Elaine dejó escapar de entre sus manos la lámpara y esta estalló sobre el piso en una decena de piezas extinguiendo con ella la luz. La oscuridad creció siendo la luna la única que evitaba que se apoderara por completo de aquel bosque.Paralizada, miró en dirección al claro de las ninfas creyendo que vería alguna señal de alerta, pero la fiesta seguía con normalidad, totalmente indiferente a lo que estaba sucediendo en el bosque. Aun podía ver a las personas bailando y la música cada vez resonaba con más fuerza. La escena le pareció tan ajena y fuera de lugar, fuera del tiempo así como de la realidad. En ese instante todo se desdibujaba a su alrededor, volviendo a desenterrar con toda su fuerza el miedo profundo que oprimía su pecho y el ensueño en el que se había convertido su vida se expandía para rodearla con su manto.
—Elaine —escuchó la voz de Peter cerca de ella, casi tan distante y ajeno a la realidad como en lo que se había convertido el bosque. Él parecía ser una vía de escape que buscaba sacarla a flote del delirio que se acercaba. ¿Pero en realidad, alguien podría hacerlo?
Sintió el peso de la mano del rey sobre su hombro y aunque estaba consciente de su presencia el contacto la hizo sobresaltarse. Peter había recorrido la poca distancia que los separaba para llegar a su lado.
Temblorosa Elaine se giró en su dirección esperando encontrarlo tan asustado como ella se sentía, un reflejo de su propio miedo, pero Peter lucia impasible, de hecho era difícil detectar emoción alguna en él más allá de la palidez de su rostro.
—¿Qué ha sido eso? —preguntó con la voz temblorosa, abrazándose a si misma y encogiéndose como si aquello pudiera protegerla, haciéndola tan pequeña para desaparecer de ahí.
Peter no respondió. Sus ojos analizaban a Elaine con cierta insistencia para finalmente moverse de un lado a otro: del claro de las ninfas a ella, y de Elaine a la parte del bosque desde donde se había escuchado el grito.
—¡Tenemos que hacer algo, Peter! —Se sorprendió a si misma tomando la iniciativa en un chillido—. Lo que escuchamos... alguien necesita ayuda y... y... —Elaine tragó saliva pesadamente. Sentía las palabras atoradas en su pecho, negándose a ser pronunciadas, sin embargo la idea de Jeremy perdido en esos bosques, tal vez en un gran peligro, rondaba más que nunca sus pensamientos. Tomó aire tratando de hacer a lado su miedo y detener el temblor que comenzaba a recorrer de nuevo su cuerpo—. Deberíamos ir a ver que sucedió, tal vez aún podamos ayudar... salvarlo.
No estaba segura de lo que ocurría en Narnia, pero estaba al tanto de las terribles historia sobre cuerpos que aparecían desangrados por las mañanas, reportes de desaparecidos que nunca regresaban a sus hogares y el peligro acechando las aldeas. Era un secreto entre los rincones del reino, una verdad que todos preferían ignorar hasta que un nuevo ataque sucedía y no podía seguir haciéndolo. Los reyes ya habían dado una versión oficial para intentar calmar al pueblo, asegurando que todo estaba siendo controlado, pero ella podía percatarse de que en Cair Paravel la tensión aún permanecía.
—Elaine —Peter volvía a mencionar su nombre y ella levanto el rostro con temor, solamente para encontrarse con un par de enérgicos ojos grises. Su cabello rubio lucia ligeramente más oscuro en la noche y las sombras sobre su rostro hacían que este luciera más severo de lo normal.
Todavía mantenía su mano posada sobre el hombro de la chica cuando empezó a hablar —Tengo que ir a ver que sucedió ¿lo entiendes? —le dijo muy lentamente, queriéndose asegurar de que comprendiera sus palabras—. Necesito que regreses al claro de las ninfas. Monta sobre Bahir y regresa de inmediato
Elaine observó atentamente los labios de Peter moviéndose y articulando las frases que flotaban a su alrededor, transformándose en un pequeño rastro de sonido en el pesado silencio que había caído sobre esa parte del bosque.
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Las Crónicas de Narnia: Los hijos del tiempo
Fiksi PenggemarDespués de una extraña noche Elaine despierta en un mundo que sólo debería de existir en las hojas de un libro y en la imaginación de quien lo lee. Alguien ha esperado su llegada y pronto se vera rodeada por el misterio, la duda y el amor. Las cosa...