Las clases pasaron más rápido de lo normal, y la culpa era de su nerviosismo, sin dudas. Todo el día Will se comportó como un cobarde, se la pasó escondiéndose, en receso dentro de la sala de química ayudando al Señor Thompson, no es lo que normalmente hacia, pero esta vez, la situación lo superaba.
Él profesor salió, dando fin a la última clase, Byers sintió un revoltijo en sus entrañas, sabía que había llegado la hora de la "charla" con Mike, y aún no estaba preparado para eso, aunque no es que el otro lo estuviera también.
Se tardó en guardar sus útiles, mientras su amigo lo esperaba fuera del salón, la mayoría de sus compañeros ya habían salido, y aún estaba esperando para ser el último.
Logro su intención, sin embargo, cuando dio un paso fuera del salón y vio a Mike, volvió a sentir sus "mariposas"revolotear por todos lados, su estómago dolió y prefirió mirar hacia el suelo, o cualquier parte que no fuera él.
—¿Quieres hablar aquí o vamos a otro lado?—Wheeler preguntó, mientras dejaba de recargarse en la pared.
—¿Qué otro lado podría ser?—respondió Byers, con otra pregunta, mirando el pasillo.
—Podríamos ir a el salón de audiovisuales, tengo la llave y hoy nadie se queda, si llega algún maestro podemos decir que tenemos permiso.
—Bien.
Los dos caminaron, Mike iba algunos pasos adelante, mientras Will le seguía atrás. Doblaron hacia la derecha, y al final del pasillo se podía leer claramente "salón de audiovisuales".
Cuando llegaron la puerta no tenía llave, así que se miraron los dos, curiosos. Mike abrió la puerta lentamente, metiendo su cabeza para ver quién se encontraba adentro.
Era Lenny, un adulto con 27 años de otra ciudad que se había mudado hace poco y tenía el empleo de personal de limpieza, varias veces se lo habían encontrado en la sala, durmiendo, pero esta vez no, más bien se encontraba curioseando las cosas.
—¿Qué estás haciendo?
Al escuchar la pregunta se sobresaltó y tiro una cámara, que tenía en las manos, la levanto rápidamente al mismo tiempo que veía hacia la puerta.
—Perdón Wheeler—se disculpó él mayor, mientras dejaba la cámara en su lugar.
—¿Podrías salir? Por favor.
Este asintió para después salir de el salón, luego ellos entraron, él castaño cerró la puerta, y fue con Mike que ya se encontraba sentado, se situó junto a este, pero no muy cerca.
—Así que, ¿Con qué empezamos?—musitó el pelinegro mientras se recargaba en el sofá donde se encontraban.
Por un momento se quedaron en silencio, examinando el lugar con la mirada.
—¿Por qué me besaste?—preguntó Will, mientras sus mejillas tomaban un color rojizo.
—Solo lo hice, no lo pensé, perdón por hacerlo, se que te molesto.
—No me molesto el beso en si, más bien que lo hicieras sabiendo que tienes a alguien, ¿Le has contado lo que pasó?
Después de decir aquello se sintió demasiado avergonzado, quería salir huyendo de ahí, pero no lo haría.
—Se lo diré hoy, iré a su casa, de hecho ya casi tengo que irme... y Will—al escucharlo decir su nombre dirigió su mirada hacia él—. No me arrepiento de lo que hice, sé que fue tu primer beso, y soy feliz de ser la persona que lo haya tenido.
Ese fue el colmo, todo el rostro del pequeño se encontraba rojo, y en su mente se repetían constantemente las últimas palabras, haciendo que un poco de esperanza se construyera en su corazón.
—Una última pregunta—dijo Mike, mientras se levantaba—. ¿Todo lo que dijiste el sábado, fue real?
—¿Crees que mentiría sobre algo así? si, estoy enamorado de ti, me gustas—contesto, pues no tenía nada que perder, su rostro ya no podría volverse más rojo.
—Creo que también... También me gustas Will—y salió.
Byers se quedó viendo la puerta, impactado, procesando aquello que había dicho.
Mientras tanto Mike, aún se encontraba del otro lado de la puerta, con la mano en su corazón, sentía como si hubiera corrido miles de kilómetros, pues su ritmo cardiaco se encontraba acelerado, al igual que su respiración.
Se alejó lentamente del lugar, mientras respiraba profundamente, pero luego de dar vuelta en el pasillo, corrió, con una sonrisa en su rostro, sentía un peso menos encima, pues ya había confesado sus verdaderos sentimientos.
Sin darse cuenta tropezó con algo, y terminó en el suelo, más no le importo, aún tenía aquella gran sonrisa en sus facciones, mientras salía un pequeño hilo de sangre bajo su labio y su ceja. Dio la vuelta para quedar boca arriba y se quedo un momento admirando el techo, hasta que recordó que tenía que ver a su novia, se levanto y dio un pequeño quejido, pues sentía que se había torcido el tobillo, lo ignoro y fue hacia afuera, tomando su bicicleta.
Llego algo tarde, pues si le dolía el pedalear, con algo de nervios toco la puerta con el código que tenían para saber quiénes eran, se abrió, y supo que ella lo había hecho con los poderes. Entro, miro que estaba en el sofá frente la televisión, camino hacia allá lentamente.
—Hola—saludó, mientras se sentaba junto a ella.
Eleven se acercó, y toco la herida que tenía el chico en su ceja, pues es la que le estaba sangrando más.
—¿Ocurre algo?—preguntó esta, pues veía algo diferente en él, aparte de sus heridas.
—Muchas cosas, espero que entiendas—suspiró—. No me odies después de que termine de contarte esto.
Le miro preocupada, pues sabía que algo malo iba a ocurrir, pero asintió, dándole la palabra.
—El sábado, después de que te fueras, fui con Will a un lugar, y pasó lo que tenía que pasar.
Ella le dio una mirada incrédula, aún esperando lo que tenía que decir.
—Lo bese, no quiero engañarte, él me gusta desde que soy un niño, pero lo acepte realmente hasta el pasado sábado.
Eleven se levanto del lugar, sin decir nada, Mike la miro, esperando alguna reacción o algo que tuviera que decir. Regresó con dos bandas adhesivas, y una botella de alcohol con algodón. Se acercó a él y curo sus heridas.
—¿No dirás algo?—preguntó el pelinegro, sin extrañarse, ya que sabia no era de muchas palabras, sin embargo, este era uno de los casos en los que tenía que expresarse.
—No soy tonta, sé que amas a Will, pero no te lo dije puesto que yo te amo a ti, y no quiero perderte—soltó, con la verdad más pura y descarada.
Una mirada furiosa se instaló en el rostro de Mike, vaya que eso lo había enojado, se levanto y fue hacia la puerta.
—Lo siento El, esto termina aquí, no diré nada más, por que sé que cuando me enfado digo estupideces, vendré luego—dijo, para después cerrar de un portazo y soltar un largo suspiro.
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Tres años después [Byler]
FanfictionEse sábado, no lo olvidaré nunca. Los personajes son de Stranger Things, propiedad de los hermanos Duffer.