Capítulo 7

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Gi

Eso definitivamente fue caliente, muy caliente. Jamás en mi vida me habían cantado de esa manera, bueno, en realidad nunca me habían cantado, ni dedicado alguna canción de esa manera, apenas llegué al bar me imagine las mil y una situaciones que podían sucederse después de cómo terminamos discutiendo con Piere en el estacionamiento, pero definitivamente entre esas opciones jamás me esperé a Piere cantando de esa manera, y menos me imaginé haciendo lo que hice de subir y cantar con él por simple impulso, pero cada vez sentía cómo nos atraíamos uno al otro cómo polos opuestos.

Estaba en una nebulosa total cuando me percate de que estábamos entrando a su oficina. El me abrió la puerta de la misma, me hizo pasar, pero no me dio tiempo de reaccionar, cuando menos cuenta me di el ya le había puesto seguro a la puerta y yo ya estaba contra la misma, mi espalda apretada contra ella y los labios de Piere sobre los míos, el solo los rozaba, el muy maldito me tentaba y no me daba totalmente el beso, por lo que sin más, lo agarré de su nuca y lo atraje hacia mi boca.

Succione con mis labios su labio inferior, para después dejar un leve mordisco, a lo que él largo una clase de gemido que me humedeció por completo, lo necesitaba malditamente tanto.

- Espera Gi, tenemos que hablar

- Ya no quiero hablar precisamente

- Gi, de verdad necesito pedirte perdón, te juro que no quería lastimarte, esa chica que viste... ella si era mi novia, pero ya no, y yo te juro que es culpa mia por que estaba borracho y no supe cómo terminar las cosas, y ella llegó justo esa noche, y era la primera vez en años que me animaba a decirte lo que sentía.

Mi cara es un poema, acaba de decir que era la primera vez en años que se animaba.

- ¿Cómo?

- Lo que te dije, que no sabia cómo romper la relación y ...

Le pongo un dedo en su labios para que deje de hablar.

- No me refiero a eso Piere, sino a que ¿Cómo que es la primera vez en años que te animas a decirme lo que sentías? ¿Qué sentías?

Lo noto tomar una respiración profunda, para luego soltar el aire y comenzar a hablar.

- Gi, es cómo te dije esa vez en el estacionamiento, no estaba ebrio, yo de verdad Te amo Gi, lo he hecho por años, pero siempre sentía que había algo que me decía que no era para ti, y me aterraba que tu no sintieras lo mismo, y esa noche por fin me miraste cómo llevaba años esperando que me miraras y pasó lo que pasó, pero yo estaba de novio y jamás se me paso por la cabeza que mi novia iba a aparecer, pero desde que me besaste, supe que iba a romper esa relación, y si estaba a mi alcance jamás te dejaría ir. De verdad lo siento Gi. Por favor perdóname. El me amaba, y yo estaba alucinada y con los ojos llenos de lagrimas pero esta vez de felicidad, yo también lo amaba.

- Llévame a tu apartamento, por más caliente que estemos, quiero que me hagas el amor en una cama y gozar cada parte de ti nene, y puede sonar tonto para alguien de mi edad con experiencia, pero por lo menos nuestra primera vez juntos quiero que sea en un entorno donde estemos los dos solos.

Sin más que decirle, agarro las llaves del auto y su teléfono, le mando un mensaje a uno de sus encargados y le dejo las instrucciones correspondientes respecto al bar, le mandamos un mensaje a los chicos y salimos por la puerta trasera del bar, rumbo a su departamento.

PIERE

Llegamos a mi departamento, Gi se sentó en mi sofá mientras yo iba a buscar algo para beber. Estaba muy nervioso, por fin iba a tenerla conmigo, aunque lo que no esperaba era llegar a la sala de estar y verla dormida en mi sillón.

Aunque debo admitir que eso no me enojó, por el contrario, me encanto verla, se veía súper tierna, debe de haber estado muy cansada para haberse dormido en menos de 15 minutos que es lo que tarde en encontrar la botella de vino y descorcharla y buscar las copas.

Dejando la botella y copas en la mesa, me acerque a ella acariciando su rostro sin despertarla, luego, la alcé en mis brazos cómo a un bebé y la llevé a mi cama, donde la acomodé, me debatí mentalmente entre sacarle el vestido o no, pero lo único que hice fue sacarle sus zapatos y taparla con la sábana.

Luego me dirigí al baño, lavé mis dientes, me saqué mi ropa y me quedé solo con mi bóxer puesto, me acosté al lado de ella, la cual al penas sentirme se giro abrazándome y colocando su cabeza sobre mi pecho, cómo si lo hiciera por instinto, y así sin más supe que quería esto por siempre, solo con ella, por siempre. Y pensando en eso me quedé dormido al lado de mi hermosa hechicera.

No me desafíesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora