaz de salir de los límites marcados por los estereotipos sociales, siendo libre para hablar de todo lo que se guardaba para su interior. Podía dejarse llevar en una cosnversación por horas con el pelinegro, sin ser cuestionado por nadie.

-Aquí termino.-dijo Jack subiendo al porche de entrada.

-Oh...-dijo Finn cabizbajo y en susurro-. Hasta pront...-dijo mientras se daba la vuelta para marcharse.

-Espera-lo interrumpió-. Quizá no volvamos a hablar hasta que volvamos a cruzarnos...-rascó un poco su cabeza- Así que... La semana próxima daré una fiesta aquí. Ven... Claro si eso quieres.

-Sí-se apresuró en decir el pelinegro-. Seguramente vendré. Gracias por la invitación.

Ambos chicos se despidieron. Finn esperó a que el castaño cerrase la puerta de entrada para luego marcharse y poder suspirar en paz. "Mierda... me traes loco" era lo único que pasaba por su mente. Sabía que era extraño sentir mariposas cargadas de ilusiones a pocas palabras de haberle dicho, pero estaban allí, invadiendo su estómago.

Jack observaba por la ventana a aquel chico con el que había tropezado dos veces, las cuales no le resultaron molestas. Al notar que estaba haciendo, cerró las cortinas de la ventana velozmente y subió a su habitación a tomar una ducha, intentando apartar al pelinegro que invadía todos sus pensamientos.

Can we try again? [fack]  //CANCELADA//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora