Amanda Latimmer, mas conocida como Mandy era la dueña de las salas de juegos para caballeros que llevaba su nombre: Mandy's.
Peter Kendrik, conde Birdwhistle era un importante noble. Era un sinvergüenza, una calavera sin retorno.
Amanda y Peter se...
Peter busco a Mandy después de salir de la habitación de su hermana, echando chispas.
Annie jamás se comportaba de esa manera tan agresiva y jamás había refutado una orden de el, jamás le había dicho esas cosas hirientes en lo concerniente a la niña. La encontró jugando en la sala de billar, rodeada de hombres. Con el mismo vestido de paseo que tenia hacia una hora antes. Se acerco a ella y sus ojos color azul profundos lo capturaron.
— ¿Podemos hablar un momento por favor?
— Claro. — Le dijo amablemente. — Si me disculpan, caballeros. Debo atender unos asuntos con lord Birdwhistle.
Ella lo siguió hasta el despacho de Edward y cuando ella cerro la puerta el la miro furioso.
— Mi sobrina Charlotte no tiene porque pagar por lo que yo te haya hecho en el pasado.
— ¿Me puedo sentar? — Le dijo señalando una silla. Se sentó con gracilidad y lo miro. — Por supuesto que Lottie no tiene nada que ver. Pero no entiendo que quieres decir con eso.
— Que ella no tiene nada que ver con lo que paso antaño entre tú y yo.
— Estoy de acuerdo. Pero sigo sin entender. — Le dijo fingiendo confusión.
— Se que tu viniste a vengarte de mi, por lo que te hice, y te entiendo. Pero la niña no tiene nada que ver.
Mandy levanto las cejas fingiendo incredulidad.
— ¿Acaso te crees tan importante como para que yo gaste mí tiempo en ti? — Le pregunto despectivamente. — Sali a pasear con Lottie porque es una niña hermosa y nos llevamos muy bien. Mi relación con la niña, nada tiene que ver contigo.
— Te la llevaste sin el permiso de nadie.
— Ahí te equívocas, cariño. Annie sabía perfectamente con quien estaría su niña. Y si me disculpas, he dejado sin terminar un juego de billar. — Le dijo levantándose. — Y sabes como odio perder.
— ¿A eso se reduce todo esto? ¿Quién gana y quien pierde? — Le pregunto incrédulo.
Ella se acerco con una sonrisa en los labios, le acaricio la mejilla suavemente.
— Estas muy paranoico. Debes dejar de imaginar cosas que no pasan, amor.
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Mandy salió del despacho riendo suavemente. Pregunto a una criada por Matt y le informaron que lo habían visto en el jardín, caminando rápidamente. Salió y se fue directo a la fuente de Cupido.
Lo encontró ahí sentado, con el rostro escondido entre las manos. Se sentó a su lado y le paso un brazo por los hombros mientras sonreía, el se volteo y la abrazo. Mandy alcanzo a verlo, su rostro estaba triste y torvo.
— ¿Qué paso? — Le pregunto preocupada.
— Cosas que no deberían pasar.
— ¿Cómo cuales? — Se separo cariñosamente de el y lo miro, se asusto de verlo tan atormentado.
