Capítulo 21

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Amanda recibió a su futuro marido en su casa. Se vistió exclusivamente para recibirlo a desayunar, con un vestido celeste y unas cintas en el pelo. El trajo consigo un ramo de flores.

— ¡Gracias George! — Dijo apretando su mano.

— Gracias a ti por recibirme.

— No digas eso. Seras mi futuro marido.

Se sentaron en el jardín a tomar el té, junto con pasteles.

— ¿Cómo fue tu viaje? — Preguntó amablemente.

— Bien. Mi casa en Nueva York está oficialmente cerrada.

— ¿Estas muy triste?

— No, para nada. — Contesto ella rápidamente.

— Mi querida Amanda, — Le dijo tomándole la mano. — Se nota en tu semblante. ¿O pasa otra cosa?

— No, nada querido. Gracias por preocuparte por mí.

— Es mi deber como futuro marido. Así se construyen las bases de una relación.

Ella lo miró sorprendida.

— ¿Amabas a tu esposa?

— No. — Dijo de manera simple. — Mi esposa y yo no teníamos nada en común, excepto nuestra clase social.

— ¿La relación con tus hijos entonces? — Aventuro ella.

— No. Una mujer extraordinaria. Fue mi querida, hasta que murió hace unos años. Todos creyeron que hacía duelo por mi esposa. Pero no. Cuando ella se fue, sufrí muchísimo.

— ¿La amabas?

— Ella me enseñó a amar.

— Debió ser una mujer extraordinaria y única.

— De hecho era una mujer práctica y humilde, una mujer simple. Me enseñó lo que es el amor. Y que algún día, todos abandonamos el mundo, y lo que vale la pena son los lazos y el amor. No la belleza y cosas materiales. Porque cuando uno deja este
mundo, lo único que queda es el recuerdo de lo que fue. He amado a una sola mujer en mi vida, un amor prohibido con una prostituta, con menos suerte que tú .

— Lo lamento. — Dijo apesadumbrada.

— No te preocupes. Ahora dime querida Amanda, ¿Estás segura sobre esto?

— Faltan dos dias para nuestra unión, claro que lo estoy.

— ¿No amas a nadie? — Le pregunto especulativo.

— No quiero hablar de eso. — Dijo Amanda cohibida.

— No quiero que te condenes a una existencia vacía. Puedes estar acompañado del mundo entero si quieres y aún así, sentirte sola. Porque la persona correcta hace la
diferencia.

— Eres muy sabio. — Le dijo Mandy sonriendo.

Era un hombre extraordinario y amable. Hacía bien en ser su esposa, sería un compañero adecuado para ella.

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La Reputación De Amanda ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora