Capítulo 4

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STANLEY

Llegue a la escuela con un poco de animo, ya deseaba que empezaran las vacaciones de verano y así poder disfrutar con mis amigos del verano sin estúpidas tareas y de proyectos. Solo faltaba una semana, una bendita semana y ya podríamos descansar de los malditos deberes, aunque estaba el hecho de que Bowers nos molestaría durante todo el verano y tendríamos que escapar de él, pero la verdad no me importaba.

El día de ayer, le pedí ayuda a Eddie para lavar la blusa de la chica, no fue difícil, ya que él hizo todo el trabajo.

Sacaba y guardaba varios libros en mi casillero, mientras mis amigos hablaban a un lado de mí y al cerrar mi casillero, divise a la chica despidiéndose de su amiga.

Ella no era tan amable como se veía, escuche que tuvo algunos problemas con Bowers al iniciar el año, y siempre lo evitaba para no causar un alboroto en los pasillos. Tenia puesta una blusa de rayas rojas, amarillas y azules; unos shorts de mezclilla, unos tenis blancos con pequeñas manchas rojas —de seguro por la malteada de ayer— y una chaqueta de universidad que le quedaba algo grande.

Se veía hermosa.

—¡Stan! deja de verle el culo a la chica y presta atención —exclamo Richie, dándome un duro golpe en el brazo, el cual me dolió.

—No molestes, Tozier —susurre molesto, pues no quería que ella nos escuchara. Me sobé el brazo por el golpe, sin dejar de ver a Richie con una mueca en mi rostro.

—¡Solo ve y háblale! ¡No te quedes parado como un idiota!

Estaba apunto de acercarme a Richie para darle una paliza, pero Bill me detuvo del brazo y lo mire con el ceño fruncido.

—A-a-aunque odie t-tener que decir esto... R-Richie tiene la razón —dijo Bill con una pequeña mueca, le mire incrédulo y Richie soltó una risa.

—¿El gran Bill acaba de decir que tengo razón? ¡Debo de estar soñando!

—Cállate idiota, esto no es un sueño —dijo Eds mirándolo mal.

—Si no es un sueño, entonces besame, Eds —frunció los labios y hizo unos ruidos raros, a lo que Eddie le empujo con una mueca de desagrado.

—Aleja tus gérmenes de mí, me darás herpes —el asmático me miro y puso su mano en mi hombro—. Si tanto te gusta la chica, háblale. Sera pan comido.

¿Por qué me dan consejos que ni siquiera les sirven a ellos?

—No me gusta, solo quiero preguntarle algo —dije y los tres me miraron como si acabara de decir algo estúpido—. ¿Por qué me miran así?

No les daría explicaciones, quería que entendieran que no me gustaba para nada, pues no la conocía en lo absoluto y que solo quiero ser una buena persona, y compensarle por el accidente que el estúpido de Richie causo el día de ayer.

Y eso fue lo que les dije, se miraron entre los tres y Bill fue el que abrió la boca.

—C-como sea... Solo v-v-ve y háblale —puse los ojos en blanco y mire hacia donde estaba la chica, que buscaba algo en su casillero.

Con todo el valor del mundo, camine a paso rápido en su dirección.

—Hey —la castaña dio un leve salto asustada y cerró el casillero. Al verme se tranquilizo y puso su mano arriba de su pecho.

¡Mierda! ¡¿Por qué mire allí?!

—¿Qué quieres?

No era bueno hablando con las chicas y el que ella me respondiera sin mirarme con asco, me tranquilizaba un poco. Lo había dicho en un tono muy seco, lo que me puso algo nervioso sobre que decirle, no quería cagarla y que luego me mandara directo a la mierda.

Las manos me sudaban y me las limpie en el pantalón.

¡Mierda! ¡¿Por qué es tan difícil?!

—M-me p-p-pregun...

Comencé a tartamudear por los nervios y me tuve que quedar callado por unos momentos, esperando a que mis nervios se fueran, pero su mirada no me dejaba tranquilizarme al menos un poco. La castaña me interrumpió poniendo su mano en mi boca y me pareció extraño que hiciera eso, pues solo pudo haber puesto su mano frente a mí, sin alguna necesidad de contacto físico.

¡No estaba diciendo que me diera asco! Solo que se me hizo muy extraño...

—Tranquilo, vaquero —quito su mano y al hablar, se escucho un poco más dulce que antes. ¿Acaso las chicas son así de bipolares?—. Te pareces a tu amigo el tartamudo, tómalo con calma.

Sonrió de una manera que me tranquilizo, su sonrisa casi me hacia olvidar a lo que venia y me aclare la garganta antes de comenzar a hablar. Pude ver como su nariz se arrugaba de una manera tan adorable.

—Me preguntaba que: ¿a qué hora te recogía de tu casa? Ya sabes, para darte la blusa y ver la película que te debía —dije con una sonrisa en la cara.

—¿Sabes dónde vivo? —negué con la cabeza un poco avergonzado, me dio su dirección y número de casa por si algún imprevisto pasaba.

«¡Me dio su número!» pensé alegre «¡En tu estúpida cara, Richie!».

El timbre sonó interrumpiendo el progreso de platica que estábamos teniendo.

—Puedes ir por mí antes de las tres.

—Bien, te veo luego... —solté de una manera para que me dijera su nombre, rodó los ojos y fruncí el ceño en confusión.

Dijimos nuestros nombres, vio que el pasillo ya estaba quedando más escaso de estudiantes y se despidió con una palmada en mi hombro. Se alejo sin siquiera dejarme decir un adiós, pero no importo, ya que la volvería a ver después de clases.


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Stan es un amor♥♥♥:'''')

Sweet Like Candy || Stan UrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora