No me desafíes

Capítulo 15

POV TARA

Apenas me llamaron tomé el primer vuelo disponible, necesitaba llegar al lado de mamá. Bastián se quedó con nuestros hijos, le dije que apenas tuviera toda la información lo llamaría diciéndole si era necesario que viajara con los bebés lo antes posible a Argentina.

No hizo falta mucho para que esa llamara sucediera una vez que llegue al hospital y me dieron el parte médico de mamá.

Papá nos contó cómo había sido todos estos meses en los cual ella no había querido preocuparnos al menos que le dijeran que su cáncer no tenía solución alguna.

Por un momento me enojé, pero luego papá, como siempre, me abrazó y me explicó por que actuaron de la manera que hicieron, y a su forma logró calmar mi enojo.

Una vez que me dejaron ver a mamá, sentí como mi corazón se estrujaba como si lo estuvieran presionando para dañarlo a más no poder.

Mamá estaba en una cama de hospital, más pálida que nunca, con uno de mis hermanos a cada uno de sus lados agarrando una de sus manos.

Cuando me vio entrar le pidió, a mis hermanos que me dejaran un rato a solas con ella, Piere y Luca me abrazaron cuando iban saliendo, cada uno dejando un beso en mi cien, de lejos se notaba el cansancio de ellos, no estaban en mejor estado que yo, no se querían alejar de mami, pero ellos lo hicieron, ya que siempre obedecían lo que ella decía.

En vez de acercarme de inmediato a mamá, me mantuve por no se cuanto tiempo parada a los pies de la cama, mirando a mamá con lo que creo era mi cara de susto, tenia mucho miedo en este momento.

Mamá como siempre espero a mi reacción, primero sentí mis ojos arder, después las lagrimas se derramaban solas, hasta que finalmente me acerqué a ella y como pude la abracé.

Me senté lo mejor que pude en la cama de manera tal que mi cabeza se apoyara en su pecho, donde pudiera sentir que su corazón aún latía, ese corazón que durante estos años de mi vida siempre me había calmado en las peores mareas.

Ella comenzó a acariciar mis cabellos y un nudo seguía atravesado en mi garganta, tenia que ser fuerte pero aún no podía sacar la fuerza para hablar y mamá lo sabía, por lo tanto, las dos nos quedamos ahí abrazadas hasta que me calmé y pude hablar con ella y decirle cuanto la amaba y cuanto me dolía todo lo que estaba pasando.

Así lo hice todos los días durante dos meses hasta el día en el que ella me abandonó, el único consuelo que tenia era que ella no iba a sufrir más, pero eso no hizo que el día que ella murió doliera menos.

Mis hermanos y yo estábamos ahí cuando ella murió, ella se despidió de todos nosotros, de mis amigas, de mi marido, y por supuesto de nosotros tres, de papá, de Luca, Piere y de mí.

Se fue destrozando nuestro corazón y en parte nuestras vidas, me aferré a ella lo más que pude en ese ultimo abrazo, hasta que sentí como dio su ultimo suspiro, momento en el cual ya no aguante más y me largue a llorar en forma desgarradora, ya nada sería lo mismo sin mamá, nada se compararía al amor que me dio desde el primer momento en que me tuvo en sus brazos.