Capítulo 6 "Inesperado"

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No había pegado un ojo en toda la noche y eso no me había pasado desde... nunca.

Antes de que amaneciera tomé mi tabla y caminé hacia el mar para despejar mi mente.
No sirvió de mucho el esfuerzo cuando la razón de mi insomnio estaba descalza mirando hacia la playa. Estaba usando su pijama y tenía el pelo revuelto y miraba hacia el mar como si fuera lo más hermoso que había contemplado en la vida, ni siquiera notó que estaba a su lado hasta que hablé. Lo que me dio la oportunidad de observarla más detenidamente, no media más allá de 5' 3", pero su presencia lo llenaba todo, ayer me ahorró poner su lugar a Alexa, y lo hizo como nadie lo había hecho antes, sin ser mal educada ni hiriente. Su cabello ondulado se extendía hasta la curvatura baja de su espalda y la luz del sol destacaba los tonos color miel en ese fondo chocolate. Se sentó suavemente en la arena, en una actitud solemne. Algo magnético en ella me hizo acercarme y me atreví a interrumpir su momento con una pregunta. Al principio no me miró evidenciando lo mucho que le costó apartar su mirada de la inmensidad, como si estuviese viendo algo más que arena, olas y cielo. Pero cuando finalmente me miró su sonrisa encantadora iluminó más intensamente la mañana, pero cuando escuché su voz nuevamente mi mente se paralizó. Antes que pudiera reaccionar ella estaba caminando hacia la casa, dejándome en un estado vacío sin presencia radiante.

El desayuno fue revelador, ella había sido la que había salvado a Owen de morir en Atlanta unas semanas atrás, Owen y mi padre habían hablado incansablemente de ella, pero nunca mencionaron que vendría a casa. Sus modales delicados eran impecables y su espíritu alegre era contagioso y adorable.

—Dame el mango y yo voy a enseñarte cómo se corta— le dijo a Harper que la rondaba como si hubiera encontrado nueva mejor amiga.

La expresión impresionada de todos cuando ella dio vuelta el mango y quedó en cubitos, la hizo destornillarse de la risa y eso me invadió el sistema nervioso con endorfinas. La falta de control no era algo con lo que estuviese familiarizado y me provocó una ansiedad con la que no estaba familiarizado. Papá no me sacaba los ojos de encima como si supiera exactamente lo que estaba pensando. Afortunadamente pararon las risas, porque Blake apareció en la cocina pálido quejándose de dolor de estomago. Harper, Liam y Papá corrieron a revisarlo y la expresión de Mia cambió del cielo a la tierra. Fue como si su chispeante alegría hubiera sido cubierta por una emoción oscura. Todos los ojos estaban fijos en Blake, pero ella miró por la ventana como si deseara alejarse de la situación. Era imposible que tuviera algo en contra del novio de mi hermana porque apenas había compartido 5 minutos con él, esa situación le recordaba algo y yo quería averiguarlo.

La comisión médica llegó a un diagnóstico y lo mantuvieron en cama durante la mañana bajo el atento cuidado de Harper. Mamá se fue de compras por un "asunto" urgente y papá se fue al hospital apenas terminó su desayuno. Lo que nos dejaba solo a Mia, Liam y a mí.
Repasé mentalmente mis responsabilidades y recordé que tenía una compañía que dirigir y que por primera vez en la vida había olvidado. Me instalé en la zona de trabajo de la casa y los 35 mensajes en mi correo electrónico me tuvieron muy ocupado por toda la mañana. El trabajo nunca me había hecho tan feliz, la ansiedad desapareció y me sentí como él mismo de siempre.

Un mensaje de e-mail de mi padre me devolvió de golpe toda la ansiedad que había logrado eliminar durante la jornada de trabajo.

Hijo,

Tú madre sigue ocupada con sus compras y Harper llevó a Blake a su departamento. Necesito que Liam venga al hospital por unos casos complicados y Mia no se puede quedar sin almorzar ¿Serías tan amable de llevarla a comer y darle un paseo por la ciudad?

Papá

Papá,

No sé si dispongo de la tarde libre para hacer todo lo que me pides, depende del trabajo, pero si puedo asegurarme que almuerce.

Evan

Camine hasta la sala y la encontré conversando animadamente con Liam, la naturalidad con la que se expresaba y sus explosiones de risa me crispaban los nervios. Era obvio que se sentía a gusto con mi hermano, Liam siempre fue el encantador de la familia, nunca me molestó demasiado que tuviera esa asombrosa capacidad de conectar con las personas. Descubrí que verla en ese estado con mi hermano me hizo sentir 3 veces más ansiedad que la que ya me provocaba y que si esos fenómenos continuaban iba a necesitar que el resto de mi estadía en Perth pasara en el agua para evitar sentirme así.
Un leve carraspeo fue suficiente para que percibieran mi presencia y su sonrisa se esfumó. No solo se reía con mi hermano y hablaban como si se conociera de toda la vida, sino que además yo le borraba las sonrisas.

Simplemente genial.

—Papá está atrapado en el hospital y por lo que se necesitan urgente al doctor más carismático de la familia— dije con ironía y algo de molestia.

Mi hermano me miró sorprendido y satisfecho a la vez, como si supiera que estaba agobiado y lo disfrutara.

—Recibí el mensaje de papá, pero no me podía ir antes de terminar de oír la fantástica historia de Mia—

Yo le pusé mi mejor cara de póquer, pero el seguía mirándome con diversión.

—Estoy seguro que a pesar de que no eres el más indicado, puedes llevarla almorzar y enseñarle la ciudad. Sé que no te atrae la idea de recorrer una ciudad llena potenciales encuentros con tus admiradoras, pero puedes hacer un esfuerzo— me guiñó el ojo.

La situación ya era incómoda como para empeorarla con comentarios sobre mis problemas para salir de casa en Perth.

Y continuó:
—No es posible que Mia pase su primer día en Australia encerrada en una casa. Yo la llevaría con todo gusto, pero el deber me llama—

Siempre tuve una buena relación con mi hermano, pero híper competitiva en todos los aspectos menos con respecto a las mujeres, en ese tema nuestros gustos eran polos opuestos. Nunca tuve motivos para sentirme irritado con el hasta este día, pero no pensaba darle ninguna satisfacción.

—Soy el CEO de una compañía gigante, creo que puedo lidiar con situaciones estresantes. Mia no va a pasar su primer día en Australia encerrada en una casa puedes quedarte tranquilo— dije sonando lo menos molesto que pude.

Mia tosió suavemente para llamar nuestra atención, se veía avergonzada y algo frustrada, torció levemente sus labios hacia la izquierda y dijo:

—Si estás muy ocupado con tu trabajo no es necesario que lo dejes por mí, puedo cocinar algo para ambos y recorrer los alrededores sola mientras los demás regresan. Seguro que el CEO de una compañía gigante está lleno de responsabilidades y no quiero ser la causante de que pierdas tu tiempo—

Demás está decir que no estaba preparado para esa respuesta.

Era oficialmente la única persona que me alteraba los nervios de esa manera y no sabía cómo reaccionar. Mientras yo buscaba las palabras para responderle ella había caminó hacia la cocina.

—Tengo varias horas libres y quizás toda la tarde si mi asistente llama para decirme que tiene todo bajo control. Además recorrer Perth contigo no califica como una pérdida de tiempo—

—Y... dije arrastrando las palabras ...tengo que asegurarme que Australia gane el set—

Difícil de creerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora