Capítulo 1

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La chica explotó de deseo y se dejó ir envolviéndolo entre sus largas y blancas piernas, la oscuridad en la habitación era casi total y el silencio de la noche envolvía el ambiente, los únicos sonidos existentes eran sus respiraciones agitadas.

Una vez recuperado el sentido la joven intentó acercarse más al cuerpo cálido que yacía a su lado, en busca de algún gesto de cariño que reafirmara el momento que acababan de compartir, necesitaba sentir que había sido tan especial para él como lo había sido para ella, llevó su mano lentamente hacia el rostro de aquél hombre de ojos inexpresivos que miraban al techo pero al intentar acariciarlo Itachi Uchiha ya estaba levantándose y recogiendo su ropa del suelo.

-Itachi, ¿Te vas tan pronto?, quédate conmigo, por favor...

-Lo siento no puedo quedarme, tengo trabajo que hacer en casa.

-Pero si mañana es sábado, no es bueno que trabajes tanto, por favor quédate, podríamos pasar el día juntos y hacer algo divertido.

-Ya te dije que no puedo, nos vemos el lunes.-Le dijo mientras se colocaba la camiseta y se alejaba bajo la mirada decepcionada de una atractiva chica de ojos color miel.

Al salir del apartamento Itachi sintió la brisa caliente y pegajosa de la madrugada, el verano se estaba acercando a su punto máximo, de mal humor aunque con las ansias algo aplacadas de momento encendió un cigarrillo y le dio una larga succión, la brasa brilló alumbrando una mirada completamente muerta.

Habían pasado tres meses desde la boda de Sakura y Sasuke, el corazón aún le sangraba a cada minuto que lo recordaba y lo peor de todo es que había aceptado ser el padrino de una ceremonia que debería haber sido suya, Sakura y él habían sido novios durante casi dos años antes de que ella conociera por accidente a su hermano menor en un aeropuerto de los Estados Unidos y naciera una historia entre ellos haciéndolo quedar a él como un imbécil, rogándole a su novia que pensara en la posibilidad de matrimonio cuando ella ya estaba viendo a su hermano Sasuke a escondidas.

En el fondo sabía que las cosas no habían sucedido así, su ser racional sabía que ellos se habían conocido de forma inesperada y aunque todavía no lo entendía del todo tenía que aceptar que habían sucedido varias coincidencias "extrañas" en el medio, cosas que al parecer los unía a ambos con lo que la gente suele llamar "el hilo rojo del destino", ese hilo invisible que conecta a dos personas que están destinadas a estar juntas sin importar la distancia y que asegura juntarlos en algún momento de sus vidas, al parecer Sakura y Sasuke estaban unidos desde hacía muchas vidas, él pudo comprobarlo la noche que vio al espíritu de una joven que era la vida anterior de Sakura en la habitación del hospital donde Sasuke estaba internado a punto de quedar en coma para siempre y también había visto cómo esa joven o lo que sea que fuera lo curó para luego desaparecer.

Tambien recordaba, (aunque no le gustara admitirlo) que en el fondo tenía merecido lo que estaba pasando, hacía casi cuatro años cometió el error imperdonable de haberse emborrachado con Kikyo su futura cuñada y se había acostado con ella, arruinando el matrimonio de Sasuke que se celebraría al día siguiente y haciendo que su hermano menor partiera repentinamente a América con lo que llevaba puesto para no regresar y que se quedara allí por tres años hasta que decidiera volver al enterarse de que su madre estaba enferma.

Había momentos en que se odiaba a si mismo por ser tan imbécil y haber dañado a su hermano y a su familia, desde que podía recordar siempre había metido la pata por no saber controlar sus impulsos, el sentimiento de culpa fue tan grande que Sasuke lo percibió y eso hizo que la relación de hermanos comenzara a nacer de nuevo. Aceptar la relación de su ex novia con su hermano le dolía como una puñalada en el pecho pero aunque lo odiara debía admitir que ellos estaban hechos el uno para el otro.

El pensar en todo eso no lo hacía menos doloroso, tenía el orgullo herido, agregando además que por casi dos años no había mantenido relaciones sexuales para serle fiel a Sákura que era virgen, para que después de tanta espera ella decidiera dejarlo por otro. Aquellos que conocían a Itachi sabían que siempre había sido algo mujeriego y consciente de su atractivo físico, por lo que haberse convertido en un santo por tanto tiempo y lograr la decepción por única recompensa hacía que no lograra saciarse, no importaba con cuántas mujeres se hubiera acostado desde que rompió la relación con Sakura, la frustración no se iba nunca.

En cada mujer buscaba algo que le recordara a ella y al momento de tocarlas se imaginaba que la tocaba, sabía que eso no lo ayudaba a olvidar pero en esos momentos era incapaz de reprimir el impulso, al llegar al orgasmo era el rostro de Sakura lo que veía frente a sus ojos para acabar exhausto y volver a ver la cara de una desconocida compartiendo la cama con él, era en ese momento cuando el fastidio lo invadía y sentía la necesidad de dejar la habitación sin demora, sintiéndose más vacío que antes y con un sabor amargo en la boca, el ritual era siempre el mismo, una conquista al azar en algún bar, algunas copas de más, un rato de breve placer y el vacío interior que le seguía hasta la semana siguiente cuando el ciclo se repetía. Así habían pasado ya cuatro meses desde el momento en que Sasuke le diera la noticia de su relación con Sakura aquella maldita tarde en su apartamento.

Apagó el cigarrillo en el tronco de un árbol y se subió a la motocicleta, la velocidad era lo único que le mejoraba el humor y la apatía que sentía en esos días, por eso había decidido comprarla y no se arrepentía, el viento en el rostro y las estrellas en el cielo negro de la madrugada le quitaron el peso de los hombros por unos instantes. Al llegar a su casa encendió las luces, el reloj de la sala marcaba las tres de la madrugada, tomó una toalla del armario y se dirigió con paso cansado al baño para darse una ducha, necesitaba quitarse la suciedad y el vacío de encima, aunque de lo último no estaba seguro de poder lograrlo. Al regresar a la habitación se metió en la cama pensando que ese espacio era completamente suyo, no le gustaba compartir su cama con las mujeres a las que les hacía el amor precisamente porque no era el amor lo que hacían, sino que era simplemente la satisfacción de sus necesidades biológicas.

Mientras meditaba en ese detalle apagó la luz de la mesita de noche, no sin antes notar el leve destello que lanzó un anillo de diamantes con forma de flor de cerezo colocado en una caja de terciopelo azul.


Bueno amigos espero que les haya gustado ésta primera parte, les aviso que la historia se calentará bastante en los próximos capítulos, no se lo pierdan. No olviden votar :) y si quieren dejarme un comentario me encantará leerlo. saludos a todos y nos vemos en el próximo capítulo.

 saludos a todos y nos vemos en el próximo capítulo

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Amor después del amor - ("Te buscaré por mil vidas" Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora