« 6 »

638 48 0
                                    

Stephanie se había olvidado de su antigua vida, sus padres, Jess.

Extrañamente así era, sin echar de menos a alguien y ni ella podía entender porqué había resultado de esa manera. La rubia que le gustaba llamar "su chica misteriosa" había creado un espacio enorme entre ambas. El sexo había terminado desde que escarbó en sus sentimientos encontrando a la mujer que le había secuestrado ahí, viviendo tranquilamente en su corazón. Era doloroso ver cómo su chica ni sí quiera quería entablar conversación con ella, no estaba interesada ni en dirigirle la mirada, y solo podía verla una vez al día cuando traía su comida pero era tan fugaz que apenas podía creer que había ido.

Su corazón se agitaba al verla ir y venir, era en verdad un sentimiento muy extraño, desbordante e increíble de creer.

Con la mirada en su regazo escuchaba el televisor encendido con volumen bajo pero algo la alertó, el ruido de una hoja cayendo al suelo. Eran de esas que descansaban en el escritorio de su chica misteriosa, pensó que el viento que se filtraba entre la ventana entablada había sido el causante, pero a lo lejos notó que había algo escrito en el papel y eso llamó su atención. De un salto salió de cama para tomar la hoja que parecía vieja, pero no era una simple hoja con palabras de la rubia.

Éste era el trozo de un diario.

La pelicastaña teñida frunció su entrecejo más interesada, había varias fotos de mujeres desaparecidas y todas compartían algo en común "sus cuerpos fueron encontrados sin órganos y en algunos de los casos sin extremidades" Phanie sintió un fuerte escalofrío después de leer todo.

¿Ella?

Su rostro comenzó a sentirse caliente, ¿Pero por qué lloraba con tanta facilidad? Además era de esperarse, no conocía ni sí quiera su nombre. Con lágrimas recorriendo sus mejillas corrió hasta al baño donde se encontró con su triste reflejo y de su reflejo se dirigió al trozo de periódico que tenía en la mano, una idea muy descabellada que llegó de la nada, estaba perdiendo la razón, sin embargo era su única oportunidad de lograr salir.

Tomó el espejo que colgaba en el baño para arrojarlo contra el suelo generando ruido estrepitoso en todo el cuarto de baño, tanto que cerró los ojos por unos segundos. Ella tomó uno de los trozos y después se dirigió al escritorio donde se sentó.

Listo, sólo debía cortar su piel y con la punta del espejo escribir con su sangre. Sonaba fácil.

Creó un pequeño corte en su brazo en forma de línea, y claro que ardió pero logró lo que quería. Comenzó a escribir letra por letra con su sangre, todo iba de acuerdo al plan hasta que la puerta detrás de ella se abrió y...

— ¡¿Qué carajos haces?!

Phanie estaba jodida de nuevo ¿Por qué no podía hacer nada bien? Ni sí quiera tuvo tiempo de reprocharse porque había sido tomada del brazo y arrastrada al baño donde la otra chica lavaba su herida y colocaba una bandita que cubrió el corte que el espejo había formado en su piel.

La rubia la miraba con intensidad y con... ¿Ira? ¿Odio?

— ¿Planeabas escribir que estabas secuestrada y lanzarlo por la ventana?

— Si. — Soltó con total sinceridad y cansancio, pero sosteniendo la mirada de la otra. — ¿Igual vas a matarme no?

Aquello hizo que la otra chica desviara la mirada al instante, su vista escapaba de la castaña por primera vez.

— Vete, vete... — Como murmuros se escuchó pero después su voz se elevó para que se convirtiera en la típica orden. — ¡Vete!

¿Le estaba dejando ir? ¿Qué? ¿De que se había perdido? Podría replicar o discutir el tema pero desde el cuarto de baño vio la puerta de la entrada del departamento abierta. No podía fallar esa vez, no cuando estaba tan cerca pero cuando su mirada corrió hacia donde la rubia que se sostenía del lavamanos las dudas le ganaron, no sabía que carajos hacer.

¿DESTINO? [ TAENY ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora