Un día mas

189 11 1
                                    

Atolondrada, estupida, inservible, inútil.

Son algunas de las palabras que escucho todos los días, hora tras hora.

Ya quisiera yo que estén en mí cabeza, que las voces que oigo sean imaginación mía. Pero no.

Esas voces tienen dueños,  dueños que no tendrían que decir todo aquello.

Cómo es que las personas que tendrian que estar para vos incondicionalmente son las primeras en remarcar tus errores, tus imperfecciones.

Aquellos que tendrian que ayudarte a abrazar cada una de ellas y aceptarlas y ser feliz igual, sean quienes te las dicen en cada oportunidad que se les aparezca, destrozandote poco a poco.

A la larga una se deshace, se siente que no tiene a nadie quien pueda creer en ella, porque sus padres quien tendrían que amar a su hija, solo la despedazan con malos tratos.

Un hijo solo quiere complacer a sus padres, hacerles entender que están agradecidos por todo lo que han hecho por él. ¿Pero si lo único que hicieron fue romperlo? Uno ya no sabe que dar.

Me siento desecha, rota, inútil, inservible, la peor hija que podría desear un padre. Y por más que sepa que no es mí culpa, que al fin y al cabo es la suya, no puedo cambiar de parecer.

Llegué a un punto en el que creo todo lo que me dicen, que soy una buena para nada.

¿Porque sigo insistiendo en vivir así? No lo sé. No sé porque tengo la tendencia masoquista en querer demostrar lo contrario a lo que ellos dicen, si cada vez que hago algo remarcan lo que hice mal.

¿Cómo puede una vivir así?

Pues no lo hace, creo que la palabra vivir aquí no encaja. Hace tiempo que siento que no vivo, solo sobrevivo. Algo muy diferente si me preguntan a mí.

Vivir significaría disfrutar, hacer algo con mí vida. Lo cual, claramente, no estoy haciendo. Sobrevivir implicaría permanecer respirando, haciendo el esfuerzo para no dejar mí cuerpo, sin disfrutar una mierda. Únicamente mantener fuerzas para no caer.

Pero ya ni sobrevivir puedo. En esta casa, en esta cuarentena, lo único que puede hacer es encerrarme en mí cuarto, llorar y calmar mí ansiedad de la única forma que conozco.

¿Para que salir de mí refugio? Si cada vez que salgo, lo único que escucho son reproches. Insultos hacía mí persona. La fuerza que había reunido todos estos años para poder hacerles frente desapareció en la primer semana de encierro.

Ahora, como todas las noche, me encuentro llorando, con un cigarrillo apoyado sobre el cenicero consumiendose lentamente. En mí mano mí única descarga, aquella a la cual recurrí hace 7 años por primera vez.

Los que me rodean dicen que soy fuerte, pero no me conocen, si supieran la verdad dirían que soy débil. Un asco de persona.

Mientras la sangre brota del primer corte pienso, solo dure un año limpia. Siempre tuve recaídas. Nunca fui fuerte, nunca fui valiente. Siempre termine recurriendo a esto.  Me termine volviendo experta en ocultarlo.

El ardor en mis caderas ya era algo familiar. Así que no temí en volver a pasar la hoja que había destornillado del sacapuntas por el mismo sitio de siempre.

La sangre caía por mí pierna, no tenía sentido limpiarla. Aspiró del cigarrillo y lo vuelvo a apoyar.

La imagen que me devolvía la escena era la habitual. Una mujer de 21 años con el rostro hinchado de tanto llorar, ojos rojos de un color verde esmeralda, cabellos despeinados con unas raíces castañas denunciando que el tono rojizo no era natural. Sentada contra la ventada, cigarrillo en mano exhalando hacia fuera, pierna izquierda con rastros de sangre. Vestida únicamente con una remera XL que tapaba su cuerpo.

Mirada vacía. Solo quería dormir. Escapar de la realidad.

Tomé un pañuelo y limpie la sangre como pude. Mantuve la presión y lo arroje al cesto. Apague la colilla casi consumida por completo y me acuesto entre las sábanas.

Siento como mí última lágrima desciende por mí rostro. Trato de descansar para lo que me espera mañana.

Un día más en este mundo de mierda.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 05, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Historias de SuicidiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora