Y cuando creía que ya no había más lágrimas éstas aparecían, desde el día de esa tormenta no dejó su casa o su habitación. Su cama estaba en su totalidad desordenada, con las bolsas o cajas de comida que ordenaba cuando le apetecía algo y no tiraba a la basura cuando terminaba de comer. Además de un montón de papel higiénico, había pescado un resfriado y no mejoraba, o bueno, la fiebre había bajado y se encontraba mejor.
Jessica le había llamado dos veces ese día, pronto sería su boda y Phanie creyó que se perdería del evento o al menos eso era lo que quería, sabía que su mejor amiga no le permitiría tal cosa.
— Te dije que no vinieras, vas a enfermar. — La voz nasal de la chica era evidente.
— Lo sé Phanie, pero mira todo este desastre ¿Y como se supone que vas a mejorar sí estás aquí? No te dejaré aquí. Vamos a salir, abrígate.
La chica abandonó la habitación dejando en shock a la castaña, ¿En serio la sacaría?
— ¡Rápido Phanie!
La voz de su mejor amiga gritando su nombre con histeria casi le hace caer de la cama pero fue de gran ayuda para que comenzara a vestirse para salir. Pensó que eso era una mala idea, ¿Pero que más daba? Ya no tenía más planes de vida.
Y ahora que lo pensaba bien ¿Por qué la gente le ordenaba y ella tenía que obedecer? Tal vez nació con alma de sirviente y hasta ahora se daba cuenta. Cuando pensaba en ese tema de nuevo la chica rubia aparecía dándole dolor de pecho, quizás trataría de insistir un poco más en quedarse.
— Bien Phanie, ya te di tu tiempo y no hiciste caso. Yo te ayudaré.
— Jess.. — Se quejó y le lanzó la típica mirada de perrito suplicante pero no sirvió.
En pleno diciembre y luego de haber pescado un fuerte resfriado, además de haber estado en cama por días se encontraba con su mejor amiga vagando por el centro de Seoul en busca de regalos navideños que según le había contado, la incluía. La temperatura era baja pero poco el importó a su mejor amiga, por lo menos había llevado bufanda y su gran abrigo azul.
— ¿Qué tipo de cosas le gustarán a Yuri? ¿Debería comprarle un perro?
— ¿En serio Jess? ¿Un perro?
Bueno, la chica lo pensó bien luego de unos segundos. Había invitado a su mejor amiga en la primera cita a ver la película de Coco al cine. Después de todo no parecía muy lejana la idea del perro, sobre todo porque no dejó de llorar cuando Miguel cantó remember me.
— Bueno es cierto, compremos un perro. Y que sea pequeñito y de bolsillo. — Se burló y la otra negó riéndose.
— Lo sé, mi novia podrá tener esa fama de chica dura y rebelde pero en realidad es un dulce.
— Basta Jess, ya vomité bastante en casa estos días cuando enfermé y no quiero hacerlo de nuevo.
La otra rodó los ojos con intenciones de ignorar tal comentario pero la idea se fue de repente, el ringtone “Gashina” de la nueva canción favorita de su amiga comenzó a sonar y el brillo de sus ojos fue inevitable.
— Espera aquí Phanie, es Yuri.
— Aquí estaré. — Dijo sin más, la bajita observando cómo la chica se alejaba atendiendo la llamada con emoción dejando a la otra con intriga ¿Cómo hubiera sido una relación real, una relación amorosa con TaeYeon?
Sus cejas se juntaron con enojo, de nuevo pensaba en ella pero a ella no le gustaba llorar con tanta gente alrededor. Soltó un bufido y entró a la primera tienda que vio y era... Una librería, estantes llenos de ellos. Tal vez era lo que necesitaba, leer la vida de alguien más para olvidarse de la suya un rato. Ahora sabía que haría esa navidad sin parar.
Con las manos en los bolsillos de su abrigo se adentró a la extensa tienda, leía los títulos pero al principio se encontró cosas infantiles que pasó olímpicamente, después llegaron los titulares románticos y como era de esperarse huyó de ellos yendo al siguiente estante donde se encontró con biografías. Perfecto.
Tomó un par, los que le parecieron nombres bastante llamativos y con nombres que había escuchado antes, era el momento de saber cómo era la vida de esas personas tan conocidas. Las pegó a su pecho para que ningún libro cayera y se dirigió a donde seguro cobraba el empleado que trabajara ahí. Dejó los libros en el mostrador y buscó con la vista a la persona a cargo pero no la vio hasta que llegó detrás de ella para ponerse en su puesto de trabajo.
— ¿Los comprará todos?
Stephanie Hwang se olvidó de como moverse, respirar y de la vida misma cuando la empleada se dirigía a ella con una sonrisa que juraría que era la más sincera del puto mundo.
— Y-yo, si.
— Bien. — La mujer hacía su trabajo y Phanie trataba de encontrar algún fallo pero no lo había. Era ella, no había forma de que no. Sus labios, sus ojos, su piel, las manos que tomaban los libros para ponerlos en orden y buscar el precio de cada uno de ellos, era ella y podía jurarlo por sus padres muertos, esa era su jodida voz.
Luego de tomar las fuerzas que seguro escondía muy dentro de sus ovarios habló.
— ¿TaeYeon? — Y la chica la miró, dejando su trabajo para dirigirse a ella interrogativa. — ¿Eres tú?
— Así es. — La chica señaló al nombre que tenía en su pecho, como ese típico que tiene todo empleado en su uniforme pero Phanie no se refería a eso.
— Yo, ¡No! — La chica no pudo evitar enojarse, la mujer que le había privado de su libertad estaba frente a sus ojos y actuaba como sí no la conociera. — Tu me conoces, tú eres la chica que me...
Pero fue interrumpida al instante.
— Shhh, no quiero perder mi trabajo.
Y Phanie como de costumbre asintió, como si fuese su naturaleza obedecer cada palabra que la rubia dijera. La otra aunque no muy confiada terminó con la conexión de miradas y se dedicó a hacer las cuentas de los libros en su totalidad.
— Ya no te he visto en el metro.
En su interior Phanie de nuevo sentía esa extraña sensación, como sí tuviera toda una ciudad en su vientre en medio de una invasión extraterrestre.
— Me mudé. Este es el recibo. — La chica de cabellos claros teñidos le entregó el papel del recibo donde contenía el precio de todo y el cual debía firmar.
La otra tuvo que morderse la lengua ya que estaba apunto de decir “ lo sé, fui a tu casa a buscarte ” sólo tomó tal trozo de papel para ponerlo en el mostrador y firmar, después le entregó el dinero a la chica y mientras esperaba el cambio de nuevo trataba de reunir más valor.
— TaeYeon... — La chica le entregó el dinero debido como cambio para luego ser todo oídos con un amigable gesto. Podía ver más de una expresión en la rubia y le era bastante extraño ya que la TaeYeon que antes conocía era más fría e inexpresiva que un dibujo trazado a base de trazos rectos sobre un papel. — Adiós.
Y se fue tomando la bolsa con todos los libros que había comprado.
Ridículo.
Afuera aún estaba su mejor amiga hablando por teléfono con una sonrisa amplia pero ella decidió ver al interior de la tienda que por suerte tenía paredes y puertas transparentes. TaeYeon tenía el rostro bajo y parecía que leía algo, ella fruncía el ceño como sí leyera, ella... Pero al sentir una mano desconocida descansar en su hombro casi saltó.
— ¿Qué miras?
Era Jessica y a Phanie casi se le detiene el corazón. Sonrió a su mejor amiga y ésta se le quedó mirando como sí hubiera visto algo fuera de lo normal aunque sólo fuera Phanie sonriendo.
— Eh, nada. Mira, compré libros.
La chica aún estaba impactada e incrédula de ver a su mejor amiga sonreír de nuevo pero no la cuestionó, solo le siguió el juego asintiendo con una sonrisa aún más amplia.
¿Estaba de más decir que Phanie había encontrado su nuevo lugar favorito?

ESTÁS LEYENDO
¿DESTINO? [ TAENY ]
Fanfiction» +18. × Un secuestro cambió el destino de dos personas. ★ Personajes principales. - TIFFANY HWANG. - KIM TAEYEON. ★ Personajes secundarios. - JESSICA JUNG. - KWON YURI. ★ Couples. - TAENY. - YULSIC.