Ya habían pasado dos años. Era la esposa de Alejandro y tenía mi hija Victoria dos años.
La vida de casada era un mundo irreal. Nos conectabamos de una manera que no sentiamos que nunca nada cambio. No teníamos peleas. Pasabamos tiempo juntos. Eramos padres. Y nuestra vida sexual era fenomenal. Estabamos en nuestro mejor momento.
Y aparece él.
Mi primer amor después de doce años de no verlo en la calle mientras iba al trabajo. Estaba totalmente cambiado al hombre que yo recordaba en mi memoria. Sentía como mi pecho se arrugaba al venir a mi mente sus recuerdos uno a uno de golpe.
Quería hablarle después de tanto tiempo, pero solo le perdí la pista. Seguí rumbo al trabajo y mi mente se quedo en aquella carretera donde lo vió. Las horas pasaron y de regreso a casa me pare en el supermercado a comprar unos encargos que faltaban para la cena antes de llegar a casa.
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Cuando un hombre alto se me paro en frente y me dijo con tono familiar
- Ágata, eres tú- dijo él-
Me quedo átonita al mirar de quien se trataba nada menos que Áaron, mi primer amor. Estaba frente a mi en esos momentos.
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