Insomnio Lunatico

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La Luna fue, es y será mi testigo, mi mejor amiga, mi única compañía. Ella sabe por lo que estoy pasando, de ahí el término lunático, que no quedaría mal para describirme.  

Hace 7 años que estoy igual. He probado todas las opciones naturales que me recomendaron, y ninguna ayuda. Ya no recuerdo como era antes, esas benditas 8 horas de las que habla la gente. Con suerte puedo conciliar el sueño por 1 o media hora, solamente durante la Luna Nueva realmente descanso, cuando puedo llegar a dormir unas 3 o 4 horas. Per mi Inconciente ya no parece tener la fuerza para generar aquellas imágenes en mi mente que la gente llama sueños, y cada vez me siento más vacía que antes.

Mis ojeras cada vez están más pronunciadas, pareciera que en cualquier momento esos dos pozos negros que parecen no tener fondo van a tragarse mis ojos. El maquillaje ya no funciona, ya nada las puede tapar. Ya ni se hinchan, pero prefiero que esten asi, demostrando cada día lo muerta que estoy por dentro.

El dolor de cabeza es insoportable, me volví adicta al migral y ya aquella sustancia tan fuerte no hace efectos sobre mis migrañas. Todo el día estoy irritable, la gente en mi entorno no me soporta, pero ellos no lo entienden, no saben por lo que estoy pasando, jamas lo entenderian. Solo la Luna me entiende.

En el trabajo me recomendaron a un especialista, que podría medicarme para poder descansar. En la primer sesión el doctor me reseto unas pastillas cuyo nombre no recuerdo, y  me dio las instrucciones de como tomarlas debido a que eran bastante fuertes. Aunque en mi situación cualquier cosa era mejor que nada. Era toda una muerta andante. 

Pero no se si quiero, ya aprendi a vivir con esto. Le he tomado el gusto a la noche, el sentarme en el pequeño balcón de mi departamento y admirar la Luna y la luz que refleja. Luego de unos años aprendí a contar cuántas horas dormiría según las fases lunares. Las Lunas menguantes eran como un conteo a la mejor noche, cuanto más cerca estaba más dormia. La Luna Nueva es la más tranquila, dependiendo el mes podía llegar a dormir unas 3 o hasta 4 horas, pero eso duraba solo un maldito día. En las Lunas crecientes iba empezando la cuenta regresiva, cuanto más cerca a la Luna Llena peor era. Luna Llena, el apogeo de la locura, como explicó Paracelso en la época renacentista, los lunáticos eran aquellos que cuya enfermedad tiene origen en la Luna y cuyas manifestaciones se relacionan con las fases del asteroide, explicando así que cuando la Luna se manifestaba en todo su esplendor lo mismo pasaba con el Lunático. En otras palabras, aquella noche no dormia ni un misero minuto. 

Aprendí a soñar despierta, solía inventar pequeñas escenas en donde a veces soy la protagonista, cosas que me gustarian que pasaran o como hubiesen sido ciertas situaciones en mi vida si optaba por hacer o no hacer diferentes acciones. O simplemente daba vueltas sobre mi colchon king side que se encuentra en el medio de mi monoambiente, como lo estoy haciendo ahora mismo.

La luz de la Luna Llena entra por el ventanal iluminando la única habitación, acostada desde el colchon podía verla claramente, el cielo estaba despejado y no había rastros de estrellas, solo la Luna, reflejando por completo la luz del sol. Una lágrima, solitaria, cayó por mi mejilla hasta chocar contra la sabana. No podia con esto, mis ultimas noches fueron terroríficas, si no fuera por la Luna todo se sentiria tan oscuro, ya no tenía la habilidad de crear esas hermosas historias que lograban no deprimirme por completo. Ahora solo imaginaba las mejores formas de llevar mi locura al maximo. 

Alcé la mano hasta la mesita de luz para buscar el frasco de aquellas que iban a hacerme descansar. Descansar por fin. Tomé una y espere unos segundo a que hiciera efecto, claro que no lo hará, pero yo lo necesitaba ya, necesitaba cerrar mis ojos y descansar. 

Por ahí fue un impulso, por ahí fue la fuerza de la Luna, que me estaba llevando a cometer semejante locura. Sin hesitar, lleve el frasco a mi boca y fui tragando una por una como si de caramelos se tratasen. Tire el frasco con la poca fuerza que me quedaba por ahí y bebí del vaso de agua que siempre tengo al lado para cerciorar que todas hayan pasado. 

Con una última sonrisa mire a la Luna recostada en mi cama. Mientras me iba sintiendo pesada y mis ojos luchaban por cerrarse, empecé a llorar, hacía tanto que no sentía tanta felicidad.

Por fin lo logré, el descanso eterno.

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