Única Parte

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Sehun la observaba, era uno de sus pasatiempos favoritos, ver sus ojos color avellana y su larga cabellera castaña, su sonrisa inocente. La adoraba.
Sus amigos lo cuestionaban, no estaban acostumbrados a ver a Oh Sehun con una chica como ella, todo lo contrario a lo que él ya estaba acostumbrado.

Ella era tan inexperta en todo sentido y Sehun lo sabía. Sabía que ella desconocía esos peligrosos pero placenteros rumbos del sexo.

Tzuyu sabía que tenía por novio a una máquina de sexo, una máquina que se apagaba cuando estaba con ella, muchas noches pasaba por su mente la vaga idea de no ser lo suficiente para excitar a un hombre como Sehun pero ella no tenía idea de todo lo que provocaba en él.

Tzuyu había salido del agua  dejando a Sehun con sus amigos mientras jugaban en el lago, sabía que había algo mal en ella pero no tenía idea sobre su extraño comportamiento.

Tomó una toalla secando lo que podía de su cuerpo hasta adentrarse a la vieja casa que habían rentando ese fin semana.

— Tzuyu ¿Estas bien?.— No golpeó, no era su costumbre hacerlo.

— ¿Por qué debería estar mal?—

Había cruzado los brazos mientras la veía, la conocía demasiado y ella lo sabía, sabía que la observaba  con la misma mirada dura mientras analizaba sus facciones y sus  movimientos, estaba expuesta.

—No quiero secretos. Habla.—

Tzuyu sonrió pero al mismo tiempo negó. Sehun había visto esa mirada antes, había visto como desaparecía ese característico brillo en sus ojos oscureciendolos.
Se acercó a ella atrayendola hasta su cuerpo en un abrazo, acarició su castaña melena mientras expulsaba todo el aire de sus pulmones.

Sabía lo que ella sentía, se daba cuenta perfectamente desde hace mucho tiempo.

— Lamento que te sientas de esa forma.—

— Estoy bien. Solo necesitaba un abrazo.—

Sehun sabía que ella no estaba bien. No era un hombre tonto, al contrario, se había percatado de las intenciones de la castaña hace varias semanas pero cada vez que se podía entregar a ella y a ese sentimiento que lo abordaba ferozmente, había algo que se lo impedía, el miedo y la inseguridad lo consumía y su corazón se partía en mil pedazos al ver la desilusión, el enojo, la tristeza en aquellos ojos que adoraba admirar.

— Si lo hago Tzuyu, serás mía de por vida.— Esas palabras con tono frío y seguridad la hizo temblar. Se separó a escasos centímetros mientras la veía, sus facciones se endurecieron. —No estoy seguro si tu quieres eso—

Sehun era un hombre intimidante con facciones marcadas y una personalidad cambiante, su sonrisa podía ser el regalo más precioso con su blanca dentadura, era la única ocasión cuando sus facciones se suavizaban y no se veía aterrador.

— H-hazlo.—

Un derrame de silencio inundó la habitación y el único sonido sólido eran las respiraciones de ambos que se mezclaban debido a su cercanía.

La besó con tanta pasión, hambriento de sus labios, de su cuerpo, de ella.
Con  torpeza pero sin romper el beso, Sehun la empujó  sobre la cama, sus pupilas estaban  dilatadas y sus respiraciones agitadas, la miraba como si quisiera adivinar lo que ella pensaba, lo que ella podía desear y  por primera vez no la podía decifrar.

Se acercó con cautela, quizás con un miedo irracional de lastimarla, besó su mentón, su cuello, su clavícula  hasta llegar al borde de su blusa, la tomó  y  fue subiéndola poco a poco.

Tzuyu ››Oh Sehun‹‹  OneShot+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora