Angeles y Demonios *Larry Stylinson/Ziam Mayne

Hija de Angel y Demonio

El rizado iba con el chico que recién conoce al callejón. No sabía cuáles eran los planes de Austin pero sabía que iba a ser divertido. El lugar es oscuro, lo suficiente para que nadie los mire hacer  sus cosas. Harry estiró sus labios esperando un beso que jamás llegó. En su lugar Austin lo golpeó.

-Andar de zorra no te traerá nada bueno. – dijo Austin apuntando con su espada

-Te me adelantaste, también planeaba atacarte.

-Pero ya tengo este combate ganado. Siempre triunfa el más listo no el más fuerte.

-A ver si eres tan listo para predecir esto.

Harry utilizó su magia para manipular a Austin. Empezó por torcerle sus piernas y luego sus brazos. Austin gritaba de dolor. Harry lo estaba torturando y doblando de maneras que ningún ser humano podría a voluntad propia. Incluso el mejor de los contorsionistas se quejaría y sufriría de lesiones permanentes.

Austin, por fortuna era más listo incluso que su primo. Se lograría librar de las ataduras de Harry pero necesita pensar una estrategia que sea fácil y efectiva.

-Puedes matarme pero seguirás siendo una maldita zorra.

-¿Cómo?

-Ese novio tuyo ha de ser horrible para que lo hayas querido engañar.

-Para tu información, Louis es hermoso.

-¿Y porque me quisiste besar?

-Ese es mi problema no el tuyo.

-A ver si Louis te lleva a la cama después de que le diga. Claro, no creo que seas un experto en ella.

-¡HOY SI MALDITA ZORRA!

Harry dejó ir a Austin para atravesarlo con un cuchillo. Austin como siempre fue más listo y lo agarró de los rizos para luego ahorcar a Harry. Luego de este incidente Harry debería considerar cortarse el pelo aunque si lo hubiera tenido corto no hubiera conocido a Louis.

Harry no soportaba lo que Austin estaba causando. No solo el dolor en sí, también hay que agregar el hecho que no podía respirar. Sin embargo Austin inmediatamente lo soltó cuando se acercó la criatura más peculiar que haya visto.

Se acercó un demonio con alas negras. Era más bien una chica. Tenía cabello negro y ojos del mismo color. Era algo gordita pero disimulaba con su busto enorme. La chica es hermosa pero lo que más resalta es su singular par de alas negras. Para tener alas negras tuvo que haber sido un ángel en algún punto de su vida pero eso no explica cómo consiguió el par de cachos.

-No sé a quién estén matando aquí pero yo también quiero rebanarlo. – dijo la chica con una voz siniestra y algo grave.

-Aun este demonio merece vivir. – dijo la misma chica pero esta vez con una voz más delicada.